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Objetivo: ni un pozo más sin sellar

La alarma generada por la muerte del pequeño Julen lleva a cientos de personas a denunciar agujeros de prospecciones. En las últimas semanas han sido hallados dos cadáveres en sendos pozos.

Nacho Sánchez
Una persona observa un pozo ilegal tapado por el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria (Málaga).
Una persona observa un pozo ilegal tapado por el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria (Málaga).GARCÍA-SANTOS

“Parece de locos, ¿no? Pues es real y está en mi pueblo. Lo han descubierto dos niños de 10 y cuatro años”. Miguel Ángel Molina acompañaba estas palabras con un vídeo en el que se observaba un pozo a las afueras de la localidad de Ácula (Granada), donde su familia recogía esparto para una fiesta local. El agujero era similar al de Totalán, por el que cayó el pequeño Julen el pasado 13 de enero. El tuit, que supera las 200.000 reproducciones, data del 27 de enero, apenas 24 horas después de que se rescatara el cuerpo sin vida del niño malagueño. La alarma social despertada por el suceso, que mantuvo en vilo durante dos semanas a todo el país, ha hecho que cientos de personas estén denunciando pozos sin sellar adecuadamente. Un movimiento que ha dado frutos. “Creo que no pasó nada gracias a que mi sobrino estaba prevenido por lo de Julen”, subrayaba el vecino de Granada.

Desde que el cuerpo sin vida de Julen Roselló fue encontrado en una finca de Totalán (Málaga), la Guardia Civil y los bomberos han hallado otros dos cadáveres en sendos pozos de Andalucía. El primero de los fallecidos es Juan Antonio Santamaría, vecino de la localidad malagueña de Villanueva del Rosario. Su cuerpo fue encontrado en un pozo del municipio el 28 de enero, apenas dos días después de que se conociera la muerte de Julen en Totalán. La Guardia Civil, como explicó su director general, Félix Azón, el 29 de enero, cree que fue un accidente: la hipótesis que se baraja es que Santamaría se introdujera en el pozo para rescatar a su perro —que también fue encontrado sin vida— que había caído en el interior y, finalmente, no pudiera salir. Mientras, el viernes 8 de febrero efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos de Cádiz recuperaban el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición del interior de otro pozo en el término municipal de Chiclana de la Frontera (Cádiz). El juzgado que se hizo cargo de la causa decretó entonces el secreto de las actuaciones. La Guardia Civil sigue investigando el caso.

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Las redes sociales se han llenado en los últimos días de críticas de numerosos usuarios que han subido fotos y ubicaciones de prospecciones y orificios que suponen un riesgo para animales y personas. Ocurría en otras localidades de toda la comunidad andaluza, donde muchos municipios han comenzado una campaña de vigilancia de los pozos jamás vista. Una batalla que, según fuentes de los servicios de emergencias de la región, “llega tarde y tras muchos años de dejadez”, ya que gran parte de estos pozos fueron abiertos durante la sequía de principios de los años noventa. Una misión que se antoja complicada y lenta, debido a que la Junta de Andalucía calcula que hay miles en todo su territorio.

En Rincón de la Victoria, a 10 kilómetros de Totalán, un vecino subía a finales de enero una imagen al perfil de Facebook del Ayuntamiento. Pertenecía a un pozo ubicado en un solar privado y vallado, pero con numerosos desperfectos que permitían el fácil acceso. “Suponía un grave riesgo porque está cerca de viviendas, en un lugar donde juegan niños y escondido entre la maleza”, explican fuentes municipales. Horas después, la Policía Local acordonaba el lugar y poco más tarde se rellenaba el hueco con hormigón. Esta ciudad aprobó el 30 de enero poner en marcha “las medidas necesarias” para localizar, señalizar y sellar los pozos abiertos, aljibes y elementos similares. Fue el primer municipio en promover esta medida tras el caso del pequeño Julen. Alhaurín de la Torre, también en Málaga, hacía lo mismo días más tarde. Su alcalde, Joaquín Villanova (PP), informaba de que en dos semanas los técnicos habían “clausurado una decena de pozos ilegales” en la localidad.

La rapidez mostrada por estos municipios es excepcional. “Las denuncias en redes sociales están muy bien, pero generalmente se pierden y no sirven para mucho”, razona desde Puente Genil (Córdoba) Rafael Gálvez, presidente de la Asociación de Técnicos de Protección Civil de Andalucía (ATPCA). Para que sí sean tenidas en cuenta, la entidad lanzó el 25 de enero una web en la que cualquier persona puede advertir —de forma anónima si lo prefiere— de la existencia de un pozo o prospección que presente algún riesgo, sea legal o ilegal. El primer caso les llegó dos días más tarde y, desde entonces, acumulan más de medio centenar.

En rutas para senderistas

Los ejemplos son variados. Hay avisos de pozos sin proteger adecuadamente en un solar de una antigua fábrica en la ciudad de Córdoba —la Policía Local ha realizado siete sellados en los últimos días—, en plena ruta senderista bajo un viaducto de la autopista AP-7 en Marbella (Málaga), en la vía verde de la Sierra de Baza —a ras de suelo y oculto por la hierba—, en un solar abandonado en Jerez de la Frontera (Cádiz) o en un camino a la playa en Mijas (Málaga). Y otros muchos más en localidades como Obejo y Cabra (Córdoba), Ronda y Villanueva de la Concepción (Málaga), Puerto de Santa María (Cádiz), o Dos Hermanas (Sevilla), donde la denuncia correspondía al solar de una antigua empresa de aceitunas donde las aberturas de casi 100 silos bajo tierra estaban sin tapar.

La información se pone a disposición de cada agrupación de Protección Civil para que compruebe su veracidad y, a partir de ahí, se comunique a los Ayuntamientos “para que procedan como corresponda, que debe ser su sellado para siempre”, remacha el máximo responsable de ATPCA. La recopilación, que se hará pública en los próximos días y se extenderá por todo el territorio nacional, se añadirá a la base de datos del servicio de emergencias 112. Ello evitará nuevos riesgos y también ayudará en la búsqueda de personas desaparecidas.

“Es surrealista que un día después de lo de Julen mi hijo pudiera haber acabado ahí dentro”, relataba poco después de su primer tuit el padre de familia que había denunciado un pozo sin cerrar adecuadamente en pleno campo de Ácula. Horas más tarde estaba clausurado. Al menos, su historia quedó solo en un susto.

Críticas a la dejadez de algunos municipios

Enrique Navarro, bombero y coordinador de Protección Civil de Torremolinos (Málaga), recuerda cómo en el operativo creado para encontrar al joven Antonio Ortega, desaparecido el año pasado en el municipio, encontró hasta 30 agujeros peligrosos en las sierras colindantes con el municipio. “Y la mayoría sin sellar, como casi siempre”, subraya, al tiempo que destaca la importancia de que las Administraciones creen una gran base de datos con la ubicación de estos lugares de riesgo. El experto critica “cierta dejadez” de algunos municipios para “localizarlos y solucionar el problema”.

Para Francisco Ruiz, que es el jefe del Grupo de Emergencias de Andalucía Oriental (GREA), el problema es que muchas de las prospecciones se realizan en propiedades privadas, “y si no se piden permisos, la Administración no tiene esa información”, asegura.

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