Las cinco claves del evento ‘Techpreneurs’ sobre innovación abierta
Uno de los eventos estrella del pasado mes de mayo reunió a grandes y pequeñas empresas para analizar los estilos de innovación que hacen posible la colaboración entre ambos
Adquirir las ideas que desarrollan empresas más pequeñas es ya una de las principales opciones de los grandes a la hora de innovar. Pero no se puede hacer de cualquier manera ni a cualquier precio. El evento Techpreneurs, que puso en contacto a emprendedores y altos cargos de grandes compañías, dejó como conclusión algunos puntos a tener en cuenta para innovar de manera realista.
‘Startups’ y tecnología no siempre son sinónimos
La tecnología ya no es patrimonio de las startups, aunque socialmente hemos convertido las empresas de nuevo surgimiento y la innovación casi en sinónimos. Pero no siempre es así. “Las fábricas de coches tienen una tecnología espectacular, pero a ellas no se las llama tecnológicas. Sin embargo, un chaval en 24 horas hace una app para que la gente pueda compartir coche y eso ya es una empresa tecnológica”, criticó Luis Martín Cabiedes, de Cabiedes & Partners, que declaró en una entrevista a EL PAÍS RETINA que "la innovación es irrelevante y está totalmente sobrevalorada". Hace falta redefinir estos conceptos y no dejar que los delirios de innovación y tecnología te estropeen una inversión.
Ser el primero te llevará a fracasar
Los emprendedores tienden a buscar una idea original incansablemente, pero lo cierto es que las ideas originales suelen fracasar porque los modelos nuevos no están probados ni estudiados. Ese es el punto de vista de François Derbaix, cofundador de Bewater Funds e Indexa Capital. Derbaix puso el ejemplo de Facebook. Cuando nació, la red social no inventó nada: solo lo hizo mejor que las demás. “Lo importante en cualquier negocio es estar cerca del cliente e ir mejorando el producto. ¿Esto es innovación? Yo prefiero llamarlo mejora continua”, aseguró Derbaix.
La innovación está sobrevalorada
A la hora de venderse, muchas startups aseguran que están siendo las primeras en su sector. Aunque creen que eso es algo que suma, en realidad, puede ser un hándicap. “Cuando eres el primero en hacer algo lo más probable es que fracases”, aseguró François Derbaix. “La innovación no es relevante como criterio de inversión”, aseguró Luis Martín Cabiedes. Y recomendó: “Primero copiad, ¡copiadlo todo! Y después, innovad. Tienes que coger lo que está haciendo la competencia y mejorarlo”. Una cosa es ser líderes y otra, ser los primeros.
La colaboración es clave
Es ingenuo pensar que la empresa tiene todas las respuestas dentro. Sofía Benjumea, directora de Campus Madrid, resaltó la importancia de apostar por startups y no reducir toda la innovación de la empresa a proyectos de intraemprendimiento. Recordó el efecto que había tenido esta estrategia en su compañía. “Muchos de los productos más famosos de Google vienen de una adquisición, como en el caso de Youtube o Android”. Pero no todo vale. “La innovación externa tiene que ser susceptible de entrar en la propia cadena de valor”, sostuvo Blanca Drake, directora de estrategia y operaciones de Telefónica Open Future.
Avanzar junto a otros o morir solos
Fran Romero, responsable global de programas de innovación abierta en Amadeus, defiende la necesidad de colaborar para abanderar la renovación en cualquier sector.
La innovación abierta sucede cuando una gran compañía se asocia con otras entidades —normalmente startups, también universidades u otras empresas— para incorporar nuevos procesos y servicios que no podrían crear por sí mismas, bien por falta de agilidad o por falta de tecnología. “Se crea un entorno de colaboración entre la parte interna de la empresa y el ecosistema exterior”, explica Fran Romero, responsable de programas de innovación abierta en Amadeus. Y sabe de lo que habla: su empresa colaboró con Cabify cuando la startup estaba empezando y ahora trabaja con otras tantas para seguir siendo competitiva en el sector de los viajes y mantenerse a la vanguardia.
- P. ¿Por qué la innovación abierta se ha convertido en algo tan importante?
- R. Casi todo el mundo está de acuerdo en que la innovación tradicional está desfasada. Está muy bien que investigues cómo mejorar tus productos, pero el ecosistema que hay ahí fuera es muchísimo más potente que lo que tú puedas hacer. La cantidad de empresas que están pensando en cómo mejorar las soluciones actuales es enorme. Así que, en lugar de competir contra todos, es más beneficioso si buscas cómo avanzar de forma conjunta.
- P. ¿Qué gana cada parte?
- R. Nosotros [las empresas grandes] ganamos al estar conectados con lo que ocurre ahí fuera, con las tendencias y las novedades del mercado. No siempre es fácil tener un radar abierto y saber qué está pasando. Al conectarte con startups se te amplían los horizontes. También intentamos utilizar las soluciones estratégicas que nos aportan, que creemos que pueden ser útiles para nuestro sector y no se nos han ocurrido a nosotros. Las startups, a cambio, ganan financiación, acceso a un mercado más grande y los conocimientos de las personas que trabajan en nuestra empresa.
- P. ¿Cuánto tienen que cambiar las empresas para avanzar por este camino?
- R. Las grandes compañías se están dando cuenta de lo necesario que es, pero no es fácil dar el paso. Cuando quieres participar en este ecosistema suelen ser necesarios procesos nuevos y hace falta combatir las mentalidades del pasado. A muchas grandes compañías les cuesta entender la necesidad de hacerlo, les cuesta entender que los procesos tradicionales no son válidos para interaccionar con startups: ellas exigen más agilidad y rapidez. Entonces tienes que transformarte, adaptarte internamente para poder interaccionar con ese ecosistema externo, pero la inercia y la cultura de los procesos antiguos pesa mucho.
- P. ¿En qué proyectos concretos están trabajando ahora?
- R. En Amadeus seleccionamos a startups que tengan sus productos un poco desarrollados y que propongan soluciones estratégicas para el sector del turismo. Apostamos por Cabify cuando estaba empezando y ahora, por ejemplo, estamos trabajando con Situm, una startup que ha desarrollado una tecnología para localizar a la gente dentro de un gran edificio. Si llevas tu móvil encima, a través de detección de campos electromagnéticos, puede ubicar el punto exacto que te encuentras. Puede servir para contactar con un cirujano de urgencia en mitad de un hospital, pero también para guiar a un viajero por un aeropuerto. También estamos apostando por tecnologías punteras, como muestra nuestra colaboración con Civic, que utiliza blockchain para identificar al usuario al hacer el check in y el check out en hoteles, aunque aún está en fase de desarrollo.
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