Los móviles también pueden reforzar el aprendizaje de los niños
Debe existir un acuerdo con las compañías de telecomunicaciones para dar acceso a dispositivos inteligentes de calidad y bajo costo en países en desarrollo
Gran parte de la discusión sobre el auge del acceso tecnológico se enfoca en cómo ha revolucionado la productividad de empresas y gobiernos. Desde generar copias digitales de los patrones de consumo de los supermercados para pronosticar la demanda de productos del mes o utilizar inteligencia digital para ajustar de manera dinámica la señalización en calles y mejorar el flujo del tráfico, a la identificación y monitoreo de gente viviendo en niveles de pobreza. Sin embargo, poco se habla de cómo estas tecnologías pueden revolucionar la educación de niños y niñas cuando el sistema educativo aún carece de la infraestructura escolar y entrenamiento de profesores que ofrezca una educación de calidad.
De acuerdo con el Banco Mundial, en países de bajo y medio ingreso, antes de la pandemia un 53% de niños de 10 años no podía leer y comprender una historia simple al terminar la educación primaria, lo que se le conoce como pobreza de aprendizaje. La pandemia complicó aún más esta situación, aumentando el porcentaje a un 85% en todo el mundo.
Mucho se habla de que para poder incrementar la calidad de la educación en países en desarrollo lo que se debe hacer es reestructurar el sistema educativo que, así, permita la constante capacitación y monitoreo de profesores. Si bien es cierto que esta medida revolucionaría la calidad educativa, esto involucra una inversión de largo plazo en donde los retornos sobre aprendizaje tardarán mucho tiempo en materializarse. Mientras vamos moviéndonos hacia ese objetivo, la pregunta es, ¿qué se puede hacer para remediar hoy el bajo aprendizaje que millones de niños y niñas están enfrentando?
Diversos estudios académicos han demostrado que el acceso a tecnologías digitales adaptativas pueden ser una alternativa a la educación de recuperación en contextos de baja calidad educativa, bajo acceso a materiales escolares y baja educación familiar. El premio Nobel de Economía Abhijit Banerjee y sus colaboradores han dedicado múltiples esfuerzos a entender el impacto del software adaptativo para “enseñar al nivel apropiado” del niño o niña. Los autores han encontrado que el uso de dichas tecnologías en las escuelas puede ser sumamente efectivo para incrementar niveles básicos de alfabetismo en niños y niñas de edad primaria.
Otro estudio liderado por mí y Víctor Orozco ha demostrado que si estos software ofrecen aprendizaje que sea divertido, puede mantener la atención e involucración del niño o niña y, por tanto, ser sumamente efectivos para mejorar su nivel de alfabetismo. Además, el acceso a dicha tecnología en casa ofrece una alternativa a los padres para poder apoyar el aprendizaje de sus hijos, aun cuando sus niveles de alfabetismo sean bajos o nulos.
También encontramos en este estudio que no solo estas tecnologías pueden incrementar el aprendizaje, sino también cambiar la manera en cómo los padres se perciben a sí mismos ―en nuestro estudio los padres se sienten más capaces de ayudar a sus hijos a aprender cuando una tecnología digital se encuentra en casa, y además también valoran de manera más positiva que tan buenos son sus hijos para aprender a leer y escribir.
¿Cómo podemos fomentar el uso de estas tecnologías de manera sostenible? En primer lugar, debe existir un acuerdo con las compañías de telecomunicaciones para dar acceso a teléfonos inteligentes de calidad y bajo costo en países en desarrollo. De igual forma, utilizando el mismo tipo de tecnologías, se puede entrenar a profesores para la obtención de capacidades digitales, así como el uso de dichas tecnologías como apoyo para la preparación del material de clases. Sin embargo, debe ser acompañado con campañas de concientización a padres sobre su uso y potencial, subrayando que dichas tecnologías son un complemento, y no un sustituto, del aprendizaje en clase. Así, los software adaptativos en casa podrían llegar a ser el complemento ideal para la educación en escuelas.
Pero el bajo aprendizaje no solo compete a países en desarrollo, varios países desarrollados tienen retos importantes en educación que también pueden resolver con el uso de tecnologías digitales que ofrecen software adaptativos. De acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, Programme for International Student Assessment, en inglés) desde 2012, los países considerados en la evaluación han sufrido una constante caída en matemáticas y lectura de comprensión. La más reciente evaluación del 2022 muestra que los países europeos no son la excepción. Las regiones con un desempeño por arriba del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como Irlanda, Reino Unido y Estonia, vieron caer el desempeño en la prueba de lectura de 2 a 12%, respectivamente, comparado a 2018.
Mientras que países que se encuentran por debajo del promedio demostraron caídas más drásticas por arriba del 20%, como Eslovenia, Países Bajos e Islandia. A diferencia de los países con menos recursos, Europa cuenta con una penetración de más del 80% de teléfonos móviles o smartphones que les permite tener acceso a internet. De tal forma, dichas tecnologías pueden ser de utilidad en casa para reforzar el aprendizaje de niños y niñas utilizando software gratuitos, aun para países como España, que se encuentra en el promedio de los países de la OCDE. Quizás esta es una buena oportunidad para poder compartir con nuestros hijos un teléfono móvil para que, en vez de distraerse con contenido no educativo, puedan reforzar su aprendizaje de una manera divertida.
Ericka G. Rascón Ramírez es académica de la Universidad de Middlesex en Londres y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en Ciudad de México. Es experta en el diseño, implementación y evaluación de intervenciones sociales, cuyo objetivo incrementar la matriculación escolar, el aprendizaje y la educación cívica y las oportunidades laborales de gente joven, y reducir la maternidad adolescente.
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