Cs decidirá los pactos caso por caso y se abre a negociar con el PSOE
El partido de Albert Rivera no cierra la puerta a compartir gobierno con Vox
La digestión en Ciudadanos del discreto resultado electoral en las elecciones del domingo aún llevará tiempo, pero ya va apuntando algunos cambios. El partido quedó muy lejos de su objetivo de superar al PP y no podrá liderar el Gobierno de ninguna comunidad o Ayuntamiento de peso. Las urnas sí dieron a Albert Rivera, en cambio, un papel clave en la gobernabilidad, y la llave en muchas plazas importantes. Como primera medida, la cúpula decidió formar un comité para estudiar las alianzas caso a caso, y no cerró la puerta a pactar con el PSOE.
La posibilidad de que Ciudadanos llegara a acuerdos con el PSOE en autonomías o Ayuntamientos ya estaba encima de la mesa antes de las elecciones. El partido decidió no pillarse los dedos y, a diferencia de las generales, cuando la ejecutiva aprobó un veto explícito a un pacto con el PSOE, Cs concurrió a las municipales sin cerrar esa puerta. Rivera se abría a pactar con “disidentes” del PSOE, dijo durante la campaña, aunque siempre dejó claro que prefería al PP para sus alianzas. Pero este lunes, tras fracasar en su intento de arrinconar a los populares en las urnas, la decisión de la ejecutiva de no cerrarse a ningún pacto supone asumir una estrategia más flexible dadas las circunstancias.
El partido quiso, para empezar, ganar tiempo. La nueva portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas —ella misma confirmó la noticia de su nuevo cargo— compareció en la sede del partido en una brevísima rueda de prensa, de poco más de diez minutos, para comunicar que se tomaban con calma las decisiones. Anunció que se había acordado constituir un “comité nacional de negociación de gobiernos”, que analizará caso a caso todas las posibles alianzas y que se reunirá hoy por primera vez. Ese comité arranca sin un camino marcado. La ejecutiva no ha dado “ninguna instrucción” al comité, explicó Arrimadas.
De forma implícita, Arrimadas dejó abiertas todas las posibilidades de acuerdo. No cerró la puerta a que Cs pacte con el PSOE, con el que podría gobernar en comunidades como Aragón, Castilla y León y Murcia. Tampoco con Vox, un socio al que no descarta para gobernar conjuntamente en la Comunidad Madrid. Ante las preguntas de los periodistas, Arrimadas evitó definir un criterio general para los acuerdos.
“Queremos pedir calma y seriedad. Los Gobiernos a nivel local y regional influyen y mucho en la vida de los ciudadanos. Vamos a hacer las cosas bien, de manera sensata. Vamos a pensar en el interés general de los ciudadanos”, despejó.
Fuentes de la dirección explicaron después que el criterio con respecto al PSOE no ha cambiado: este es que sigue siendo “muy difícil” un pacto con los socialistas, y la preferencia es acordar con el PP, pero no es imposible. Con Vox también está todo abierto. “Ya veremos”, aseguraron sobre si la extrema derecha podría entrar en algún Gobierno con Ciudadanos y el PP. Cs, que cuando quiere define claros sus vetos, no quiso cerrar la puerta a nada.
De la dirección liberal, que está acostumbrada a actuar como un búnker, no salieron más indicios sobre qué camino adoptarán al final. Rivera guarda sus cartas y tiene unas cuantas jugadas posibles. Tiene la llave de cuatro gobiernos autonómicos y su concurso es necesario para hacer alcalde de Madrid a José Luis Martínez Almeida (PP). También decide en una docena de capitales de provincia.
El comité constituido para estudiar los pactos está formado por el núcleo de Rivera: lo coordina José María Espejo, secretario de acción institucional y amigo personal del líder, y lo integran José Manuel Villegas, secretario general y escudero de Rivera, Fran Hervías, secretario de organización, y el secretario de comunicación, Fernando de Páramo. Este órgano se coordinará con las direcciones regionales y locales, pero estas no forman parte del comité. Villegas comparecerá esta mañana tras la primera reunión.
La cúpula tendrá que gestionar posibles tensiones con sus líderes regionales que pueden tener su propio criterio sobre los acuerdos. El caso más claro es el de Francisco Igea, el candidato en Castilla y León. Igea —que ya se enfrentó y venció al aparato en las primarias para la candidatura— dijo en su comparecencia la noche electoral que el mandato de los votantes por el cambio había sido claro y se comprometió a hacerlo realidad, informa Inés Santaeulalia. El candidato confía en que la dirección nacional se replantee la estrategia de priorizar los pactos con el PP y permita un acuerdo con los socialistas de Castilla y León para sacar al PP de la Junta por primera vez en 32 años.
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