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El mercado de contenidos del futuro: el objetivo de este español en Noruega

Basado en 'blockchain' permite verificar transacciones y ofrecer un mejor control de la distribución

Hubii, un marketplace de contenido basado en blockchain.
Hubii, un marketplace de contenido basado en blockchain.

El contenido es el rey, una máxima que se repite en las empresas cuando aterrizan en Internet. No solo las que se dedican al contenido, sino cualquiera que esté inmersa en la transformación digital. Pero, ¿cómo conseguir contenido de calidad, contrastado, bien hecho y que no sea el mismo que tienen los demás? El reto de difundir imágenes, música, vídeo y texto respetando al autor y ofreciendo compensación es la misión que acaba de asumir Hubii.

Detrás de la misma está Jacobo Toll-Messía, un ingeniero español que tras licenciarse hace 20 años fue a trabajar a Londres. “Sentí que allí daban una oportunidad, te dejan crecer”, explica. Tras trabajar en la industria del gas y vivir en Estados Unidos, se centró en Noruega, de dónde es su mujer, y comenzó a construir productos.

Primero, un agregador de noticias que formó parte de una idea rompedora, pero que no terminó de cuajar, Firefox OS, el sistema operativo móvil abierto impulsado por la fundación Mozilla y empresas como Telefónica, Telenor y Alcatel. Su motor de selección de contenido llegó a dar servicio a 50 millones de usuarios al día, pero se dio cuenta de una de sus debilidades: “Éramos el intermediario y veíamos que financieramente no escalaba como debería. El dinero se perdía en el camino”.

Toll-Messía, es fundador y consejero delegado. El equipo lo completan Jens Ivar Jørdre, director técnico, junto a Mark Briscombe, Barbara Hüppe, Øyvind Pedersen y Federico Mesquita. Un total de seis personas repartidas entre Noruega, Brasil, Tailandia y Alemania. El equipo trabaja en blockchain desde 2011 y han dedicado los últimos tres meses a crear una plataforma para la compra y venta de contenido, del creador al distribuidor sin intermediarios. Y añade un matiz interesante: “Ahora demandan contenido empresas que antes no lo hacían. Las operadoras, fabricantes… Es algo que viene desde Asia pero tiene muchísimo sentido”. Lo que ofrecen son smart contracts, contratos enriquecidos a través de la cadena de bloques. “El registro distribuido da una confianza comunal. El programa replica el contrato a todos los nodos de la cadena”, reitera.

Jacobo Toll-Messía en su oficina.
Jacobo Toll-Messía en su oficina.

Toll-Messía ha ido un paso más allá, en su mercado las transacciones se hacen con hubs, su propia criptomoneda y ambas partes crean las condiciones del contrato. Una vez cerrado, el distribuidor hace un seguimiento del contenido, de su alcance e impacto. Gracias a la cadena de bloques saben mejor quién consume las creaciones, el perfil del usuario, y, en una segunda fase, podrá hacer una oferta más acorde a su gusto.

El próximo día 17 esperan hacer su primer ICO (initial coin offering), el equivalente a una ronda de inversión pero con criptomoneda, con ethereum. De manera inesperada se ha convertido en una de las estrellas de los foros dedicados a este tipo de transacciones, que los encumbran como el mercado de contenido del futuro. Comprar estar participaciones servirá para poder operar en su plataforma.

La empresa pretende crear una plataforma para la compra y venta de contenido que vaya del creador al distribuidor sin intermediarios

El modelo de negocio pasa por cobrar una pequeña comisión de cada una de las transacciones, siempre al distribuidor, pero en principio no al creador. Toll-Messía se apoya en los datos para dar una dimensión del negocio: “Para 2020 el volumen del mercado de contenido será de 2.000 billones de dólares”. Apunta directamente al mundo de los medios, donde cuenta con el apoyo de asesores de la talla de David Schlesinger, ex director de Reuters, y de John Paton, presidente de IVA Ventures y ex consejero delegado de Digital First Media.

Además de algunos valores que ahora mismo son uno de los temas más candentes del periodismo: “En el caso de las noticias falsas se podría poner un freno. Si se puede verificar algo con la cadena de datos, con seguimiento de autor y fuente, ya no hay opción a la falsedad. También pienso en que se puede usar para que una comunidad apoye directamente a un músico, a un artista”.

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