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El ‘tsunami’ de las renovables: la hoja de ruta de un nuevo modelo energético

La energía renovable ha tardado 40 años en alcanzar la cota de 1.000 millones de kilowatios instalados. La cifra se duplicará en tan solo cinco años. La energía fotovoltaica es el motor de la evolución, y marca el camino hacia un nuevo modelo energético marcado por la diversificación de las fuentes.

Guillermo Vega
Planta solar y eólica en Albacete
Planta solar y eólica en AlbaceteGetty Images

Mi primer teravatio, chispas. Las energías fotovoltaica y eólica necesitaron 40 años para instalar su primer millón de megavatios (o lo que es lo mismo, un teravatio) en todo el mundo. La tecnología, sin embargo, va a acelerar este proceso y se espera que el siguiente millón se consiga en los próximos cinco años. Y a mitad de coste. No está mal para una industria que apenas existía a principios de siglo…

¿En todo el mundo? No. Un pequeño país en el sur de Europa se resiste a subirse a este carro. Es un caso curioso, toda vez que fue uno de los protagonistas de los primeros pasos de las renovables y que goza de las mejores condiciones naturales. Pero tiene nubes. “Nuestra regulación actual está hecha para las energías fósiles”, advierte Jorge Morales de Labra vicepresidente de la Fundación Renovables y director de GeoAtlanter.

Es un modelo marcado por la existencia de grandes plantas productoras que distribuyen su energía a todo el mundo. Un modelo que va cambiando en buena parte de nuestro entorno. “El futuro pasa por un sistema distribuido”, explica Laura Jarauta, ingeniera autora del libro Las energías renovables, “compuesto de muchos puntos de generación de poca potencia cada uno”. En España esto no es posible. Pero no todo está perdido para nuestro país: “Solo hacen falta reglas nuevas”, sentencia Morales de Labra.

Pero antes de nada, vamos a ponernos con un par de datos que ilustren el acelerón renovable. La energía verde está registrando una explosión en todo el mundo, según los datos de Bloomberg New Energy Finance (BloombergNEF), una organización filial de la compañía fundada por el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Más del 90% de la capacidad actual se ha instalado en los últimos 10 años. La red actual de energías renovables ha supuesto una inversión de 2,3 billones de euros, y los analistas de Bloomberg esperan que gracias al avance de las tecnologías, el siguiente teravatio requiera ‘apenas’ una inversión de 1,23 billones. Y que no necesite subvenciones para su instalación.

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Batallas

“La energía eólica y fotovoltaica están ganando la batalla por la supremacía de los costes”, asegura el analista jefe de BloombergNEF, Albert Cheung. El hito del primer billón de vatios será el primero de muchos”. “Los países apostaban por esta energía por una razón medioambiental. Hoy lo hacen por su alta competitividad, flexibilidad, rapidez de despliegue y simplicidad tecnológica”, señala José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (Unef).

Puede que no sea verdad que si todos los chinos dan un pisotón la tierra tiembla, pero si se ponen a instalar plantas solares. Como suele ser habitual en los últimos años, China es líder: es propietaria del 34% de la capacidad solar mundial y alcanzará ella sola la marca del teravatio en 2050.

Las economías de escala han permitido que el coste de generación haya caído en picado. “Hemos pasado de un retorno de la inversión de 20 años (en el mejor de los casos contando con subvenciones a uno de siete”, explica Laura Jarauta.

Terreno por delante

No nos engañemos, queda mucho terreno por delante para que las renovables dominen el planeta. El mundo tiene una capacidad energética instalada total de 6,2 teravatios. Y no solo es la capacidad instalada: También está el factor de planta de las plantas, que mide la eficiencia de las plantas y el tiempo que permanece activa. Las granjas eólicas tienen de media un factor del 34%. Las plantas fotovoltaicas más eficientes suelen tener un pico del 25%. Las plantas termoeléctricas, en cambio, rondan el 40%, y las nucleares, incluso el doble.

