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Las ‘startups’ de videojuegos ‘indies’ luchan contra el ‘game over’

Incubadoras públicas como GameBCN ofrecen la aceleración necesaria para crear el nuevo Candy Crush gracias al ‘mentoring’ de grandes figuras como la del fundador de Assassin’s Creed

Getty Images

Pocas sensaciones más frustrantes hay cuando estás a punto de pasarte un videojuego que la de que salte un mensaje de game over. Estabas tan cerca de vencer a la máquina y justo te caes al vacío. Para las startups del sector también existe un sentimiento bastante parecido. En su caso, pasar de niveles no se trata tanto de matar al monstruo final sino de que cada vez más gente decida viciarse. Para intentarlo, determinados programas de incubación, como GameBCN, aceleran algunos proyectos para luchar contra el fin de partida de los títulos indies. Buscan durante seis meses el nuevo Candy Crush que nos tenga a todos enganchados a explotar caramelos.

Uno de los principales problemas que afrontan los estudios de videojuegos –en España conviven unos 450, según datos de la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV)– es el desarrollo infinito. No paran de añadir personajes, tramas, niveles… Se convierten en el propio mundo abierto que han decidido construir. Como explica Óscar Sahun, coordinador de programa de GameBCN, el proceso de producción roza la eternidad. “Se trata de ser eficiente, profesionalizar los equipos y minimizar el riesgo de lanzamiento del producto”, añade. Para lograr estos objetivos, su incubadora establece unas metas cada dos semanas con la idea de revertir una creatividad desmedida que los deje eternamente en la misma pantalla.

Las startups se topan en la mayoría de casos con otro mal endémico de los emprendedores: la falta de conocimiento empresarial. Sin ser la parte estratégica de la aceleración, la incubadora les ofrece unas líneas estratégicas para que no se convierta en un bug del juego que las lleve al fracaso. “Los proyectos que seleccionamos tienen que tener algún valor añadido, ya sea gráfico, narrativo o de mecánicas que le dé cierto potencial de mercado. Si alguien piensa en clonar el Candy Crush, mejor que cambie de idea”, argumenta Sahun. Y es que en el sector, pese a su pujanza –facturó 1.359 millones de euros en España el años pasado tal y como recogen las cifras de la AEVI– no caben todos. “La industria no tiene la capacidad de absorber toda la oferta que hay”, zanja Sahun.

Reunión de GameBCN
Reunión de GameBCN

El mentoring es una de las partes fundamentales del programa. Figuras ya contrastadas, como Stephane Assadourian, cofundador de la saga Assassin’s Creed, y Nacho Pintos, diseñador de la desarrolladora de juegos para móviles King, ponen su conocimiento al servicio de estos creadores independientes. Aparte de aconsejarles sobre cómo consolidar su modelo de negocio, no dudan en coger el mando para adentrarse en la jugabilidad y corregir todos los errores que vean. Con todo esto, y después de tres ediciones, hay algunos indies que se han pasado el juego. Es el caso de Lince Works con Aragami, que ha vendido más de medio millón de copias, y Appnormals con STAY, creado para ordenador y Xbox y a punto de lanzar la versión para PS4 y smartphones.

La videoconsola se llama móvil

Existe la tentación de pensar que sin una videoconsola o un ordenador es imposible jugar. Al igual que los móviles han llegado a nuestra vidas para cambiar casi todo, con los juegos no iba a ser menos. Prácticamente, coincide el porcentaje de quienes utilizan el teléfono y una consola para entretenerse según la AEVI. “Actualmente, con las herramientas disponibles, es relativamente fácil desarrollar un título. Para móvil, se crean más de 400 al día”, asegura Sahun. ¿El inconveniente para los estudios independientes? La falta de visibilidad en las tiendas digitales de turno y un marketing casi en fase beta. Competir con mastodontes como King es como ponerle cinco estrellas al modo de dificultad.

Uno de los principales problemas que afrontan los estudios de videojuegos es el desarrollo infinito

Una incubadora, en este caso privada a diferencia de GameBCN, que ha comprendido esta tendencia del sector es Demium Games. Pretenden acelerar simplemente a aquellos estudios que tengan en mente juegos para el móvil y que sean de descarga gratuita, los llamados free to play. El tiempo que estiman para llegar a un producto digno es de ocho meses, que es la duración del programa que ofrecen a los futuros Assadourian. “Partiendo de la creación de un equipo comprometido y la selección de una idea de juego que encaje en el mercado, nuestro programa de lanzamiento ofrece desde el espacio de trabajo hasta asesoramiento y mentoring”, anuncian en su página web.

Todas las cifras hacen pensar que el futuro de un sector como el de los videojuegos no está en entredicho. Situación diferente es la que afrontan los recién llegados. Estar al margen de las reglas establecidas tiene su encanto, pero los estudios indies no pueden malgastar las vidas que les han dado al comenzar la partida. Como comenta Sahun, se trata de un sector abierto a la colaboración y en el que casi todos están dispuestos a ayudar, lo que permite llegar a sitios impensables de antemano. Conocida toda la trama, solo queda coger el mando y terminar con el malo de esta saga: el game over.

PlayStation incuba ‘startups’ en Málaga

Málaga cuenta con la PlayStation Games Camp Andalucía, la incubadora para startups de videojuegos de Sony. La intención de esta iniciativa, en marcha desde finales del año pasado, es que la empresa japonesa comercialice en su plataforma PS4 los mejores proyectos que pasen por sus manos. En un principio, el desarrollo de este programa está destinado a acelerar las tres propuestas más interesantes, pero no descartan aumentar la cifra si las ideas que llegan al corazón de la Costa del Sol tienen un posible recorrido exitoso. Así, los emprendedores contarán durante 10 meses con todo el apoyo económico, mentoring y espacio que requieran.

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