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Los Reyes llevan su apoyo a la zona cero de las inundaciones

Orihuela y Los Alcázares deparan un afectuoso recimiento a Felipe VI y la reina Letizia por su visita

La reina Letizia, durante su visita a Orihuela. En vídeo, imágenes de los monarcas en la localidad.Foto: atlas | Vídeo: EFE | ATLAS
Miquel Alberola

Los Reyes han llevado su apoyo este viernes a la zona cero de las recientes inundaciones causadas por la gota fría de mediados de septiembre, Orihuela (Alicante) y Los Alcázares (Murcia). Fueron dos de los municipios más afectados por las tormentas que barrieron España entre el 9 y el 14 de septiembre y que, además de cuantiosos daños materiales, se cobró la vida de siete personas, dos de ellas en la población alicantina. En ambos municipios los vecinos han agradecido su visita y les han deparado un afectuoso recibimiento.

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En el centro de Orihuela (75.000 habitantes) apenas hay evidencias de la catástrofe. Sin embargo, los daños han calado muy adentro. El río Segura se desbordó y mantuvo a la población aislada durante cuatro días. Un río, escribió Miguel Hernández, que huele a madre porque trae la vida. Pero a menudo también trae la muerte. Orihuela está acostumbrada a esta dualidad. Apenas unas semanas después, los vecinos que se han concentrado en el entorno del Ayuntamiento para ver a los Reyes, sin aparcar su desgracia, estaban alegres por el acontecimiento. Su alcalde, Emilio Bascuñana, lo ha expresado así: “Puede parecer un día de fiesta, pero lo necesitábamos también después del dolor”.

Los desbordamientos causaron daños en toda la comarca de La Vega Baja, principalmente en Almoradí que quedó completamente anegado y aislado por la rotura de una mota del río. Solo los vehículos y los helicópteros del Ejército y la Unidad Militar de Emergencias podían llegar a Orihuela. El desastre envolvía todo el sur de la provincia de Alicante y el norte de la de Murcia, pero también comarcas centrales de la de Valencia, y parte de Almería.

Los Reyes han llegado poco antes de mediodía. A la puerta del Ayuntamiento les esperaba un nutrido comité de recepción de autoridades, entre ellas, el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y el ministro de Ciencia, Pedro Duque. Y dos importantes símbolos: la gloriosa enseña del Oriol, la bandera local del siglo XIV, y su réplica, sostenidas por dos maceros. El Oriol, con el ave heráldica en el vértice, solo se puede inclinar ante Dios y el Rey. Este viernes ha roto por primera vez en la historia su inquebrantable verticalidad para inclinarse levemente ante Felipe VI y la reina Letizia.

Tras los efusivos saludos y aclamaciones de los vecinos, los Reyes han mantenido una reunión en el Ayuntamiento con las autoridades y los responsables de Emergencias. En el encuentro han estado presentes 27 alcaldes de La Vega Baja, cuyas poblaciones o pedanías sufrieron las inundaciones. Tanto el Rey como la Reina han felicitado a los servicios de protección civil, las Fuerzas Armadas y Emergencias que participaron en las inundaciones. Una acción que, ha asegurado el Rey, muestra “la categoría humana y la imagen del país”. El jefe del Estado ha destacado “la calidad y profesionalidad de todos los servicios” para restaurar la normalidad. Por su parte, la Reina ha mostrado su preocupación por las víctimas y el proceso de recuperación de su vida cotidiana.

Cientos de vecinos, muchos de ellos al sol, aguardaban en las calles adyacentes del Ayuntamiento a que terminara la reunión para poder saludar a los Reyes y ofrecerles una ovación. “Muchas gracias por venir”, exclamaban a su paso algunas mujeres. Encarnita es una de las vecinas afectadas por las inundaciones que ha estado esperando varias horas a la puerta del Ayuntamiento. Ella vive a unos 500 metros del Consistorio y su vivienda resultó muy dañada. "Lo hemos perdido todo", deplora. Agradece la presencia de los Reyes. "Pero me hubiese hecho más ilusión que se mojaran los pies", explica tras una valla. "Aún está todo el barro allí. Me gustaría que los políticos fueran a verlo", señala. Estuvo dos días aislada con su familia y su marido sufrió un cólico nefrítico. "Hubo que sacarlo con el agua a la cintura. El agua nos salía por las ventanas", refiere. Está muy descontenta con los trabajos de limpieza. "De la esquina del pavo no pasan", lamenta, en referencia al oriol tallado en piedra de la esquina del Ayuntamiento.