La mayor parte de la culpa en este primer teravatio la tiene la energía eólica, que aportó el 54% del total. Sin embargo, el futuro parece ser más bien fotovoltaico. Esta fuente de energía creció el año pasado un 50% (por encima de cualquier otra fuente de generación renovable), con la instalación de 76 GW, según la Agencia Internacional de la Energía. “La energía eólica está en manos, principalmente, de las grandes empresas”, explica Morales de Labra. “En la energía fotovoltaica sí han entrado pequeños inversores: lo que ha descolocado al sector son los particulares en todo el mundo, que están instalando panales solares en sus casas para competir con las eléctricas. Esto es un tsunami en todo el mundo”. ¿Y los albores de un cambio de modelo?

La esperanza fotovoltaica

La energía solar constituye la gran esperanza de que España pueda recuperar la luz de antaño (chiste fácil): instalarse un panel es más barato que nunca. “Un módulo cuesta ahora solo un 10% de lo que costaba hace diez años”, asegura José Luis Galindo, presidente de la consultora Enertis.

Renacer... o algo parecido

Las cifras avalan un pequeño renacer. El pasado año en España se instalaron 135 MW de nueva potencia fotovoltaica, frente a los 55 MW instalados en el 2016 y a los 49 MW del 2015, según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Claro que estos datos, en realidad, son de chiste si los ponemos en contexto. Alemania instaló 1.750 MW de nueva potencia fotovoltaica en 2017; Países Bajos, 853 MW; Bélgica, 264 MW.
Ninguno de estos países, huelga decir, destaca por tener una industria turística líder basada en gran medida por sus horas de sol.

El problema es la legislación. “Hay que adaptar la normativa para que puedan desarrollarse”, asegura Morales de Labra. Sobre todo el llamado impuesto al sol, que penaliza que comunidades de vecinos, cooperativas, empresas o instituciones que quieran producir, almacenar o vender su propia energía para consumirla con instalaciones de más de 10 kW de potencia.

Esta legislación es, precisamente, uno de los frenos para que se pueda transitar hacia un modelo energético distinto. “Promover el autoconsumo eléctrico supone migrar hacia un modelo energético descentralizado y sostenible que nos permita dejar a nuestros hijos un planeta igual o mejor que el que nosotros recibimos”, asegura Ernesto Macías, director General de Solarwatt España (una empresa, eso sí, que proporciona servicios de autoconsumo fotovoltaico).

Durante los últimos años de la etapa del presidente José Luis Rodríguez sirvieron para poner el freno en la política renovable y en 2010 cambiaron las normas de juego. Pero el principal daño estaba por venir. “El gran problema que tenemos es la inseguridad jurídica a largo plazo que existe en España”, advierte Morales de Labra. “Las renovables no tienen costes variables, toda la inversión se produce al principio”. Así, la prima de riesgo que se exige del inversor es crítica, “y en España hay habido mucha incertidumbre regulatoria”.

Una industria agonizante

España era capaz de estar presente en toda la cadena de valor de la industria renovable. Ya no. "Se cargaron la industria", explica  Laura Jarauta, autora del libro Las energías renovables. "Desde el silicio hasta el ensamblaje final", recalca Jorge Morales de Labra. Ahora, la mayor parte de las empresas provienen de China, sobre todo en el mercado fotovoltaico.

Esta caída no ha sido tan drástica en la energía eólica, dado que vivió un mercado nacional muy fuerte hace diez años y se estabilizó.

El mercado local es una de las grandes trabas para España (y el auténtico motor chino). "Es difícil que se desarrolle una industrial local si no hay un mercado local", asegura Morales de Labra.

Nuevo Gobierno

Tanto Ernesto Macías como Jorge Morales de Labra ven esperanzas en el Gobierno que preside Pedro Sánchez. “He mantenido reuniones con la ministra [de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático, Teresa Ribera], y el secretario de Estado [de Energía, José Domínguez]”, explica Morales de Labra, “y he notado un cambio radical de postura. No tiene nada que ver con el anterior Gobierno. Confío en que las manifestaciones y declaraciones se transformen en normas para regular”.

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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