Las redes sociales pretenden acabar con las fianzas de alquiler
Un emprendedor español lanza un sistema de reputación basado en la huella digital de las personas que aspira a sustituir las calificaciones de solvencia
Juan Cartagena llegó hace unos años a Estados Unidos y se encontró con un problema: no tenía manera de alquilar ningún piso porque, dado que era nuevo en el país, no tenía calificación de solvencia. Para compensar, le pedían cifras que rondaban los 12.000 euros de fianza o un avalista –que, obviamente, como recién llegado, no tenía- por valor de unos 35.000 euros. “Y eso el primer día que pones el pie en el país”, comenta. “Es un gran problema no solo para los inmigrantes sino para los jóvenes emancipados, muchos de los cuales no tienen puntuación crediticia”, afirma.
De la indignación de este emprendedor nació Traity: un sistema de reputación online para personas basado en su huella digital, que llevan años perfeccionando. Ahora acaba de lanzar su primer producto -Trustbond- cuyo cometido no es otro que eliminar los depósitos de alquiler. “Usamos la tecnología Traity para extrapolar tu riesgo como inquilino basado en tus redes sociales (Twitter, Facebook, LinkedIn, etc.) y otros datos como tu uso de servicios como AirBnB o Uber”, afirma su creador.
Cartagena explica que su sistema tiene en cuenta un número creciente de redes (actualmente 26). Lo que buscan en ellas es consistencia: “A una persona que dice en LinkedIn que trabajó en Telefónica pero no tiene ningún amigo en Telefónica no le damos puntos”, señala. De AirBnb analizan las reseñas semánticamente, de Uber extraen la puntuación… y así con cada red. El resultado del cómputo global es una puntuación individual que sirve -o eso proponen- para sustituir a la tradicional calificación de solvencia.
“Hemos demostrado que nuestras puntuaciones predicen el comportamiento. El año pasado conseguimos una patente con más de 20 reclamaciones”, asegura el emprendedor. ¿Qué hay de sus posibles sesgos? “Es probable que la predicción sea distinta en diferentes países. Por ejemplo, en Rusia la gente da puntuaciones mucho más bajas a otros usuarios, así que tendremos que afinar poco a poco”, responde Cartagena, que recalca que, aparte de estos, no hay sesgo posible de raza, sexo, religión, etc., dado que lo que busca su tecnología es consistencia en las redes y resiliencia en los comportamientos de cada usuario.
Cómo funciona
Trustbond permite eliminar el depósito del alquiler a cambio de abonar una garantía bancaria que cuesta aproximadamente un 12% de lo que sería la fianza. Hay descuentos para quienes más reputación tienen y también por ser usuario frecuente (para quien use Trustbond más de una vez), en caso de que en anteriores ocasiones no haya habido ningún problema.
La cantidad del 12% no es aleatoria: se basa en la media de reclamos que hacen los caseros sobre sus inquilinos y que los creadores de Trustbond prevén que podrían tener que cubrir. “Lo que no tiene sentido es que todos paguemos a día de hoy un 100% de la cantidad por adelantado de todo lo que podría romperse”, afirma Cartagena.
¿Y para quien no está presente en redes sociales y apenas use internet para lo básico, también sirve? “Está claro que, cuanta más vida online tienes, más fácil te será ganar puntos. Pero incluso si no es el caso, puedes recurrir a lo que nosotros llamamos ‘red de confianza’: pedir a otra persona que te recomiende, igual que se hace habitualmente con recomendaciones de trabajo. De esa manera, quien te recomienda te transfiere parte de su reputación”, explica el fundador de Traity. Así que no hay una presencia mínima digital necesaria para beneficiarse de Trustbond.
Por otra parte, la tecnología de Traity usa blockchain para garantizar que la información sobre la reputación de cada cual no es propiedad de una plataforma sino de sus usuarios, que tienen el control sobre ella. Además, esta tecnología aplicada a Trustbond permite -explica Cartagena- crear una especie de pasaporte multinacional a largo plazo para el inquilino, “demostrado y firmado por blockchain y por las valoraciones que han hecho de él todos sus caseros anteriores”. “También permite que si algún día nosotros desaparecemos como empresa, tu pasaporte de reputación siga disponible para que tú lo uses como necesites. Te hace dueño de tus datos”, añade.
Dónde se puede usar
El lanzamiento inicial de Trustbond se ha realizado en Australia. Allí opera en alianza con la mayor aseguradora del país, con la que comparte los beneficios de Trustbond. “En proyectos de este tipo con una startup detrás es importante que haya una gran empresa que responda por las posibles reclamaciones si aquella dejase de existir”, comenta Cartagena.
