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El juez archiva la causa contra los acompañantes de Puigdemont en Alemania

De Egea pregunta al fiscal si debe pedir la detención del empresario Matamala por encubrimiento

Fernando J. Pérez
Puigdemont junto a Matamala, en una foto de archivo en un acto en Gante.
Puigdemont junto a Matamala, en una foto de archivo en un acto en Gante. DELMI ALVAREZ

El juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea ha archivado provisionalmente este martes la investigación por encubrimiento contra las cuatro personas que acompañaban al expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont cuando fue detenido el pasado 26 de marzo en Alemania. El magistrado, no obstante, pregunta a la fiscalía si debe pedir la detención del empresario Josep Maria Matamala, amigo que acompaña a Puigdemont desde que hace un año escapó de España para ponerse a salvo de la Justicia y que, al contrario de los otros tres imputados, no acudió a declarar a la Audiencia Nacional cuando fue citado por el juez De Egea.

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Puigdemont fue detenido al norte de Alemania el 25 de marzo cuando regresaba en coche desde Finlandia, donde había pronunciado una conferencia, en aplicación de una orden europea de detención cursada por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, instructor de la causa por rebelión en el proceso independentista catalán. Junto al político viajaban Matamala, el historiador Josep Lluís Alay y dos mossos –Xavier Goicoechea y Carlos de Pedro- que aprovecharon una semana de vacaciones para ejercer labores de escolta del expresident fugado.

Al día siguiente de los arrestos, el juez De Egea abrió una investigación por encubrimiento sobre los cuatro acompañantes. Este delito consiste, según la jurisprudencia, en auxiliar al responsable de un delito previo a eludir la investigación judicial o sustraer a sus autores a su busca y captura. Este tipo penal se ve agravado si el autor es autoridad o funcionario público en el ejercicio de su cargo. En este caso, el juez De Egea considera que los dos mossos se encontraban fuera del ejercicio de sus funciones.

Según el magistrado, los cuatro investigados “no tenían conocimiento de la activación de la Orden Europea de Detención y Entrega” de Puigdemont, que Llarena había activado dos días antes al conocer que el político fugado se encontraba en Finlandia y preveía regresar a Bélgica, donde ha fijado su residencia tras abandonar España tras la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017. El juez afirma que los cuatro investigados se encontraban con Puigdemont “por simples relaciones de amistad”.

En su declaración, el pasado 4 de junio, los dos mossos y Alay afirmaron que acompañaban a Puigdemont con intención de ayudarle a ponerse a disposición de la justicia de Bélgica.

Xavier Goicoechea está destinado en el departamento de escoltas, mientras que Carlos de Pedro hacía labores de Seguridad Ciudadana. Ambos habían solicitado unos días libres para asuntos personales, tras lo cual se habían trasladado a Bélgica supuestamente para colaborar en la protección de Puigdemont. Los Mossos también abrieron una investigación interna.

Goicoechea y De Pedro fueron los encargados de conducir desde la localidad belga de Waterloo hasta Suecia el vehículo Renault Espace que el político utilizaba habitualmente en sus desplazamientos en Bélgica. Un trayecto de 1.600 kilómetros que tenía como objetivo recoger en el país escandinavo a Puigdemont, después de que este abandonara por mar Finlandia tras la decisión del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena de reactivar la orden de detención contra él.

En ese trayecto de ida, el vehículo fue controlado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), lo que permitió al servicio secreto conocer cuál era el recorrido que el político catalán pretendía seguir para retornar a Bélgica. En el viaje de vuelta, ya con los cinco ocupantes, el automóvil fue interceptado por la policía alemana a 30 kilómetros de la frontera con Dinamarca.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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