Golpe a la mafia china: 3.432 kilos de marihuana, 81 detenidos, 13 mujeres explotadas y 36 esclavos
La policía desarticula una organización en la Comunidad Valenciana que tenía 20 naves industriales para el cultivo de la droga que enviaba a Europa por paquetería
Dos de los trabajadores esclavos no veían la luz del sol. Trabajaban en una plantación subterránea de marihuana en una nave industrial de Elche. Son dos de los 36 empleados explotados de una organización china que vivían en condiciones infrahumanas, como las 13 mujeres obligadas a prostituirse que también han sido liberados tras la desarticulación de la mafia dedicada al tráfico de marihuana, en la Comunidad Valenciana, Albacete y Madrid.
La Policía Nacional ha detenido a 81 personas, de las que 29 están en prisión, dedicados al cultivo y tráfico de la droga, demás de trata de mujeres y explotación laboral. También se han aprehendido 22.463 plantas de marihuana (con un peso de 3.432 kilos), desmantelado cerca de 20 naves industriales e intervenido 61.000 euros. Los detenidos son de origen chino y la mayoría de las víctimas también. Entre los trabajadores, también había vietnamitas.
El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, y el comisario provincial de la Policía Nacional en Valencia, Ignacio del Olmo, han destacado que en un año, la red ha exportado 2.200 kilos de marihuana a Inglaterra, Escocia y Holanda. El primero ha calificado la operación Delikao como un "duro golpe" para la mafia china en la Comunidad Valenciana. En la última fase de la investigación, desarrollada recientemente, los agentes han detenido a una treintena de personas en Valencia, Madrid, Albacete, Aspe (Alicante) y Elche (Alicante).
La investigación se inició el pasado mes de febrero desde la comisaría de Xirivella, por el subinspector Javier Pallardó, si bien es extensión de pesquisas previas que ya habían evidenciado la existencia de esta organización criminal, y tras un año y siete fases.
Los agentes conocieron que existían nuevos grupos en el seno de dicha organización, formados por ciudadanos chinos y dedicados a producir marihuana en las citadas naves, y observaron que operaban aparentemente como "células" independientes pero se pudieron acreditar patrones comunes para interrelacionarlos.
Todos utilizaban la misma empresa de mensajería privada para enviar la mercancía al exterior, así como idéntico modo de operar en la exportación: similitud en el embalaje de los paquetes, descripción del producto como ropa, pesaje de unos 10 kilos y misma técnica de envasado interior.
El proveedor del material necesario para el cultivo y acondicionamiento de las naves de producción era, en todos los casos, la misma persona y usaban el mismo método de transporte, con coches y furgonetas alquilados en Valencia o Madrid por breve espacio de tiempo.
Además, todas las células alquilaban pisos sin habitar que usaban ex profeso como "depósito" de la mercancía y del material necesario para el embalaje y se valían de las mismas personas para el montaje de la infraestructura productiva de las naves de alquiler y de la misma persona para el envío de los paquetes de marihuana.
También coincidían los nombres de los destinatarios así como en las direcciones de entrega de los paquetes de marihuana con destino al Reino Unido y se comprobó que personas de las distintas células investigadas tenían relación entre ellas.
Los responsables de las células tenían doble residencia en València y Madrid, y hacían constantes desplazamientos y en la capital valenciana tenían los cuatro pisos como depósito, en los que se hallaron 45,6 kilos de marihuana en cogollos y material para su preparación y envasado.
El método de exportación se canalizaba a través de diversas empresas privadas de paquetería simulando ser generalmente ropa y a veces se desplazaban a provincias como Jaén, Sevilla, Cádiz o Toledo para comprar a otros proveedores partidas de marihuana que, a su vez, reenviaban al extranjero.
Los policías han liberado a 36 ciudadanos chinos y vietnamitas sometidos en las naves a condiciones de "semiesclavitud", sin documentación y trasladados a España de forma clandestina para ser explotados como mano de obra barata para su actividad delictiva, y a los que nunca les pagaron el salario de 500 euros prometidos.
También se ha liberado a trece mujeres que estaban en los seis pisos que la organización controlaba en València, Sedaví, Alzira y Denia, todas de origen chino y que ejercían la prostitución bajo coacción, simulada bajo la práctica de masaje.
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