Los barones del PP expresan su malestar por las exigencias de Vox
Los dirigentes populares marcan como líneas rojas irrenunciables en sus territorios las políticas contra la violencia machista que rechaza el partido de extrema derecha
El acuerdo del PP con Vox para Andalucía, y las primeras exigencias de máximos del partido de ultraderecha, han provocado malestar y un amago de hacerse ver en las filas populares del que ha tomado buena nota Pablo Casado y su equipo. No ha habido división, pero sí gran revuelo e inquietud. Los barones del PP aceptan que hay que hablar con Vox pero han querido marcar sus líneas rojas. En la lucha contra la violencia machista no están dispuestos a “ningún paso atrás”.
El PP no ha ocultado en estas semanas que ni estaba dispuesto a sentarse a negociar y fotografiarse con Vox ni a discutir algunas de sus ideas, para ser perfiladas más tarde en debates parlamentarios, en contra de lo que ha sucedido con Ciudadanos. Es más, el PP ha jugado el papel de árbitro entre esas dos fuerzas porque constató rápido que esa alianza era imprescindible en Andalucía para desbancar tras 36 años al PSOE y porque puede volver a ser necesaria en mayo, tras las elecciones locales, y quién sabe si en unas próximas generales. Sobre ese punto no ha habido mucha discrepancia dentro del PP, pero sí sobre cómo gestionar los contactos y la relación con Vox y los puntos a transaccionar de sus respectivos programas.
La voz de alarma se desató en algunos ámbitos del PP cuando el partido de extrema derecha impuso entre sus prioridades la derogación de las políticas de género y de lucha contra la violencia machista en su primer documento de negociación. Algunos dirigentes autonómicos y locales del PP expresaron entonces en público sus reparos y se mostraron contrarios a suscribir semejantes exigencias. Y esa ola se extendió.
En Galicia, donde el equipo de Casado siempre mira con prevención las presuntas aspiraciones de Alberto Núñez Feijóo, se desmarcaron en público de apoyar las exigencias de Vox el aspirante a la alcaldía de Pontevedra, Rafael Domínguez, y los diputados Pedro Puy Fraga y Paula Prado. Feijóo, preguntado al respecto, abundó en que “la violencia machista existe”, no se puede negar, hay que luchar contra ella con “contundencia” y se avergonzó de la actitud de muchos hombres al respecto. Feijóo sigue sin ser cualquiera en el PP.
Esa intervención de Feijóo, después de manifestaciones confusas sobre la “violencia doméstica” e “intrafamiliar” de otros responsables populares, como el propio Casado o su portavoz Isabel Díaz Ayuso, recabó numerosas adhesiones. El secretario general del PP gallego, Miguel Tellado, matizó que ese pronunciamiento no era la expresión de un enfrentamiento, sino la determinación de que en el combate contra la violencia de género “no se puede dar un paso atrás” y presumió de ese tipo de acciones en Galicia desde los tiempos del patrón y fundador, Manuel Fraga. Tellado comparte que en el contexto político actual es irrefutable negociar con Vox pero dejando claro que es ese partido el que apoya al PP y no al revés.
¿A Vox "le falta un hervor" o son "la vieja derecha"?
“A Vox le falta un hervor”, opinó el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso. Y añadió: “Me da la impresión de que les cuesta mucho pasar de la demagogia y de la propaganda a la política. Me van a permitir que no gaste saliva analizando las propuestas de Vox, porque las hay que no tienen ni pies ni cabeza”. Otro de los barones del PP más importantes matizó: “Vox no es equiparable a la extrema derecha europea, son la derechona, la vieja derecha que se resiste a los cambios”.
La misma contundencia contra cualquier rebaja en materia de género reafirmó este miércoles el presidente murciano, Fernando López-Miras, informa Virgina Vadillo, que avisó de que si al final se hubiesen concretado él no las habría aceptado para su autonomía.
