La empresa que propone hacer un mundo mejor

Cambiar el mundo ha sido el objetivo de millones de personas a lo largo de los años. Ha copado letras de canciones, páginas de novelas y discursos de estadistas más o menos competentes de todo el globo. Es el objetivo también de emprendedores. Uno de ellos es José Almansa, un madrileño que ha volcado su carrera en promover la innovación y en mejorar la sociedad usando la tecnología y el compromiso.

"Welever es un movimiento de innovación basado en personas donde intentamos activar la creatividad y la inteligencia de la base de las pirámides de las empresas, las ciudades y las instituciones educativas para que todo fluya de abajo hacia arriba", explica Almansa en los jardines de Loomhouse, el centro de innovación que codirige junto a su hermana Paula en la Real Fábrica de Tapices.

Welever gestiona el voluntariado, mide el impacto y luego lo reporta. Tiene aplicaciones en las empresas y en las instituciones educativas, asegura Almansa. ¿Cómo? A través de los 17 Objetivos de Desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, propuestos por la organización para 2030.

"Hemos creado es una plataforma en la que el propio ciudadano (empleado o estudiante) tiene una herramienta para proponer iniciativas o sumarse a las que ya estén funcionando". Cuando se pone en marcha una iniciativa, Welever te da la oportunidad de organizarla desde un chat privado. Entonces, la plataforma empieza a trackear todo lo que sucede y califica las horas básicas a través de experiencia y expertise del organizador y de los participantes (cada uno tiene una puntuación asignada).

No se trata de dejar un mejor mundo a la próxima generación, sino dejar una mejor próxima generación al mundo que viene”

Hay un algoritmo que calcula las variables y genera horas cualificadas, y se suman al global de horas que hacen falta para la consecución de cada objetivo, según los cálculos de la ONU. "El sistema me dirá que he contribuido en un cero coma cero, cero, cero, cero, cero, cero cuatro... Y aunque esos ceros pueden ser frustrantes, son los que en realidad te identifican como persona: los puedes llevar a tu empresa o a tu comunidad… Eres una persona que ha ayudado a la consecución de esos objetivos", recalca Almansa. "Es importante, porque estamos empoderando a la persona para que sea responsable y catalizador de la consecución de esos objetivos".

• Medición

Almansa hace especial hincapié en este aspecto. "Las corporaciones están hechas de una forma piramidal", explica. "Están los de arriba, los que toman decisiones y se las imponen a los de abajo. Por ejemplo, cuando hacemos un plan de voluntariado corporativo, que suele diseñarse en el departamento de recursos humanos, habla con una consultora o con una ONG, logra algo con lo que está cómodo, que crea que representa los valores de la compañía, y lo propone a los de abajo".

¿Cuál es el resultado, según Almansa? El 85% de las personas que trabajan en las empresas dicen que quieren hacer voluntariado. Sin embargo, apenas un 12% de ellos se apunta a los planes de voluntariado corporativo. ¿Qué ocurre? Que no se sienten identificados con lo que se propone en la empresa: lo que hemos creado es una plataforma en la que el propio empleado tiene una herramienta para proponer las iniciativas que pueden estar interesantes".

Almansa asegura que la clave está en generar el bottom up dentro de una organización: la creatividad y la innovación no están arriba, sino abajo, está en la base de la pirámide. "Queremos activar esa inteligencia colectiva".

Esta realidad se puede poner en práctica también en el ámbito académico. Welever, de hecho, cuenta con fuertes planes de expansión en México y en Miami. "Un currículum habla de lo buen estudiante que eres, pero no expresa bien qué clase de persona (o de líder) eres", explica. "Si un estudiante después del huracán de Miami toma la iniciativa y convence a otros 20 estudiantes para que vayan a  limpiar las playas o a ayudar a personas, esa persona es talento, alguien que va a ser un emprendedor dentro de la empresa".