Francia juzga a los etarras Iratxe Sorzabal y David Pla
El proceso, en París, es considerado el último gran juicio a ETA en el país vecino
Francia se dispone a cerrar un capítulo propio en la lucha contra ETA. El juicio que este lunes comienza en el tribunal correccional de París contra David Pla e Iratxe Sorzabal es, probablemente, el último gran proceso contra miembros de la banda terrorista detenidos en el país al que, durante décadas, los etarras huyeron, planificaron y donde, también, atentaron en nombre de una lucha que dio por terminada hace casi un año con el anuncio de su disolución definitiva.
Ambos dirigieron desde territorio francés la banda terrorista durante los años del cese definitivo de la violencia — fueron identificados como dos de los encapuchados que en octubre de 2011 anunciaron en un vídeo el abandono definitivo por ETA de la violencia— hasta su detención, en septiembre de 2015, en el País Vasco francés, cerca de la frontera con España. Ahora, afrontan cargos por pertenencia a asociación de malhechores con fines terroristas, posesión de armas y de documentos falsos, entre otros. No deberán responder por el contrario al cargo de haber dirigido la organización terrorista, como se les imputó en un principio, ya que los instructores no hallaron suficientes pruebas de ello. De haber sido considerado culpables por ese cargo, habrían enfrentado una condena de hasta 20 años de cárcel. Los cargos que sí pesan sobre ellos suponen penas de hasta diez años.
Sorzabal (Irún, 1971) y Pla (Pamplona, 1975) deberán responder durante los próximos dos días a las preguntas de los jueces y el fiscal en la capital francesa. Los otros dos detenidos en el marco de la operación Pardines, el antiguo responsable del aparato internacional de ETA, Ramón Sagarzazu, y el dueño del caserío donde se produjo el encuentro que llevó a la detención del grupo, el ciudadano francés Pantxo Flores, fueron finalmente puestos en libertad.
La justicia gala ya ha dado además el visto bueno para la entrega de Sorzabal, la última jefa de ETA, a España, donde deberá responder por su presunta participación en sendos atentados —que no dejaron víctimas personales— en Irún (1995) y en Gijón un año más tarde. Además, está tramitando todavía una tercera demanda de extradición contra la etarra por otro atentado en el aeropuerto de Alicante en 1995. Pero antes de ser deportada a España, Sorzabal deberá cumplir sus condenas en Francia. Y eso puede tardar. Más allá de la pena que se le pueda imponer en el juicio que comienza ahora, Sorzabal está a punto de cumplir el año de cárcel al que fue condenada en febrero del año pasado por su relación con el comando que asesinó a dos guardias civiles el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton, en el suroeste de Francia. Pero acumula otras cuatro condenas en rebeldía por sus acciones clandestinas en Francia entre 2002 y 2015. En total, debería permanecer en una cárcel francesa al menos hasta 2027, según la agencia Efe.
Pla, abogado de profesión, tiene también un largo historial de vinculación con ETA desde que, a finales de los años 90, se hiciera miembro de la organización juvenil abertzale Jarrai. Tras su detención en 2000, cuando preparaba junto con Aitor Lorente un atentado contra el entonces alcalde de Zaragoza, José Atarés, del PP, fue condenado a seis años de prisión por pertenencia a organización terrorista y falsedad documental. En 2010, fue detenido en Francia, durante una operación policial contra el colectivo de abogados Halboka, el aparato de la banda dedicado al apoyo de los presos. Liberado por falta de pruebas, Pla pasó a la clandestinidad hasta su nueva detención en 2015.
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