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Talento

María Ferreras, vicepresidenta de Netflix: “Me enfada: a un hombre casi nunca le preguntan por la conciliación”

La madrileña, vicepresidenta de Negocio de Netflix para Europa, África y Oriente Medio, habla de su carrera, de la situación de la mujer en el sector tecnológico y del futuro del gigante audiovisual.

María Ferreras, vicepresidente de Netflix en Europa
María Ferreras, vicepresidente de Netflix en Europa

María Ferreras lleva en el sector digital prácticamente desde sus inicios y se podría pensar que ya estará de vuelta de todo. Sin embargo, el día de la entrevista se la ve exultante y con un brillo especial en sus ojos, como un niño en la mañana de Reyes. Tras año y medio como vicepresidenta de Desarrollo de Negocio de Netflix, está de visita en Madrid para el lanzamiento de uno de sus acuerdos más queridos, aquel que la convierte en profeta en su tierra (aunque no le haga ninguna falta): Netflix se integra al fin en Movistar + tras muchos meses de trabajo.

Leer el currículo de María para comprenderla mejor es como revisar una parte de la historia del Internet patrio: ingeniera de telecomunicaciones de formación, entra muy joven en France Telecom en 1999 como directora de Marketing, Internet y Contenidos, desde donde ayudó a lanzar Wanadoo y sus planes de conexión en plena burbuja de los portales y los ISP.

Entonces no era raro ver a ingenieros haciendo labores editoriales, y a periodistas tirando código o dirigiendo equipos de desarrollo: todo el mundo tenía que arrimar el hombro y no había formación en negocios de Internet. En el caso de María, además, le encantaba el mundo audiovisual y no se le daba nada mal, por lo que luego vendrían nuevos puestos como responsable de contenidos en Lycos y Jazztel, hasta recalar en YouTube en 2007 donde culmina su transformación del mundo más teleco del que procedía a enfocarse ya al 100% en negocio y contenido.

A Ferreras le atraen los retos y aunque insiste que trabajar en Google es maravilloso, cuando ya tiene algo controlado tiene un “bicho” dentro que le anima a afrontar nuevos desafíos. Por eso cuando la llamaron de Netflix para ofrecerle la vicepresidencia de desarrollo de negocio para la región EMEA no lo dudó y se incorporó en abril de 2017, lo que le supuso tener que mudarse con su familia a Ámsterdam.

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Su trabajo consiste en desarrollar acuerdos con terceros que aumenten la presencia de Netflix para llegar a más consumidores, y de paso facilitarles el acceso y el método de pago. En resumen, atraer más clientes por vías indirectas. Y aunque la empresa ya tenía contratos para tener presencia en dispositivos como TV o set top boxes entre otros, había oportunidades para aliarse con otras empresas y así llegar más lejos. Sus primeros resultados son los acuerdos con telecos que Ferreras ha negociado, como el mencionado con Telefónica y otros como el de Sky para toda Europa.

Tras el éxito de House of cards en 2013, Netflix apostó de forma decidida por la producción audiovisual. Tanta importancia estratégica le asignan a los contenidos que, a diferencia de otras empresas, no los licencia a terceros y ha invertido en 2018 la friolera de 8.000 millones de dólares en producir (aunque según The Economist y Goldman Sachs el montante final ha superado los 12.000 millones).

Pero Netflix nació como una empresa tecnológica, y eso se nota a pesar de haberse convertido en una potencia mundial en producción audiovisual. Ferreras asegura que la clave del éxito es encontrar un buen equilibrio entre tecnología y contenido, y que la innovación técnica sigue siendo clave: “La tecnología, cuanto mejor funciona, menos se nota su presencia: simplemente te acostumbras a darle a un botón y ver una serie o una película en calidad 4K con sonido envolvente en segundos, algo a lo que ya apenas le damos valor pero que conlleva un enorme trabajo de ingeniería por detrás”.

