Impresión 3D: el momento es ahora
Las décadas de investigación y desarrollo por parte de académicos y empresas han dibujado una prometedora oportunidad. Los estímulos deben continuar, ahora es el momento.
Mohammad Ehteshami, vicepresidente de GE Additive, será uno de los ponentes del foro RetinaLTD, que se celebrará el próximo 25 de octubre.
La fabricación aditiva, también conocida como impresión 3D, está cambiando el mundo. Esta tecnología tan disruptiva forma parte ya de nuestro día a día y proporciona una mayor flexibilidad y libertad para diseñar productos como no se había hecho nunca antes.
La necesidad de innovación empresarial combinada con la decisión estratégica de fortalecer las inversiones industriales está impulsando la adopción de esta nueva forma de fabricación de forma masiva. La tecnología aditiva ha avanzado para superar las etapas iniciales de I+D y se está afianzando como plataforma de producción. De hecho, los expertos estiman que en los próximos 10 años se invertirán 280.000 millones de dólares en impresión 3D.
En este contexto, la industria de la aviación está liderando la implantación de la fabricación aditiva. De hecho, es probable que muchos de nosotros hayamos volado en un avión fabricado con alguna pieza impresa en 3D. El motor a reacción más grande del mundo, el GE9X, incluye palas de turbina y válvulas de dispensador de combustible impresas en 3D. Hasta no hace demasiado tiempo, estas válvulas de metal de gran complejidad se fabricaban con 20 componentes. Ahora, GE imprime 600 de una sola pieza por semana que se utilizan en distintos tipos de motores.
Los nuevos materiales y las tecnologías aditivas ayudan a que algunos motores sean un 10% más eficientes
Los nuevos materiales y las tecnologías aditivas ayudan a que algunos motores sean un 10% más eficientes en el uso de combustible que los modelos de motor anteriores. Se trata sin duda de una mejora estratégica para el sector aeronáutico, dado que el combustible representa aproximadamente el 19% del coste operativo de una aerolínea. Los ingenieros que diseñaron el motor turbohélice GE Catalyst han podido combinar 855 piezas para reducirlas a solo 12, esto supone que una cuarta parte del motor está impreso en 3D. Por tanto, la manufactura aditiva ha ayudado a reducir el peso del motor en un 5% y el consumo de combustible en un 20 %.
En el ámbito industrial y en el del consumo se reclaman cada vez más soluciones personalizadas. En este sentido, GE Additive está apoyando a un amplio abanico de diseñadores que está creando todo tipo de productos, desde cepillos de dientes, a monopatines y bicicletas, pasando por ropa deportiva.
La tecnología aditiva no solo permite innovar y ampliar fronteras, también posibilita gestionar los costes de producción y reducir los excesos de consumo de materiales. Este cambio implica un desafío para directivos, ingenieros y técnicos, que tienen que replantearse los enfoques y conocimientos sobre diseño, ingeniería y fabricación, que habían adquirido.
Asimismo, es igual de importante que los estudiantes se entusiasmen con este nuevo modelo, ya que ellos pueden integrar esta nueva tecnología en estadios iniciales de su educación técnica y aprender a incorporarla en muchos de sus procesos. Por este motivo, lanzamos un programa educativo en 2017 en el que más de 600 escuelas y universidades de todo el mundo han recibido impresoras 3D de polímeros y metales.
Las décadas de investigación y desarrollo por parte de académicos y empresas han dibujado una prometedora oportunidad. El impulso de la colaboración entre empresas, ámbito académico y gobiernos permitirá construir el ecosistema necesario para hacer del fenómeno aditivo una de las claves del mundo del futuro. Los estímulos deben continuar, ahora es el momento.