Las campanas de la catedral han doblado al paso de los Reyes, intensificando la sensación de festividad, mientras una señora, dirigiéndose al abultado pelotón de periodistas se desgañitaba: “Orihuela, Alicante. Orihuela, Alicante. Orihuela, Alicante…”. Pedagogía para informadores que durante la catástrofe la situaron en la provincia de Murcia.

Desde muy lejos, desde Quintanar de la Orden (Toledo), ha acudido Paquita con un retrato de Felipe VI al carboncillo que ha estado blandiendo mientras los Reyes estrechaban manos detrás de las vallas sin parar. Paquita ha esperado hasta que el Rey estuviera frente a su propio retrato para regalárselo en medio del bullicio de cámaras y aplausos. Terminado el recorrido, los Reyes han viajado en caravana entre limoneros y palmeras a la cercana pedanía de Molins, (1.200 habitantes) que también quedó muy perjudicada con los desbordamientos. Hasta la semana pasada no pudieron reanudarse las clases en el Colegio Nuestra Señora de Monserrate, donde el agua alcanzó un metro de altura. Allí les esperaban los alumnos con carteles y dibujos para obsequiarlos y darles la bienvenida.

Pero para llegar, los Reyes han tenido que atravesar antes unas calles atiborradas de vecinos, muchos de ellos con banderitas de España para la ocasión, deseosos de tocar sus manos. Elvira Vicente era una de ellos. “Todo perdido”, exclama. “Ni casa ni nada”, acentúa. Ella vive en la zona de La Garganta y La Cerca, donde el agua causó estragos. “A mi hijo, José Antonio, el taller, la maquinaria, la furgoneta y el coche. Todo perdido”, relata. “Estamos doloridos por lo que ha pasado, pero contentos porque vienen los Reyes”, compensa.

En un primer cálculo, la Generalitat Valenciana estimó que los daños del temporal en La Vega Baja superan los 1.500 millones de euros, con graves efectos en la agricultura y la industria agroalimentaria. Un 25% de los comercios de Orihuela siguen todavía cerrados y sin fecha de apertura por los daños sufridos. El desbordamiento del Segura perjudicó a 2.000 viviendas, afectó por entero al polígono industrial y dañó colegios, e infraestructuras locales. La Generalitat aprobó un paquete de ayudas inmediatas para ayudas particulares entre 1.500 y 4.000 euros que “están a punto de pagarse”, según fuentes del Gobierno valenciano. Mientras prepara otras ayudas, el presidente Puig postula la necesidad de “un Plan Marshall” para la zona. “Nadie se va a quedar al margen de las ayudas”, ha señalado al finalizar la visita en Molins.

Los Reyes han visitado luego la Academia General del Aire en San Javier (Murcia), en otro gesto solidario tras los dos accidentes mortales sufridos recientemente. Alí, según han informado fuentes de la Casa del Rey, han mantenido un encuentro con el coronel de la Academia General del Aire, Manuel de la Chica, y otros mandos para transmitirles su apoyo ante el dolor causado por las dos tragedias, que se cobraron tres vidas.

La siguiente cita en la agenda, a las cuatro de la tarde, ha sido Los Alcázares (15.000 habitantes), donde se han repetido los encuentros con autoridades, equipos de emergencias y el clamor de los vecinos. Los Reyes los han felicitado por la coordinación de los servicios y las Administraciones y se han interesado por el futuro económico de la zona, vinculada al turismo. En Los Alcázares quedan 12 familias (28 personas) realojadas tras perder su vivienda. En los días del desastre tuvieron que ser realojados 469 vecinos. A la salida de la reunión, un grupo de vecinos con una pancarta con el enunciado "Stop a las inundaciones" ha estado reivindicando a gritos soluciones para evitar que vuelva a ocurrir el desastre. La comitiva, con los Reyes a la cabeza, se ha trasladado luego al Paseo Marítimo para conocer sobre el terreno los daños de la gota fría. En este punto han puesto fin a su visita.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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