La interesante alianza entre 'big data' y comportamiento social
Analizar el lenguaje en plataformas como las redes sociales supone conocer de primera mano el pulso de la sociedad
El lenguaje es una de las fuentes más ricas de datos que tiene el ser humano. Es el reflejo del pensamiento y de lo que se quiere decir en cada momento. Por ello, analizarlo en plataformas como las redes sociales supone conocer de primera mano el pulso de la sociedad, qué piensa y cómo se posiciona sobre la actualidad. Una monitorización al uso de las redes puede ofrecer algunas pistas, pero no ahonda lo suficiente porque no estudia en profundidad el lenguaje, qué quiere decir la persona con esas palabras.
Para realizar este análisis, uno de los métodos más precisos e incisivos actualmente es el procesamiento del lenguaje natural. Esta disciplina cuenta con décadas de investigación y ha desarrollado sistemas que analizan de manera precisa el contenido de un texto, pudiendo extraer el sentimiento o la opinión que se deriva del mismo, lo que llamamos análisis semántico.
A través de un procedimiento de extracción de significado pueden apreciarse las opiniones de los usuarios, si son positivas o negativas; las emociones con respecto a lo que cuentan; la intención del mensaje, si se trata de una queja o sugerencia, por ejemplo; e incluso el grado de concienciación midiendo la implicación de un usuario sobre un problema social derivado de sus manifestaciones sobre el mismo. El sistema del análisis de sentimientos detecta además temas o palabras representativas, clasifica por categoría y establece una serie de variables demográficas.
La característica de esta técnica que le confiere la categoría de tercera generación de este tipo de aplicaciones de monitorización es la introducción del análisis semántico. Este estudio semántico permite profundizar en los textos distinguiendo entre factores lingüísticos como la ironía, las metáforas o el mismo contexto de la conversación.
Además, la información recopilada en las monitorizaciones basadas en el análisis de sentimientos difiere en gran medida sobre la recogida en encuestas o estudios de mercados. Todos los datos recogidos sirven para conocer el comportamiento, las opiniones, el sentimiento de los usuarios sobre ciertos productos o temas sobre los que se lleve a cabo este exhaustivo análisis de una manera instantánea y espontánea. Los usuarios vierten en sus redes opiniones y reacciones más ajustadas a la realidad porque cuentan con una libertad que no la dan las encuestas, dónde la persona puede maquillar sus opiniones por distintos motivos.
Los usuarios vierten en sus redes opiniones más ajustadas a la realidad porque cuentan con una libertad que no dan las encuestas
El análisis de sentimientos, con la ayuda del big data, se ha convertido en la herramienta más fiable y precisa de la actualidad. El avance de la sociedad y la llegada de la era digital ha obligado a afinar más las técnicas de análisis para responder a las necesidades del mercado. Las compañías y agencias de comunicación entienden el valor de esta información y por ello la solicitan para sus estrategias comerciales, la atención al cliente y la detección de tendencias. Gracias a los estudios basados en este sistema, las empresas pueden detectar intenciones y el contagio social, determinar el éxito de un negocio, realizar una segmentación de los usuarios y conocer mejor al cliente. Por ellos, se convierte en una información con un valor incalculable.
Los avances en big data influyen directamente en la sociedad. La creación de aplicaciones de este tipo que mejoran notablemente su método es sólo un ejemplo de lo que la recopilación de datos unidos al análisis puede llegar a hacer. En el uso del big data está una de las claves para el desarrollo en cualquier campo, contar con este dotará a los diferentes sectores de nuevos instrumentos capaces de mejorar y facilitar su trabajo.
Pablo Haya es director de innovación social en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento.
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