El avión del presidente y el rockero Pedro Sánchez
El viaje del jefe del Gobierno a Castellón en el Falcon oficial reabre el debate sobre el uso de medios públicos
“El presidente del Gobierno lo es las 24 horas del día, nunca se baja del cargo”, alegaron portavoces de La Moncloa cuando, en el año 2009, el entonces presidente, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, utilizó un avión oficial para acudir a mítines electorales de su partido en Canarias o Asturias. Los mismos portavoces añadieron que viajar en línea comercial no solo costaría más al Estado, por el pago de billetes al personal de seguridad, sino que entorpecería la agenda presidencial y podría causar molestias a los restantes usuarios de los vuelos.
La utilización de un avión Falcon 900B del Ejército del Aire por parte del presidente Pedro Sánchez para viajar a Castellón el pasado viernes ha provocado un alud de criticas y una batería de preguntas por parte del PP, Ciudadanos o el senador de Compromís Carles Mulet. Los grupos de la oposición aseguran que la visita de Sánchez al Ayuntamiento de Castellón y la entrevista de 45 minutos que mantuvo con el presidente valenciano, Ximo Puig, fueron solo una coartada para encubrir el verdadero objetivo del viaje: asistir por la noche al concierto del grupo The Killers en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), un evento al que ya acudió en 2016, cuando era secretario general del PSOE.
No hay ninguna norma que diga para qué pueden utilizarse los siete aviones (cinco Falcon 900B y dos Airbus 310) del Grupo 45, pero se entiende que solo para desplazamientos oficiales. De ahí que el Gobierno remarque las entrevistas que mantuvo Sánchez en Castellón ese mismo viernes, antes del concierto, mientras que la oposición les resta trascendencia.
La esposa y las hijas de Sánchez viajaron a Benicàssim por carretera
El marido de Merkel paga el coste del vuelo cuando viaja en avión oficial
En 2009, cuando arreciaban las críticas a Zapatero por el uso del Falcon, la Cadena SER reveló que Rajoy había ido en avión oficial a un mitin en Baleares en 2003. El PP alegó entonces que Rajoy era vicepresidente y que había asistido a una reunión de la dirección de Patrimonio Nacional antes de participar en el mitin.
El pasado 12 de enero, EL PAÍS publicó la lista de los más de 500 pasajeros que han volado en los aviones oficiales durante los últimos tres años, difundida en aplicación de la Ley de Transparencia. El listado ofrecía casos singulares: la hija del entonces ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, fue en vuelo oficial con su padre a Bruselas en 2016; y el marido de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, la acompañó en su avión de Estado en el viaje a Australia en 2017. La documentación no incluía los vuelos de Rajoy o de la Familia Real porque el Gobierno los había declarado secretos.
Calvo: "Tuvo agenda cultural de noche"
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, aseguró ayer que Pedro Sánchez “tuvo agenda insitucional todo el día”, aludiendo a su visita el viernes a Castellón, donde visitó la alcaldía y se reunió con el presidente valenciano, Ximo Puig. “Por la noche se acercó a un evento cultural; es decir, tuvo agenda cultural por la noche”, añadió, en referencia al concierto del FIB. Sugirió que no se le hubiera criticado si, en vez de a un concierto de rock, hubiese acudido a la ópera o al teatro.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ironizó con las palabras de Calvo asegurando que, si acudir al FIB forma parte de la agenda cultural, entonces "ir de tapas es agenda gastronómica" y añadió que Sánchez "le debe una axplicación a los españoles".
Por su parte, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha acusado a Sánchez de "exhibición hortera del uso de lo público para promoción personal".
En la agenda semanal del presidente del Gobierno que difundió La Moncloa el viernes 13 de julio no figuraba la visita a Castellón. En la que distribuyó el jueves 19 para el día siguiente sí aparecía, pero el programa concluía a las 17.50 con un “encuentro informal” con Ximo Puig. Ninguna alusión al FIB.
Lo que es seguro es que, al contrario que su sucesor, Rajoy no empleaba los helicópteros Superpuma del Ejército del Aire para desplazarse desde La Moncloa hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid): desde que en 2005 se precipitó al suelo el helicóptero en el que volaba con la expresidente madrileña Esperanza Aguirre no ha vuelto a subir en ningún aparato de ala móvil.
El coste de la hora de vuelo de los Falcon 900B supera los 5.600 euros, según datos oficiales, y el trayecto entre Madrid y Castellón es de unos 90 minutos. Pero el consumo de combustible se dispara en trayectos cortos y el gasto se multiplica al sumar las dietas del personal de seguridad y de la tripulación; sobre todo cuando el viaje, como en este caso, obliga a pernoctar fuera de casa.
Las cónyuges de los mandatarios pueden acompañarles en los viajes oficiales, pues con frecuencia se programan actos sociales que les incluyen. Pero, según explicó anoche un portavoz de La Moncloa, la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, no viajó con él en el avión. Tanto ella como sus dos hijas, de 11 y 13 años, viajaron al festival de Benicàssin por carretera. Y regresaron por el mismo medio.
En otros países el problema ya está resuelto: el marido de la canciller alemana, Angela Merkel, Joachim Sauer, paga el coste del vuelo cuando viaja con su esposa en el avión oficial. Y a veces prefiere ir en línea comercial, porque le resulta más barato.
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