‘Millennials’: pesimistas pero pragmáticos
Ante la falta de perspectivas profesionales o de vivienda, los jóvenes reordenan sus valores: prefieren la libertad y trabajar en lo que les gusta aunque ganen menos
Los jóvenes españoles no eligen una profesión pensando en ganar dinero. La mayoría de los millennials (los nacidos a partir de los ochenta) prefieren trabajar en lo que les guste aunque esto implique un menor sueldo. Ante la dificultad para encontrar un empleo estable y bien pagado o los problemas para emanciparse, "han optado por buscar la felicidad de otra forma", explica la socióloga Belén Barreiro, quien ha dirigido la elaboración de un informe de la Fundación Europea de Estudios Progresistas basado en una encuesta a 2.200 personas. Ante la falta de perspectivas profesionales o de vivienda, los jóvenes han reordenado sus valores y priorizan el "disfrute de la vida": más tiempo de ocio, ser libres, vivir experiencias y una ocupación que les satisfaga.
El cambio de prioridades de los millennials obedece, según Barreiro —de la empresa MyWorld— al de las circunstancias que les han tocado vivir. La que fuera directora del CIS entre 2008 y 2010 considera que en España "la crisis económica ha producido un aumento de la desconfianza interpersonal y una pérdida de capital social" entre los jóvenes, lo que ha derivado en "mayor individualismo" y en la búsqueda de la realización personal. En el estudio, esto se traduce en una dualidad: más optimismo en áreas sociales como el acceso a la información y la cultura o la libertad personal (el 65% cree que mejorará la vida de los jóvenes) y mucho menos en asuntos económicos y políticos, como encontrar casa o acabar con la desigualdad monetaria.
La mayoría de los millennials creen que tendrán una vida peor que la de sus progenitores. Sus padres y sus abuelos opinan lo mismo: más del 60% de los españoles es pesimista con respecto al futuro de los menores de 37 años, según los resultados del estudio. Más del 80% de la población cree que el empleo juvenil actual es de mala calidad y un 60% de los encuestados señala problemas para emanciparse.
El informe, que cuenta con la colaboración de la Fundación Felipe González y la Fundación La Caixa, no se limita a analizar las perspectivas del conjunto de la población y los jóvenes sobre el futuro de los millennials. También explica a quién responsabiliza la sociedad de esta falta de perspectivas. Los españoles son especialmente críticos con sus Gobiernos. Más del 90% de los encuestados creen que las políticas de los distintos Ejecutivos son las principales culpables.
Pero el mayor determinante, para bien y para mal, es el contexto internacional. El 78% lo consideran como uno de los principales responsables de que los jóvenes vayan a tener una vida mejor que la de sus padres, frente al 89% que cree que les hará tener una vida peor. La importancia de la UE es mucho mayor para las personas de más de 37 años, ya que los jóvenes la señalan en menor medida como influencia directa en sus perspectivas vitales.
Sociedad más abierta
Los encuestados apuntan aspectos positivos y negativos respecto a la calidad de la democracia. Para un 65%, el deterioro de las instituciones o la corrupción son razones por las que los jóvenes vivirán peor. Más de un 50% considera también que la sociedad actual es más abierta, democrática y tolerante y que eso beneficia a los millennials.
Según explica Emma Cerviño, asesora del Consejo Económico y Social que participó en la presentación del estudio el pasado jueves, la encuesta explicita "que la realidad objetiva coincide con el sentir de la población". Para la también socióloga, "es importante tener una población que sabe que tiene un problema y que ese problema es de largo recorrido". Y es que, a pesar de un cierto “choque de generaciones” en algunas cuestiones —un 12% de los jóvenes piensan que la existencia de políticas que favorecen a los jubilados es una razón de que vayan a tener una vida peor, frente al 6% de los mayores de 37 años—, la mayoría de la población coincide en el diagnóstico pesimista sobre el futuro de los millennials.
También coinciden en las soluciones: hay que realizar políticas públicas para asegurar el futuro de los jóvenes. Mejorar el empleo, la educación y las pensiones aparecen como prioridades para toda la población. Sin embargo, elementos como la lucha contra la desigualdad socioeconómica y de género son solo peticiones del centroizquierda mientras que las políticas de apoyo a la natalidad lo son del centroderecha.
Para Barreiro, "la digitalización ha hecho a los jóvenes mejores de lo que éramos nosotros". Tienen mucha información al alcance de la mano, mayor libertad y mejor formación. Pero, según la socióloga, hay una sensación que se repite entre estos jóvenes "tan preparados": "¿Cuándo voy a ganar algo que sea razonable?". A pesar del optimismo en ciertas cuestiones, la negatividad parece imponerse y el futuro sigue siendo incierto para los millennials.
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