¿Por qué empezar en Australia? Entre otras cosas porque, en palabras del fundador y director ejecutivo de Traity, “allí aceptan muy bien la innovación y las cosas nuevas”. “Además -añade- la Ley es más permisiva que otras como, por ejemplo, la española”. Entonces, ¿tiene sentido traer un producto como Trustbond a España? Desde luego para los usuarios sí, teniendo en cuenta la situación del alquiler. Iris Rubio, vecina de Masnou (Barcelona), cuenta a EL PAÍS RETINA su caso, que podría haber sido el de cualquier otro.
“En Masnou ya no existe alquiler de particular a particular, así que la primera barrera es que ya sabes que vas a tener que pagar a una inmobiliaria que en realidad trabaja para el propietario y que no va a hacer nada por ti porque hay tanta demanda que los pisos se los rifan”, afirma Rubio. “Ante esta situación, si un piso te gusta, tienes que decidirlo en el momento y presentarte enseguida en la oficina con tu contrato en la mano, dos nóminas que justifiquen que entras en los baremos de salario establecidos para la vivienda que quieres alquilar, y un adelanto de la primera mensualidad de alquiler”, relata. A eso se suma una fianza equivalente a dos mensualidades Más los honorarios de la inmobiliaria (equivalentes a otro mes de alquiler), todo ello a pagar en el momento de la firma del contrato.
Por otra parte, Rubio señala que su contrato consta de un anexo con fotos de cómo se había entregado la casa, “que es lo que incluyen para buscar cualquier excusa para quedarse con el depósito cuando te vas”. “Aunque se suponía que me dejaban la casa vacía, había un espejo que cambié y que no me atrevo a tirar porque sé que van a hacer cualquier cosa para no devolverme la fianza”, confiesa.
Así que, tras pasar tres meses de búsqueda, Rubio tuvo que pagar 3.500 euros para alquilar una casa que al mes cuesta 670 y cuyos interlocutores desde el primer momento la han tratado con desconfianza, el modus operandi por defecto. “Por fortuna no me gano mal la vida, pero de mi grupo de amigas ninguna podría afrontar estas cantidades. Con un sueldo normal es inviable”, asegura. Preguntada por Trustbond, Rubio comenta que, si hubiese tenido la oportunidad de usarlo, “lo habría hecho seguro”. “Como no he tenido nunca problemas con un alquiler, me duele en el alma este trato y tener que pagar una barbaridad de dinero”, lamenta.
Barreras en España
Si bien tendría sentido un producto como Trustbond en España, la ley vigente lo pone muy difícil. “Existen dos grandes escollos para poder implantar un seguro que sustituya a la fianza por el alquiler de una casa”, afirma Rosa Guirado, abogada fundadora de LegalSharing, un despacho especializado en economía colaborativa y startups que está estudiado la entrada de Trustbond en España.
La primera barrera de la que habla es “la exigencia por ley de una fianza obligatoria”. La segunda, el hecho de que las comunidades autónomas -también por ley- tengan competencias para exigir, además, un depósito en favor del Instituto Regional de la Vivienda correspondiente. “Por tanto, ni la fianza ni el depósito podrían eliminarse libremente”, afirma la abogada.
Entonces, ¿habría alguna manera de introducir Trustbond? Guirado comenta que la solución consistiría en informar de los beneficios del producto para la sociedad y en dialogar con las autoridades e institutos regionales de vivienda “para que comprendan los beneficios para los ciudadanos, cuyos intereses ellos administran”. “Está claro que es mejor para un ciudadano pagar sólo 200 que tener que pagar 2.000 euros”, señala. “Además, no hay un sector tradicional que se vea afectado negativamente por la entrada de este producto, lo cual lo hace más interesante aún”, sentencia.
Cartagena asegura que van a hacer lo posible por traer Trustbond a España y expandirse a otros países. Y no solo con Trustbond sino con otro producto que le ronda la mente desde hace tiempo, en este caso aplicado a hipotecas. “Tener un pasaporte de inquilino con Trustbond es la forma perfecta de conseguir una hipoteca en el futuro. Si durante años has demostrado que puedes pagar 1.000 euros mensualmente sin dar problemas, pues será que también puedes pagar una hipoteca de 1.000 euros, ¿no?”, pregunta retóricamente.
Para hacer esto viable, el emprendedor contempla dos posibilidades. Una es trabajar con proveedores de hipotecas para que el usuario les dé acceso a su perfil de Trustbond. La otra es cubrir ellos mismos las hipotecas en alianza con un banco, como en el caso de la aseguradora en Australia. “Me encantaría cambiar la forma en la que funcionan las hipotecas”, concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.