80 años de la primera gran emigración española a Rusia
Dolores Delgado inaugura en Moscú una jornada de conmemoración de las personas que se desplazaron a la URSS durante la Guerra Civil
Huyeron de una guerra y sufrieron otra, huyeron de una dictadura y cayeron en otra. Este martes se han conmemorado en Moscú el 80 aniversario de la emigración española a la URSS durante la Guerra Civil. Cerca de 7.000 españoles —tercer país por el número de acogidos—, de los cuales casi 2.900 eran niños, que crecerían y obtendrían sus profesiones en tierra soviética y algunos combatirían en la guerra contra el nazismo (206 murieron en combate y 216 en la retaguardia). La ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, ha sido la encargada de inaugurar una jornada en el Instituto Cervantes de la urbe moscovita en la que se recordó a médicos, científicos, militares, artistas, literatos y deportistas que después de la Guerra Civil entregaron sus conocimientos a Rusia.
Los niños llegaron en cuatro expediciones, tres en 1937 y una al año siguiente. Como señaló Delgado, "todos, padres e hijos, pensaban que el éxodo forzoso duraría varios meses. Nadie podía prever que los menores se quedarían solos en un país distante durante décadas". Y, aunque constata que "la acogida fue verdaderamente maravillosa", ilustra las penurias de los niños con una cita de uno de ellos, Manuel Arce, que a sus 90 años recuerda: “Rusia nos trató bien, pero vivir la guerra fue muy duro. Pasamos muchísimo frío y mucha hambre. Comíamos todo lo que pillábamos, cualquier cosa servía para sobrevivir, incluso los gatos que había por allí".
La jornada Páginas del exilio español en la Unión Soviética ha estado compuesta por 5 paneles: de ciencia y teconología; militar y espionaje; deportivo; de arte y académico-traductológico-literario en los que se recordaron a la numerosos españoles que descollaron en la URSS, entre ellos, a famosos arquitectos, como Manuel Sánchez Arcas; médicos, como Juan Planelles; artistas, como Alberto Sanchez, escritores, traductores, periodistas e incluso espías, como África de las Heras. La jornada finalizó con una mesa redonda sobre los niños de las guerras.
El retorno tampoco fue fácil; comenzaron a regresar en 1956, después de la muerte de Stalin y gracias a la relativa apertura de Jruschev, pero en la patria que les vio nacer algunos no soportaron las dificultades y el recelo que despertaban, por lo que acabaron por regresar a la URSS.
La contribución de los emigrados españoles a las relaciones entre Madrid y Moscú es inestimable: ellos han sido, como subrayó la ministra, los que más han contribuido a acercar a ambos países y sus culturas y ellos fueron los que sentaron las bases del estudio del español en Rusia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.