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Iglesias no consigue acallar la crítica interna con los cambios en la dirección

La cúpula de Podemos defiende que la sustitución de Echenique por el diputado canario Alberto Rodríguez no es "un ajuste de cuentas"

En vídeo, el perfil de Alberto Rodríguez, nuevo secretario de organización de Podemos.Vídeo: ULY MARTIN
Ana Marcos

Pablo Iglesias reordena la defensa ante la oposición interna que crece desde el 26-M y prepara el terreno para una negociación de Gobierno con el PSOE. La decisión de apartar a Pablo Echenique de la Secretaría de Organización, ponerle al frente de una Comisión negociadora y sustituirle por Alberto Rodríguez, uno de los perfiles más amables de Podemos, no ha mermado el malestar interno. Los sectores más críticos siguen reclamando una reflexión profunda sobre el rumbo que debe seguir el partido y no se conforman con un intercambio de nombres.

Iglesias decidió el nuevo destino de Echenique tras reunirse con Pedro Sánchez a inicios de mayo, aseguran fuentes de Podemos para tratar de justificar que la decisión ya estaba tomada y que, por tanto, no significa el inicio de una purga interna. “No es un ajuste de cuentas”, dicen en la dirección. “Es la preparación de un actor político que va a intervenir en un Gobierno”. El secretario general salió de La Moncloa convencido de que formaría un Ejecutivo de coalición con los socialistas y que debía empezar a formar los equipos para la negociación.

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Echenique apareció en la ecuación. El desgaste del ya exsecretario de Organización era evidente. En tres años en el cargo no había conseguido crear una estructura territorial lo suficientemente sólida para encarar con fuerza las últimas elecciones. El descontento crecía en los territorios. Y la pérdida de casi un millón de votos terminó de confirmar la necesidad de renovar al número tres.

Echenique seguirá como diputado en el Congreso y liderará una de las vías de negociación con el equipo de Sánchez. Iglesias lo mantiene a su lado, aunque bajo vigilancia. De manera paralela, el líder de Podemos tendrá línea directa con el presidente en funciones, e Irene Montero, número dos del partido, será la interlocutora con el grupo parlamentario del PSOE, como ya hizo en la negociación de la Mesa del Congreso con Adriana Lastra, portavoz socialista.

Desaparecido durante las campañas electorales —no participó en ningún mitin de Iglesias y se dedicó a una ruta de campaña paralela, de menor proyección—, Echenique lleva semanas preparando su nuevo cargo, explican en el partido. La Comisión negociadora que liderará se encargará de los pactos de Gobierno a todos los niveles institucionales. Un trabajo que, según las fuentes consultadas, tendrá que combinar con la creación de un equipo que colabore con expertos que hayan trabajado en la Administración. En el partido asumen sus carencias en este ámbito tras cinco años de existencia y una reducción de la variedad de perfiles a aquellos que mostraban fidelidad al secretario general.

Alberto Rodríguez, su sucesor, empezó a asumir responsabilidades con discreción en la Secretaría de Organización al mismo tiempo que Echenique se concentraba en su nueva misión. El diputado canario llegó a Podemos en las generales de 2015. Los últimos cuatro años, siempre ha estado cerca de Iglesias, aunque no pertenece al grupo más próximo al líder, lo que le ha permitido ganarse la simpatía de las distintas corrientes y visiones políticas que quedan en Podemos.

Síntomas de cansancio

Rodríguez es el elegido para reconstruir una organización que empezó a manifestar síntomas de agotamiento con la salida de Íñigo Errejón en enero. En el partido confían en su capacidad de diálogo y en que no cargue con estigmas en las regiones.

Unidas Podemos perdió la mayor parte del poder territorial que había acumulado durante los últimos cuatro años y la oposición interna arreció tras escuchar a Iglesias apuntar como causa principal de la derrota la división en la izquierda.

El cambio de Echenique por Rodríguez no ha aliviado las críticas internas lideradas por la delegación andaluza a las que se sumó el secretario general en Aragón, Nacho Escartín. “La situación en Podemos no va de cortar cabezas, sino de redefinir el rumbo. No creo que Echenique sea el único responsable”, dijo este miércoles el exlíder en Madrid, Ramón Espinar, nuevo activo en la disidencia. Adelante Andalucía tampoco quiso valorar los nombramientos. “¿Para que se hacen estos cambios?”, planteaban fuentes de la coalición andaluza que aprovecharán el Consejo Ciudadano Estatal (CCE) de este sábado para manifestar su posición.

La dirección de Podemos considera que con este golpe de efecto ha dado respuesta a las demandas internas. Por eso, no se mueve un milímetro de su posición de no adelantar la Asamblea prevista para 2021 en la que debe renovarse la cúpula del partido. El CCE, máximo órgano entre asambleas, es el único foro que la cúpula considera legítimo para hacer reclamaciones en este momento.

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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