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Urkullu se inclina por adelantar las elecciones para no coincidir con Torra

El lehendakari, que detenta la competencia exclusiva de convocar los comicios, ha expuesto sus dudas a sus consejeros

Luis R. Aizpeolea
El lehendakari Iñigo Urkullo, este febrero, en el Parlamento vasco.
El lehendakari Iñigo Urkullo, este febrero, en el Parlamento vasco.L. Rico

El pasado martes, Iñigo Urkullu abrió una ronda insólita en el Consejo de Gobierno vasco para que sus 11 miembros, peneuvistas y socialistas, se pronunciaran sobre la posibilidad de anticipar las elecciones autonómicas o agotar la legislatura hasta octubre. Aunque la decisión corresponde en exclusiva al lehendakari, fuentes nacionalistas creen que este se decantará por anticiparlas al 5 de abril, para evitar que la campaña vasca se vea influida por las elecciones catalanas que Torra convocará tras aprobar los presupuestos.

Urkullu, que detenta la competencia exclusiva de convocar las elecciones vascas, expuso sus dudas y escuchó a sus consejeros, pero no se pronunció. Su dilema reveló la preocupación del lehendakari por la fragilidad que atraviesa el Gobierno central, condicionado por la volatilidad de la situación catalana.

Las fuentes consultadas apuntan a que el próximo martes, fecha límite de convocatoria para poder celebrar las elecciones el domingo anterior a la Semana Santa —es decir, el 5 de abril—, se inclinará por anticiparlas para evitar la coincidencia con las catalanas que el president Torra podría convocar para el mes de mayo.

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En la reunión del Consejo de Gobierno, Urkullu hizo un análisis de la situación política y económica vasca, según fuentes próximas al Ejecutivo. El Gobierno de coalición entre el PNV y el Partido Socialista de Euskadi atraviesa una coyuntura favorable con los Presupuestos ya aprobados con el respaldo de Podemos, la economía creciendo y el logro del objetivo de reducción del paro por debajo del 10%.

Sus relaciones con el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez han empezado bien. El próximo día 20 se reunirán ambas administraciones para establecer el calendario de los traspasos pendientes del Estatuto de Gernika.

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Ambos gobiernos parten de una coincidencia básica en el enfoque de la crisis catalana, que creen debe encauzarse a través del diálogo con sus instituciones y partidos. Además, las encuestas mejoran las expectativas del PNV y PSE que, sumados, lograrían mayoría absoluta.

Este horizonte favorable invitaría a Urkullu a agotar la legislatura y celebrar elecciones en octubre, según fuentes próximas al Gobierno vasco.

Pero las incertidumbres de la política catalana y española cuestionan la idea de agotar la legislatura, admiten las mismas fuentes. Urkullu es un valedor de la mesa de diálogo entre el Gobierno del Estado y el de Cataluña, pero teme que la rivalidad electoral entre ERC y PDeCAT por liderar el independentismo, reavivada las últimas semanas, acabe por desestabilizar al Gobierno de Pedro Sánchez. El clima preelectoral en Cataluña podría hacer más difícil que ERC facilite la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

Las alarmas sonaron para Urkullu los días 28 y 29 de enero cuando, tras chocar en el Parlamento catalán PDeCAT y ERC, Torra anunció el adelanto de las elecciones catalanas sin fecha, una vez sean aprobadas las cuentas de la Generalitat.

Durante esos mismos días, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, celebró una cadena de entrevistas en Cataluña con los principales líderes del PDeCAT y de ERC, algunos de ellos presos como el propio Junqueras, y no obtuvo garantías de estabilidad en la política catalana ni de que ERC vaya a facilitar los Presupuestos del Gobierno socialista ni de la fecha de celebración de las elecciones al Parlament, señalan fuentes nacionalistas.

Ortuzar abogó ante los independentistas catalanes por la política dialogante de Sánchez y por la facilitación de sus Presupuestos. “No despejó las incógnitas y regresó pesimista”, añaden las mismas fuentes.

Urkullu quiere evitar a toda costa que las elecciones catalanas, de cuya fecha no hay certeza (pero que podrían celebrarse en mayo), coincidan con las vascas y las contaminen, admiten fuentes nacionalistas. “Urkullu, durante su mandato, ha representado la política del diálogo y la convivencia. El cruce de unas elecciones catalanas en las que los partidos independentistas rivalizarán por el soberanismo repercutiría en el clima político vasco porque Bildu trataría de contaminarlo”, explican.

Estas incertidumbres abocarían a Urkullu a convocar elecciones el 5 de abril y evitar, así, el riesgo de coincidir con las catalanas si las deja para mayo.

También existen argumentos internos que le animan al adelanto. Urkullu ha señalado uno: el clima preelectoral ya existente en Euskadi. “El clima preelectoral dificulta la gobernabilidad porque las estrategias de los partidos obstaculizan la colaboración parlamentaria. Además, los sindicatos ELA y LAB han entrado en una dinámica movilizadora contra el Gobierno vasco y la oposición tampoco va a dar ningún oxígeno”, admiten fuentes nacionalistas. No perderán ocasión, por ejemplo, de atacar al PNV en alguno de sus flancos débiles, como el caso de Miguel, un escándalo de corrupción que afecta a parte del aparato del partido en Álava.

A por la mayoría absoluta

Otro factor en favor del adelanto es que la legislatura ha sido pobre en términos legislativos para el Gobierno PNV-PSE por no disponer de mayoría absoluta por solo un escaño, que ahora las encuestas le dan, admiten las mismas fuentes.

Los socialistas, que comparten el Gobierno vasco con el PNV, no se pronuncian por agotar o adelantar las elecciones. “Nos da igual. Es una decisión que compete al lehendakari”, señalan. Las apuestas del nacionalismo se decantan porque Urkullu anunciará el adelanto el martes, aunque con alguna prevención. “Es una decisión que sólo compete a él, que tiene un sentido político del orden, dispone de unos Presupuestos y el viernes Podemos se comprometió a apoyar algunas de las 28 leyes pendientes, que darían sentido a agotar la legislatura. Pero el peso de las incertidumbres, incluido el comportamiento de Podemos, es tal que, muy probablemente, le decantarán a adelantar”, aventuran. 

El PP, el peor situado

El PP es el peor situado ante un posible adelanto electoral. Tiene pendiente de resolver un problema de identidad entre mantener la tradición conservadora, liberal y fuerista, que encarna Alfonso Alonso, o representar al nacionalismo radical español que desea FAES, la fundación de Aznar. Pablo Casado decidirá unas vez convocadas las elecciones. Podemos, más posibilista, elegirá entre dos mujeres, Rosa Martinez y Miren Gorrotxategi, su candidata a lehendakari. Los demás partidos ya lo tienen decidido. Bildu, pragmático, repite con Maddalen Iriarte y, a diferencia de anteriores elecciones, descarta desafiar la inhabilitación de Arnaldo Otegi para evitar debates que recuerden el pasado. También repiten PNV, con Urkullu, y el PSE, con Idoia Mendia.

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