Netflix está apostando por innovar en diversas áreas. Desde temas de doblaje y subtitulado que aunque no se perciben como algo tecnológico son bastante complejos, hasta el sonido, donde colaboran con Dolby y ya ofrecen para algunas series y dispositivos servicios como Dolby Vision y Dolby Atmos. También es posible que veamos en el futuro contenidos envolventes y otros experimentos relacionados con el 3D y la inmersión total en una serie, película o retransmisión de un evento como conciertos, para hacerte sentir la sensación de que estás dentro de la acción.

A pesar de su apuesta por el contenido, Ferreras afirma que las cadenas de televisión en abierto no son competencia, que Netflix es un cliente que les compra contenidos y que tienen acuerdos de distribución de ventanas con la mayoría de cadenas. En esto La casa de papel y su éxito mundial en la plataforma de vídeo bajo demanda es un ejemplo recurrente, dado que permite a cadenas con enfoque local explotar sus productos en todo el mundo generando así una nueva línea de ingresos, asevera.

Y precisamente siguiendo la estela del éxito de La casa de papel y otras series españolas como Élite, Netflix anunció en 2018 la apertura de su primera sede de producción audiovisual en Europa en la localidad madrileña de Tres Cantos para centralizar todos los contenidos en castellano (pero sin descartar producir también en otros idiomas europeos), así como la apertura este 2019 de su primera oficina en Madrid a donde se desplazarán algunos profesionales de su sede central.

María, que seguirá trabajando en Ámsterdam a pesar de que llueve mucho y echa de menos el sol de Madrid, lo ve como una apuesta emocionante que demuestra la rapidez de reflejos de la empresa al detectar una oportunidad, en este caso poder trabajar en España, donde hay “mucho talento con precios y costes razonables, profesionales increíbles y un idioma que se habla en muchísimas partes del mundo. Además de estar en Europa, lo que aporta también seguridad jurídica y estabilidad. Todo ello junto no es fácil de encontrar y hacen de España una opción inmejorable”.

Interactividad

María Ferreras asegura que donde veremos un cambio inmediato y radical en la forma de consumo audiovisual es en la interactividad asociada al contenido, como en el caso de Black Mirror: Bandersnatch, que se ha convertido en las últimas semanas en un fenómeno al otorgar al usuario la posibilidad de construir su propia historia, la personalización llevada a su máxima expresión. Y es solo el principio.

Volviendo la vista atrás unos años, María Ferreras se incorporó a YouTube en enero de 2007, solo dos años después de nacer la empresa y cuatro meses tras su adquisición por Google, convirtiéndola en uno de los primeros empleados de la empresa en la región EMEA… y lo hizo embarazada de nueve meses: entró el 8 de enero, y su primer hijo nació el día 24. “Tuve suerte, me dejaron desarrollar mi carrera en Madrid a pesar de que mi puesto en YouTube no era para trabajar desde España, de hecho cuando me fui mi puesto no se ha sustituido en Madrid sino en Londres”.

Inevitablemente eso lleva a hablar de conciliación y de la escasa presencia de la mujer en el sector digital. María está casada y tiene dos hijos de 7 y 11 años, y para ella la conciliación pasa por la logística, saber que eres absolutamente prescindible y que tú estés de acuerdo con eso: “Si yo no estaba mi casa funcionaba exactamente igual, mis hijos iban al cole, volvían, comían, cenaban... quiero pensar que ellos estaban más contentos cuando yo estaba en casa [risas] pero las cosas tienen que funcionar sin ti. Al final lo nuestro ha sido un proyecto de familia, de pareja, mi marido me ha seguido en esto y eso es fundamental cuando has tenido hijos”.

Según se profundiza en esta cuestión, Ferreras se va poniendo más seria y reivindicativa. “Este tema me enfada. A un hombre casi nunca le preguntan por la conciliación aunque tengan cuatro o cinco hijos, porque se espera que haya una mujer detrás cuidando de los niños, y cuando es al revés la sociedad es muy cruel con los hombres. Muy cruel. Mi marido está trabajando, tiene su propia empresa, ha decidido montarla para no tener que viajar y ocuparse así de forma prioritaria de nuestros hijos, pero lo tiene que explicar. Una mujer no tiene que explicarlo, y mi marido se tiene que enfrentar a una situación en la que son los grupos de mamás… y él”.

