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Alerta ‘legaltech’: ¿sustituirá la inteligencia artificial a los abogados?

Estamos asistiendo a los primeros ejemplos de predicción de sentencias mediante inteligencia artificial y “machine learning, asegura la autora, asesora legal en Pérez-Llorca

Getty Images

En los próximos cinco años, entre el 20% y el 50% de las tareas legales rutinarias se verán totalmente reemplazadas por la inteligencia artificial, que será capaz de automatizar muchos de los procesos sin que exista intervención alguna de las firmas de abogados. Esta es una de las predicciones que Rohit Talwar (prestigioso conferenciante, innovador y futurista global) hizo el pasado mes de mayo en Lexpo, uno de los mayores eventos europeos sobre innovación legal que se celebra anualmente en Ámsterdam.

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Tan solo tres meses después, hemos sabido que las principales firmas de abogados españolas han adquirido o están analizando tecnologías de inteligencia artificial para automatizar parte de sus procesos. RAVN Systems, Luminance o Neota Logic son solo una muestra de empresas especializadas en inteligencia artificial que están adaptando su tecnología para generar una disrupción en los servicios jurídicos.

Tiene todo el sentido que se utilice esta tecnología en el sector jurídico, ya que hay numerosos procedimientos en los que se hace un trabajo prácticamente manual y donde la cualificación del abogado no aporta un valor diferencial. Esto es así porque se trata trabajos tan mecánicos que pueden ser realizados por un sistema automatizado sin titulación académica, sin perjuicio de que siempre exista una supervisión letrada.

Este es el caso de las conocidas due diligence, operaciones habituales en las firmas de abogados que consisten en la verificación previa y necesaria a la compra de una compañía de todo tipo de información financiera, contractual y empresarial con el objetivo de fijar su valor real. Los despachos de abogados hacen decenas de due diligence al año que no necesariamente acaban en la compra de la compañía en cuestión. En este proceso de verificación se analizan todos los contratos y documentos relevantes de la compañía en venta para buscar cláusulas específicas u otra información relevante.

Una due diligence puede llevar días, semanas o meses, pero los clientes no suelen estar dispuestos a esperar el resultado tanto tiempo debido a que tienen una ventana de decisión muy limitada. En este momento, se produce un drama en los despachos de dimensiones épicas: jornadas maratonianas donde los abogados revisamos todo tipo de documentos para llegar a tiempo a los deadlines, fallos humanos debidos al agotamiento... un trabajo casi manual que no requiere cualificación jurídica y un coste por servicio que no deja satisfecho ni al cliente ni al bufete. Máxime cuando, en muchas ocasiones, no se produce una compra de la compañía, que es donde el despacho podría monetizar esas tediosas horas de análisis previo.

La inteligencia artificial ofrece una solución eficaz a este problema. Esta tecnología permite analizar ingentes bases de datos (cartas, contratos, cuentas, documentos) y dar respuestas lógicas basadas en las métricas y parámetros asignados por el ingeniero a petición del abogado. Y lo que es mejor, puede hacerlo en pocos días u horas, con un margen de error tendente a cero. He tenido la suerte de ver algunas demos donde se aprecia que su funcionamiento y resultado son excelentes. La máquina analiza toda la documentación de la empresa y organiza la información importante y las conclusiones en columnas para que abogado y cliente puedan, de un vistazo, tener una foto completa de la compañía. Y lo más interesante es el precio. Y es que, a pesar de que la inversión inicial de los despachos en tecnologías avanzadas pueda ser elevada, quedará rápidamente amortizada con unas pocas operaciones, haciendo que el coste por servicio sea cada vez más bajo y, por tanto, más competitivo.

¿Sustituirá la inteligencia artificial a los abogados? Para este tipo de servicios, sí. Nos desplaza a las tareas donde somos útiles. No olvidemos que esta tecnología es una herramienta que debe ser supervisada por un abogado, que es quien dicta los parámetros de búsqueda. Aunque solo se necesitará a uno de nosotros. Los demás abogados podremos dedicarnos a las funciones donde realmente aportamos valor, consiguiendo, de paso, mejorar nuestra calidad de vida.

Podemos concluir que un porcentaje de la rutina jurídica podrá automatizarse con éxito. Las due diligence son solo el principio. Estamos asistiendo a los primeros ejemplos de predicción de sentencias mediante inteligencia artificial y machine learning. Es solo cuestión de tiempo que los porcentajes que vaticina.

Natalia Martos Díaz es counsel en Pérez-Llorca

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