Facebook: o cómo controlar a la ‘bestia’ de la comunicación
Noticias falsas y vídeos violentos: los medios reflexionan sobre cómo regular estos contenidos
Da igual las veces que visites tu muro de Facebook: hay días en los que pase lo que pase solo ves las mismas publicaciones una y otra vez. Y eso que tienes 700 amigos… Porque Facebook permite la comunicación, pero también establece las reglas y los límites. Y su influencia en la cultura, las elecciones o cualquier cosa fuera de sus fronteras digitales es tan grande que impacta sobre nosotros. Incluso si no lo usamos.
Facebook ha puesto en las manos de los ciudadanos unas herramientas potentes como Facebook Live. Aparentemente, el equipo de Mark Zuckerberg no fue capaz de prever el uso que le está dando algunas personas (suicidios, asesinatos), y va a añadir 3.000 personas para monitorizar esta actividad. ¿Son suficientes para una base de clientes mayor que la población de China y EE UU? (porque, ¿podrán las máquinas hacerlo todo? Según Google y su filial Deep Mind, sí.
No solo son los vídeos con contenido violento. También está la proliferación de noticias falsas, difundidas gracias a esta poderosa plataforma (la propia compañía ha lanzado una campaña en prensa para aumentar la sensibilización ante este problema). La propia Facebook ha cerrado miles de cuentas solo en Reino Unido para controlar su proliferación. Con la llegada de los blogs, la gente interesante se convirtió en la más influyente. Con la eclosión de las noticias en Facebook, son las más ruidosas las que pesan más en la opinión pública. Así lo ha demostrado la campaña electoral en Francia, que ha marcado un antes y un después, al estilo de la de Barack Obama en 2008.
¿Cuál es la solución? Algunos cerebros de Harvard han lanzado un paper para luchar contra ello. Por si no quieres leerlo, aquí está un resumen (más o menos): proporcionar feedback a algunos usuarios de que esa noticia puede ser falsa; buscar noticias de fuentes ideológicamente compatibles que demuestren que esa noticia es falsa; detectar qué informaciones están siendo impulsadas por bots; identificar las fuentes primigenias de esas informaciones falsas.
Epílogo: Hay voces que aseguran que la ingeniería genética en humanos va a llegar antes de lo que pensamos. Y no estamos preparados para ello. “Nos vamos a dar un poder para cuyo control no tenemos la sabiduría necesaria”, asegura Michael Bess, historiador de la Universidad Vanderbilt.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.