La madrileña continua y sube un poco el tono: “Hay mujeres que me han dicho, 'ah, tú no vienes a buscar a los niños… ¿y están bien?’. Al principio reaccionas y respondes que no parecen tener ninguna tara (risas de nuevo)… '¿Tienes que viajar otra vez? Pobres tus niños… ¿y cómo estás?'. A ningún hombre le dicen eso, y aunque antes reaccionaba, ahora pongo distancia e intento explicarlo y que la gente vea otro punto de vista. Posiblemente por la educación recibida nunca lo han visto de otro modo, como sociedad tenemos que evolucionar todos, incluidas las mujeres”.

Al hablar de renuncias al desarrollar su carrera, Ferreras responde rápido, casi como un acto reflejo, se nota que ha reflexionado sobre ello: “Yo he renunciado a mi tiempo. A estar más tiempo con la familia desde luego, pero sobre todo a mi tiempo personal. Igual me gustaría estar leyendo un libro, pero me voy a hacer patinaje sobre hielo o hago un puzle con mis hijos. Cuando estás en casa esos momentos son sagrados y son para estar con los tuyos, es muy sacrificado porque hay que estar muy presente y eso implica renunciar a tu propio tiempo, a elegir lo que a ti te gustaría hacer”.

María sostiene que no se ha encontrado actitudes machistas en su trabajo, pero sí con la necesidad de hacerse valer. “Siendo mujer, española y trabajando en Europa te obliga a demostrar más, a responder a qué hace esta mujer en este puesto, pero tengo armas y experiencia para gestionarlo. Es muy importante cómo lo afrontes personalmente, que nosotros mismos no nos limitemos. Por la educación recibida como mujer estaba más acostumbrada a esperar que pasasen las cosas en lugar de adelantarme y reclamar mis méritos como hacen los hombres. En mi caso llegó un punto en el que me dije que no iba a esperar más, que tenía unos resultados y que tenía que decirlo y perder el miedo a contarlo, que eso no es anormal”.

Como explicó recientemente Barbara Martin-Coppola, la CDO de Ikea, María Ferreras no ve diferencias en la forma de dirigir entre mujeres y hombres, es algo que depende de cada persona, pero sí cree que las mujeres directivas traen puntos de vista distintos por su propia experiencia vital y eso es muy positivo. Para ella ha sido importante no imitar a modelos masculinos, sino ser auténtica. “Las primeras directivas mujeres tendían a seguir modelos de imitación masculina, pero yo he querido ser yo misma, a mí no me sale gritar o decir un taco. A mí sale hacer equipo, hablar las cosas”.

La VP de Netflix no cree en las cuotas para aumentar la presencia de mujeres, alega que en el sector tecnológico hay que hacerse el propósito mental y hacer un esfuerzo para conseguirlo porque no es algo que salga de forma natural, lo sencillo es hacer lo de siempre y contratar a hombres. Para cambiar las cosas hacen falta referentes femeninos, y en eso son claves los medios de comunicación y la educación. “Hay que conseguir que nuestras hijas vean que se puede hacer de todo y que no hay trabajos sólo para hombres o sólo para mujeres. El ideal es que cuando le preguntes a tu hija por un ingeniero, no tenga por qué pensar en un hombre, y que cuando le preguntes por quien trabaja en casa no tenga por qué imaginar a una mujer”.

Con esos referentes también se evitarán las dudas que muchas veces le surgen a una mujer ante una oferta profesional, “a veces no sabes si estás tomando la decisión correcta o no, si éste será tu sitio, si lo puedes hacer. Ver que hay gente que lo ha hecho antes ayuda mucho, por eso hay que contar nuestras experiencias. No puede ser que la sociedad, por querer desarrollar nuestras carreras, nos pida renunciar a tener familia o que nos pregunte si nuestros hijos serán unos tarados, hacen falta referentes para saber que lo puedes hacer sin que tus niños estén toda la vida pagando al psiquiatra”. Risas.

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