El PNV ahonda la brecha con el separatismo catalán
En público y en privado, dirigentes del partido han arremetido con dureza contra sus antiguos socios y se han vuelto a desmarcar de su estrategia rupturista
El PNV se desmarcó nítidamente del nacionalismo catalán desde que apostó por la vía soberanista unilateral y, especialmente, hace ahora dos años, tras fracasar la mediación del lehendakari Iñigo Urkullu. El silencio que mantenían desde entonces los nacionalistas vascos se ha roto tras las recientes declaraciones sobre la violencia de Carles Puigdemont y Quim Torra. En público y en privado, dirigentes del PNV han arremetido con dureza contra sus antiguos socios y se han vuelto a desmarcar de su estrategia rupturista.
En el caso de Puigdemont, sus palabras aludiendo a que el Gobierno central no intervino la autonomía vasca pese a los mil muertos por el terrorismo de ETA provocaron una respuesta institucional. Fue el portavoz del Gobierno vasco, el peneuvista Josu Erkoreka, quien las calificó de “comparaciones desafortunadas e impertinentes”. “Comparar la tragedia de la violencia en Euskadi con lo sucedido en Cataluña es disparatado”, añaden fuentes del PNV.
En el caso de Torra ha sido la ausencia de una condena clara de los planes para acciones violentas atribuidos a un grupo de los CDR (Comités de Defensa de la República) la que ha originado la respuesta crítica del PNV. Su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, fue claro: “Las instituciones catalanas deben decir a los CDR que no es admisible la violencia ni avasallar al adversario y deben marcar clara esa raya. Deben ser contundentes porque no se puede admitir”. El PNV aprendió de la etapa del lehendakari Ibarretxe que la ambigüedad en la respuesta a la violencia etarra tiene un alto costo.
Pero en vísperas de la sentencia del procés, el PNV ha añadido otro mensaje al nacionalismo catalán: “Tanta épica no nos lleva a ningún sitio”. Dirigentes del partido recuerdan a sus antiguos socios de CiU, hoy PdeCAT, sus diferencias, que se han agudizado con el tiempo. Urkullu no habla con Puigdemont desde que fracasó su intento de mediación, hace dos años. Entonces el lehendakari intentó hacer de puente entre el entonces líder catalán y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para frenar la declaración de independencia y la aplicación del 155. Desde la huida de Puigdemont, no ha vuelto a haber contactos. Con su sucesor, Quim Torra, se reunió hace un año en Ajuria Enea. Compartieron su rechazo a la judicialización de la política y al encarcelamiento de líderes del procés. Pero remarcaron su desacuerdo en lo demás.
“Sin complicidades”
Urkullu propuso a Torra aprovechar su mayoría parlamentaria para buscar una “solución dialogada” con el Gobierno central al conflicto catalán. Torra le respondió que esa posibilidad estaba agotada y abogó por la vía unilateral a la independencia. “No se han vuelto a reunir. Se mantiene la relación institucional con la Generalitat y a escala partidista con el PdeCAT. Sin complicidades”, señalan fuentes del PNV.
La vía unilateral al soberanismo, sostenida por la Generalitat, contrasta con la política pactista de Urkullu, apoyada por el PNV, consistente en lograr un acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas en las comunidades catalana y vasca que evite una fractura social como la existente en Cataluña, para abrir después una negociación con el Gobierno central. Urkullu, además de a Torra, la propuso a Puigdemont en 2017 y a Artur Mas en 2014. Todos la rechazaron con el argumento de su compromiso con ERC y la estrategia soberanista.
“Urkullu ha sido comedido con el nacionalismo catalán en sus declaraciones”, comentan fuentes del entorno del presidente vasco. “Pero también ha mostrado su alejamiento de la vía unilateral y sus procedimientos, especialmente de la vulneración de las reglas democráticas y la subordinación de los partidos nacionalistas a organismos carentes de escrutinio electoral como la Assemblea Nacional Catalana”.
Preocupación por el giro de los socialistas
La dirección del PNV se confiesa preocupada por la posible radicalización del independentismo catalán una vez que se conozca la sentencia del procés. Pero no es el único motivo de inquietud. "Nos preocupa que Cataluña sea el eje de la campaña y no solo para las derechas", comentan fuentes peneuvistas. "El PSOE, como cree ganada la izquierda, competirá con Ciudadanos en firmeza contra los independentistas. Esperemos que no se tomen decisiones que dificulten aún más retomar el diálogo". El PNV se mantiene firme en su posición pactista y de rechazo a la vía de la independencia, solo apoyada por el 31% de los vascos.
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