“Nosotros solo vemos la punta del iceberg, una situación espantosa, que son las mujeres asesinadas, pero hay decenas de miles de mujeres que viven esa situación diariamente. Por lo tanto, no se puede flaquear en ese esfuerzo”, ha manifestado este miércoles Alfonso Alonso, informa Mikel Ormázabal. Alonso fue ministro de Sanidad e Igualdad con Mariano Rajoy.
En esa línea de no asumir cesiones básicas se expresó el presidente del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco: “Yo sí considero que hay violencia machista, que negar la violencia del hombre contra la mujer es de chiste y que ese problema es una realidad que no se puede maquillar como tampoco se puede hacer con el Holocausto judío”.
“El documento que presentaron era inaceptable. Me parece inadmisible que lo pusieran sobre la mesa. Hay avances históricos que ha logrado esta sociedad en los que no podemos retroceder”, incidió Asier Antoná, presidente del PP de Canarias.
La presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, fue incluso más expresiva: “Cuando las vi pensé: ¿Dónde van? Lo de la violencia machista es un debate superado. Negarlo es absurdo. Puede que haya algún abuso, pero el problema importante son los hombres que matan o maltratan a sus parejas o exparejas, las violaciones... Y proteger a la mujer no impide, de ninguna manera, proteger a otros. Hay una violencia en la familia, la fiscalía viene alertando de un aumento de agresiones de hijos a sus padres, pero no se puede negar la violencia machista”.
Algunos dirigentes del PP del entorno de Juan Manuel Moreno en Andalucía y de otras comunidades interpretaron el órdago de Vox como una “provocación” de cara a lograr eco en su estrategia mediática muy copiada para las redes sociales de las experiencias en el pasado de Podemos. Y el presidente del PP canario, Asier Antona, tras hablar de esa “escenificación” alerta de que viene “un año complicado”. Este dirigente popular insiste en que el PP “tiene su propia ideología” y añade: “Nadie nos tiene que marcar el paso. No nos podemos arrastrar”.
Aunque la propuesta más polémica y que más ha escocido en el PP ha sido la relativa a la violencia de género, también hubo otras iniciativas de Vox que ni se comparten ni se comprenden por la mayoría de los dirigentes regionales populares. Fuentes de la Junta de Castilla y León han recordado, por ejemplo, que su presidente, Juan Vicente Herrera, se ha expresado durante toda su carrera política en contra de la recentralización de competencias, como la Educación, y que él cree en el actual sistema autonómico "porque es un modelo constitucional y que ha sido muy útil en la modernización de España".
Posición "trasnochada e inadmisible"
En Cataluña, la dirección actual del PP expresó toda su confianza en los negociadores nacionales y andaluces del partido pero su anterior presidente, Xavier García Albiol, ahora candidato de nuevo a la alcaldía de Badalona, se desmarcó también de la petición de Vox de expulsar a 52.000 inmigrantes ilegales. El popular ha calificado de “inasumible” que un presidente de una comunidad pueda expulsar a ciudadanos sin permisos para residir en España —“Eso no es competencia de una comunidad: ahí Vox demuestra su ignorancia en cómo funcionan las Administraciones”— y ha tildado de “trasnochada e inadmisible” la propuesta de derogar la ley de violencia de género. “Quieren hacer una escabechina. Hay una conciencia generalizada de todos los responsables políticos más allá del color y de la ideología de luchar para conseguir la plena igualdad”, ha dicho, según informa Ángels Piñol.
Desde la dirección nacional del PP se destaca que todas esas posiciones son la reafirmación de unos principios generales que comparten todos. Dolors Montserrat, portavoz en el Congreso, argumentó que todas esas manifestaciones son la evidencia de “una defensa acérrima de lo que es el PP y de lo que siempre ha sido el ADN del PP, de un partido que siempre ha votado y defendido la unidad de España, y del partido más votado y más preparado para gobernar esta gran nación”.
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