Una diputada andaluza de Vox se pasa al grupo mixto tras denunciar acoso laboral

La diputada autonómica de Vox por Almería, Luz Belinda Rodríguez, ha abandonado este martes el grupo parlamentario de la formación y ha pedido pasar a ser diputada no adscrita tras interponer una denuncia ante la Policía Nacional en Sevilla contra sus compañeros y asegurar que ha sufrido "acoso laboral", según ha recogido el Diario de Almería. Su renuncia abre una nueva crisis en la formación de extrema derecha tras haber decidido apartar a su líder, Francisco Serrano, de la portavocía parlamentaria.

Rodríguez, quien fue cabeza de lista del partido en Almería en las elecciones autonómicas de diciembre de 2018, sostiene que ha sido "apartada" de todos los actos y reuniones sectoriales, y también cesada como portavoz adjunta del grupo "con maniobras inapropiadas". Rodríguez acusa a sus compañeros de Vox, entre otros actos, de abrirle cartas y correspondencia personal "sin que haya autorizado a nadie”. La diputada también ha denunciado un trato discriminatorio hacia las mujeres dentro de su grupo. “Me echaron fuera, solo hombres, las mujeres somos un cero a la izquierda y parece que solo servimos para hablar de la igualdad”, ha señalado.

“Se ha ido un minuto antes de que fuera cesada”, ha sostenido el portavoz parlamentario de Vox en la Cámara andaluza, Alejandro Hernández, como respuesta a la denuncia de su ya excompañera de partido. La diputada aún no ha presentado el escrito oficial para darse de baja ante el Parlamento. El portavoz de la formación de extrema derecha ha sido poco complaciente con la actividad profesional de Rodríguez. “Ni cualitativamente aportaba un trabajo importante y cuantitativamente tampoco era una persona que destacara por su entrega, por su trabajo y por su dedicación al grupo parlamentario", ha señalado durante una entrevista en Canal Sur. Tampoco ha sido indulgente en su valoración personal: “Su calidad humana deja mucho que desear”, ha afirmado.

Pasada la una y media de la tarde, Vox ha hecho público un comunicado en el que ha confirmado la destitución de la diputada alegando que su “comité ejecutivo nacional no está dispuesto a admitir que sus cargos electos hagan uso de las instituciones para su medro personal”. El partido acusa a Rodríguez de haber “forzado un enfrentamiento con el resto de compañeros en el grupo parlamentario interponiendo una denuncia contra un empleado para intentar amedrentarlo” y justifica la apertura de su correspondencia en que como consecuencia de “una de sus bajas y por acuerdo de todos los miembros del grupo se decidió autorizar la apertura de las invitaciones para que pudieran ser reagendadas”.

La diputada ha denunciado que se ha producido un veto a todas sus iniciativas, que no le informan de los actos del partido y que la han dejado "al margen" de la gestora provincial "hasta invisibilizarla". Además, asegura que puso en conocimiento de la dirección nacional de Vox la situación "sin obtener amparo" y que la cúpula que lidera Santiago Abascal le ha pedido que "retire la denuncia en varias ocasiones". Durante el proceso de selección de candidatos a las elecciones andaluzas fue la dirección nacional, bajo el auspicio de Serrano, quien designó a Rodríguez como cabeza de lista, pese a que ni siquiera se había presentado a proceso de selección interno, una decisión que fue investigada por la Fiscalía y que, finalmente, fue archivada.

Esa dirección nacional que entonces la encumbró ahora, explica, le ha dado la espalda. “Me han enviado a los hombres de negro de Madrid para pedirme que entregue el acta, pero no voy a dar un paso atrás”, dice la diputada almeriense, quien asegura que el 30 de enero ratificará su denuncia de acoso laboral. Su papel menguante en el partido ha ido paralelo al de Serrano. Cuando la formación decidió apartar al juez en excedencia de su cargo como portavoz en la Comisión de Igualdad, ella fue sustituida como portavoz adjunta del grupo parlamentario.

Rodríguez, de 40 años, exmiembro del Ejército del Aire, ama de casa y estudiante de Derecho, ha protagonizado momentos polémicos en esta legislatura. Aseguró que Salvamento Marítimo operaba como “un servicio de autobús” para las mafias, de las que recibía su llamada como aviso para que fueran a recoger a los migrantes. También se ha manifestado en contra de 8-M y de la huelga convocada con motivo de Día de la Mujer por entender que se utilizaba como “arma ideológica” y ha negado la existencia de la brecha salarial. “No he tenido a oportunidad de verlo, nadie me ha demostrado que cobra menos por el hecho de ser mujer”, aseguró.