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El pesquero con 12 migrantes cumple ocho días en alta mar sin que el Gobierno resuelva la crisis

La vicepresidenta traslada a Bruselas la presión para su resolución: "Somos un gobierno que cumple las normas y nos parece que las tendría que cumplir todo el mundo"

LORENZO D'AGOSTINO PARTE DE LOS MIGRANTES Y TRIPULACIÓN DEL NUESTRA MADRE LORETO / VÍDEO: ATLASFoto: atlas

El pesquero de bandera española Nuestra Madre Loreto continúa a la espera de una solución tras rescatar el jueves de la semana pasada a 12 migrantes frente a la costa libia. La tripulación quiere volver a trabajar, pero no es favorable a acatar la directriz del Gobierno español de dirigirse a un puerto libio. El Ejecutivo mantiene que el barco debe desembarcar a los náufragos en un destino “seguro” y “cercano”, preferiblemente en Italia o Malta, aunque la principal opción sobre la mesa de negociaciones hasta ahora era Libia, un país considerado no seguro.

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Las negociaciones con Malta e Italia, que mantienen una política de puertos cerrados ante los migrantes rescatados en el Mediterráneo Central, no están dando resultado. Tampoco con Libia. Han pasado ocho días sin que el Gobierno haya conseguido desatascar la precaria situación en la que se encuentran no solo los 12 migrantes, sino también los 13 marineros del pesquero en el que apenas quedan víveres y combustible.

Tras tantos días de espera en alta mar, la mayoría de ellos expuestos a un fuerte temporal, la situación a bordo se complica. Los migrantes muestran síntomas de debilidad y los pescadores quieren volver al trabajo, del que dependen directamente sus ganancias. Si no pescan, y han dejado de hacerlo varios días para no poner en riesgo la seguridad de los rescatados y ahorrar combustible, no cobran.

Este viernes, y tras la visita del buque de rescate Open Arms para ofrecer asistencia médica a los migrantes, ha sido autorizada la evacuación de uno de los rescatados a Malta en helicóptero por el centro de coordinación marítima de este país. El joven sufre pérdidas de consciencia y deshidratación.

La posición del Gobierno contrasta con la que adoptó en otros episodios de rescate. Cuando el Gobierno no ha ofrecido un puerto español como destino seguro, ha promovido negociaciones con sus socios de la UE para abrir puertos y repartirse a migrantes rescatados. La vicepresidenta Carmen Calvo ha sostenido tras el Consejo de Ministros que “no hay ningún cambio de posición” en la política migratoria del Ejecutivo pese a las críticas de las organizaciones humanitarias. La Agencia de las Naciones Unidad para los Refugiados (ACNUR) rechaza de plano que Libia sea un puerto seguro y ha exigido “una solución urgente” para que el pesquero que no pase por “un retorno forzoso” al país magrebí.

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Los náufragos temen regresar a este país, del que partieron en una barcaza rumbo a Europa, y la tripulación ha mostrado su preocupación ante un posible motín si se les obliga a volver. El Defensor del Pueblo ha pedido que desembarquen en territorio español “por cuestiones humanitarias”, petición que el Ejecutivo del PSOE continúa ignorando.

“Todos estamos sometidos a las mismas normas”, ha aseverado la número dos del Gobierno, que mantuvo que se está actuando en “coherencia” con la política común europea. “[El pesquero] tendrá que ir en arreglo a las leyes comunitarias al puerto más cercano”, ha insistido Calvo, que ha trasladado la presión por la resolución de la crisis a Bruselas: “Somos un Gobierno que cumple las normas y nos parece que las tendría que cumplir todo el mundo (...) Si en algún momento un órgano comunitario tiene algo que decir, que nos diga o que diga al pesquero español a qué puerto se tiene que dirigir”.

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