El terreno ralentiza de nuevo las labores de rescate de Julen
Está previsto que el equipo termine su misión el martes
No hay tregua. El Cerro de la Corona no para de dar problemas a los ingenieros que buscan a Julen, el niño de dos años que cayó hace una semana en un pozo a las afueras de Totalán (Málaga). La perforadora comenzó el pasado sábado su trabajo a un ritmo que hacía buenas las previsiones iniciales que fijaban su labor en 15 horas. Sin embargo, cuando parecía que la recta final se afrontaba con garantías, rocas pizarrosas y de cuarzo obstaculizaron el avance de la enorme broca que ejecuta la galería vertical. Un nuevo problema que volvió a ralentizar la llegada hasta el punto donde se cree que está el niño, entre 71 y 73 metros bajo la superficie.
A última hora del domingo la perforadora no había acabado aún su trabajo. Si los primeros 20 metros de galería vertical se hicieron en siete horas, para los siguientes 20 se tardó el doble. La veta era sólida. Lo ha advertido varias veces durante la semana el técnico que coordina las obras, Ángel García Vidal. “No sabemos qué podemos encontrarnos ahí abajo, pero los terrenos son muy complejos”, subrayó con la prudencia y el conocimiento de quien sabe los vaivenes que puede sufrir una obra de ingeniería de estas características.
Se esperaba que la máquina terminara su misión durante la madrugada del domingo al lunes. Tras acabar la perforación vertical se entubará el orificio, algo que durará seis horas. Luego harán falta dos horas más para rellenar un poco la cavidad a petición de los mineros. Finalmente, estos necesitarán 24 horas para ejecutar una galería horizontal que les llevará hasta donde se espera que esté Julen. Teniendo en cuenta estas previsiones, el rescate podría realizarse en la madrugada del lunes al martes.
La galería vertical contará con unos 60 metros de profundidad. Fue iniciada 23 metros más abajo del orificio por el que cayó Julen, para lo que se extrajeron 35.000 metros cúbicos de tierra de la montaña. Será el camino de acceso de los ocho miembros de la Brigada de Salvamento Minero. Para ellos se ha realizado una estructura de metal que les bajará, de dos en dos, a tres metros de donde se presume está el niño. El director técnico del Consorcio Provincial de Bomberos, Julián Moreno, explicó a Europa Press que la cápsula, con forma de jaula, está hecha de hierro y pesa unos 300 kilos. El artilugio, diseñado para transportar hasta a tres personas, ha sido forjado por unos herreros en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre siguiendo un boceto ideado por el propio Moreno.
Una vez abajo, los especialistas trabajarán manualmente con picos y martillos neumáticos para arañar a la roca algo más de tres metros. Deberán trabajar con mucha precisión por su seguridad y la del pequeño. El túnel —de 1,2 metros de alto y uno de ancho— será apuntalado con maderas para garantizar la seguridad de los rescatadores.
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