El PP vasco reta a Génova para afianzar la candidatura de Alfonso Alonso a las elecciones autonómicas
Los populares convocan una Junta extraordinaria en Euskadi después de que Álvarez de Toledo y Maroto sembraran dudas sobre el líder territorial del partido
Ante las dudas de la cúpula nacional del PP, que ha sugerido que su candidato a las elecciones vascas depende de la negociación de alianzas con Ciudadanos, los populares vascos han convocado para este jueves una junta extraordinaria con el objetivo de escenificar un cierre de filas con su líder, Alfonso Alonso, que quiere presentarse a los comicios autonómicos de este año, aún sin fecha. Los populares vascos temen que Pablo Casado utilice las listas conjuntas con Cs de excusa para prescindir de Alonso, uno de los últimos sorayistas con peso en el PP.
Desde que Inés Arrimadas enmendó a Albert Rivera y se abrió a negociar listas conjuntas con el PP para las elecciones en Galicia, País Vasco y Cataluña, los populares han lanzado mensajes confusos que hablan de la distinta relación de la cúpula de Génova con sus organizaciones y barones territoriales. Así, mientras el PP se apresuraba a decir que en Galicia esa alianza que plantea Arrimadas “no es necesaria” —“allí el constitucionalismo no está en peligro”— los portavoces parlamentarios evitaban confirmar a Alfonso Alonso, líder del partido en Euskadi, como candidato pese a que este quiere repetir. Tanto la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, como el del Senado, Javier Maroto, excompañero de Alonso en el PP vasco, sugirieron que su candidatura depende de los acuerdos con Cs, un partido con apenas 10 escaños en el Congreso y sin representación en Euskadi.
“La única posibilidad de que esto salga bien es forjar primero un acuerdo [con Cs]“, opinó Maroto cuando le preguntaron por Alonso. Álvarez de Toledo, por su parte, declaró que, “evidentemente”, Feijóo es el candidato en Galicia, pero que la situación es “distinta” en el País Vasco, y no puede “presuponer” quién va a ser el candidato del PP antes de negociar con Cs. En Cataluña no existe este problema porque los populares entienden que allí el partido de Arrimadas, que ganó los últimos comicios autonómicos, tiene más relevancia y el propio líder autonómico, Alejandro Fernández, ya se ha mostrado a favor de que el candidato sea “del PP, de Cs o un independiente”.
Las declaraciones de los portavoces parlamentarios del PP, unos días después de que Casado se reuniera con Alonso, no pasaron desapercibidas en Euskadi. Los populares vascos se han apresurado a convocar una junta directiva extraordinaria esta tarde para cerrar filas en torno a su líder y empezar a engrasar la maquinaria electoral. Los populares temen que Iñigo Urkullu convoque los comicios para el próximo 5 de abril, aunque el lehendakari explicó este miércoles que no quiere hacer el anuncio antes de que termine el proceso interno de elección de candidatos en el PNV, previsto para el 7 de marzo.
“Tienen que ratificar a Alonso y no utilizar el País Vasco como tierra quemada”, asegura un cargo del partido en Euskadi que teme que el PP use el territorio simplemente para tratar de ganar votos en Madrid. Los populares vascos defienden que llevan cuatro años trabajando en un proyecto que se presentó el pasado septiembre en una convención pensada precisamente para definir un “perfil propio”. La convocatoria del cónclave, sin avisar antes a la cúpula nacional, provocó nuevos recelos en la complicada relación con Alonso, uno de los pocos seguidores de Soraya Sáenz de Santamaría que ha resistido en un cargo de relevancia. Finalmente, Casado clausuró la convención y bendijo la apuesta por el foralismo y la defensa del concierto económico. En todo caso, la cita evidenció el enfrentamiento con Álvarez de Toledo, que acusó a sus compañeros vascos de “tibios” con el nacionalismo. El entonces portavoz popular en el Parlamento vasco, Borja Sémper, que abandonó la política el pasado enero, le replicó: “Mientras algunas caminaban por mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida”.
El relevo de Sémper al frente del PP de Gipuzkoa también está siendo complicado. La dirección vasca había acordado nombrar a Borja Corominas, concejal de San Sebastián, pero Génova frenó la operación. En la cúpula nacional gustaba más el perfil de Iñigo Arkauz, cuyo nombre ya impuso en las listas para las últimas generales, pese a que los populares vascos sostenían que estaba más próximo a Vox que a su ideario. Pero los problemas de deudas —ya en los juzgados— del que fue cabeza de lista por Gipuzkoa han enfriado el entusiasmo de Génova. La dirección nacional apunta ahora a Mikel Lezama, también concejal de San Sebastián, de 26 años. Lezama es muy apreciado en las filas vascas, aunque creen que es demasiado joven para dar ese salto.
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