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Sánchez abre otra ronda de consultas con escasas expectativas de acuerdo

El presidente en funciones se reúne hoy con Pablo Iglesias y Pablo Casado

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la reunión con el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, este martes.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la reunión con el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, este martes.Uly Martín

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, inicia este martes otra ronda de consultas con los representantes políticos para tratar de conseguir apoyos para su investidura. Pero a menos de dos semanas del debate en el Congreso, solo ha conseguido un voto.

Sánchez y Pablo Iglesias encaran su reunión de este martes —la quinta desde las elecciones del pasado 28 de abril—  sin que ninguno parezca dispuesto a moverse de su posición. Este lunes, el PSOE respaldó por unanimidad la propuesta de su líder de formar un Gobierno en solitario.

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Las direcciones del PSOE y de Podemos afrontan el encuentro de sus líderes este mediodía en el Congreso con unas expectativas mínimas. El vértigo a una posible repetición electoral el 10 de noviembre sobrevoló este lunes la reunión de la ejecutiva permanente del PSOE. Pero el cierre de filas con Sánchez, que bajo ningún concepto está dispuesto a presidir un Gobierno con ministros de Podemos, fue completo, según las fuentes consultadas. En cualquier caso, la militancia del PSOE tendrá la última palabra en todos los pactos de gobierno. Esta condición, que es vinculante, se estableció en el congreso de junio de 2017, un mes después de la reelección de Sánchez como secretario general.

La docena de intervenciones en la cúpula del PSOE coincidieron en rechazar la entrada de Podemos en el Consejo de Ministros. Un destacado dirigente del Ejecutivo planteó sus dudas sobre la idoneidad de aceptar a Podemos en las reuniones de los viernes del presidente con sus ministros en La Moncloa. La inestabilidad que auguró por las diferencias existentes con su socio preferente le llevó a vaticinar que la legislatura podría no completarse.

A lo máximo que los socialistas están dispuestos es a que Iglesias proponga independientes “de reconocido prestigio” como ministros. Los cargos más relevantes para su socio preferente durante su año de mandato serían puestos intermedios en la Administración. Esto es, secretarías de Estado y direcciones generales. Pero nada de dirigir un ministerio.

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Sánchez hará a Iglesias una propuesta de contenidos que es una síntesis del programa electoral del PSOE con algún guiño a Podemos en vivienda. El documento de 38 páginas fue entregado este lunes a la prensa, un gesto que no sentó bien a Iglesias. “Quizás no sea la manera más seria de hacer una propuesta. Es un corta y pega del programa del PSOE. No es gran cosa”, dijo el líder de Podemos en una entrevista en Telecinco. Iglesias insiste en que el Consejo de Ministros debe emular los Ejecutivos de coalición que se prodigan en la Unión Europea. Una fórmula en la que España es una de las pocas excepciones en el continente.

Las diferencias con Podemos en la gestión del conflicto en Cataluña fue la tónica común en los turnos de palabra en el órgano, que integran 20 de los 50 integrantes de la ejecutiva al completo. El mismo Sánchez subrayó la semana pasada que Podemos “defiende el derecho de autodeterminación” para resolver la crisis catalana. “Podemos difiere del PSOE en el encaje de Cataluña en España. Nosotros defendemos el diálogo siempre en el marco de la legalidad y la Constitución. De ahí no nos vamos a mover”, afirmó la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, al término de la reunión.

El compromiso de Iglesias de respetar por escrito la línea estratégica que Sánchez decida en cuestiones como la crisis territorial en Cataluña y la política exterior tampoco convenció a la dirección del PSOE. “También se firman hipotecas y luego no se pagan”, expresó uno de los miembros de la ejecutiva. Sus palabras resumieron el sentir general en la sala. La desconfianza con Podemos es de tal calibre que ni siquiera la firma de un pacto en asuntos de Estado les ofrece todas las garantías.

En este sentido, Cristina Narbona, presidenta del PSOE, puso como ejemplo las posturas diferentes entre su partido y Podemos en la Mesa del Congreso respecto a la suspensión de los cuatro diputados independentistas que se encuentran en prisión a la espera de la sentencia del procès. Los socialistas votaron a favor junto a PP y Ciudadanos. Los dos representantes de Podemos lo hicieron en contra.

La decisión de Podemos de no suscribir el Pacto Antiterrorista impulsado por Sánchez en 2015, donde el partido de Iglesias es observador, también se puso sobre la mesa como un ejemplo más de las discrepancias internas que podrían suscitarse en un Ejecutivo de coalición. España se encuentra en el nivel cuatro sobre cinco de alerta antiterrorista.

Cuarto “no” de Casado

Tras entrevistarse con Iglesias, Sánchez se reunirá, a las 17.00 en el Congreso con el líder del PP. El presidente popular reiterará —es la cuarta vez que se reúnen desde las elecciones del pasado 28 de abril— su rechazo a facilitar la investidura del líder socialista, aunque volverá a poner sobre la mesa su oferta de pactos de Estado que ya llevó en su primera reunión, así como su preocupación por el pacto de gobierno en Navarra, donde la socialista María Chivite necesita la abstención de Bildu.

Declaraciones de Albert Rivera sobre la investidura.Vídeo: QUALITY

El presidente popular, que trata de trasladar un perfil moderado y de hombre de Estado, acude al encuentro, según fuentes del PP, “por lealtad institucional”. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha rechazado volver a reunirse con Sánchez.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, declaró hace unos días que la intención del partido es "dificultar" la investidura como "antagonistas del PSOE". El número dos de los populares quería enterrar así el debate abierto por la candidata a presidir Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien manifestó que preferiría una abstención de los populares a que el Ejecutivo dependiera de los independentistas.

En esa nueva estrategia para presentarse con un perfil moderado y de hombre de Estado, Casado habla desde hace semanas de la posibilidad de dar “estabilidad” al Gobierno una vez eche a andar la legislatura. El líder del PP se refirió incluso a la posibilidad de apoyar los Presupuestos, pese a que fue precisamente el voto en contra de su partido —unido al de los independentistas— el que provocó el adelanto electoral. Los populares sostienen que estarían dispuestos a apoyar las cuentas del Gobierno del PSOE, pero con condiciones. Por ejemplo, que baje los impuestos. Pero la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, ya ha manifestado que la intención del Ejecutivo es “corregir” (subir) algunas figuras tributarias como sociedades, sucesiones y donaciones, en dirección contraria al programa del PP.

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