22.000 euros de subvención para la granja de los horrores
Investigado un ganadero de Ourense por dejar morir al menos 41 ovejas y cabras después de recibir ayudas para la incorporación de jóvenes al sector
Es reincidente y había recibido ayudas por valor de 22.000 euros dentro de las medidas para inyectar sangre fresca a un sector agrario que se desangra en la Galicia más envejecida. El pasado viernes 13, el Servicio de Protección de la Naturaleza entró en una explotación ganadera de A Lama (San Lourenzo de Piñor, ayuntamiento ourensano de Barbadás) y no fue capaz de contar cuántos animales muertos, desmembrados, putrefactos, había esparcidos por el suelo. Identificó, en avanzado estado de descomposición, los cuerpos más o menos completos de 41 ovejas y cabras, pero en aquella granja de los horrores había también, según la Guardia Civil de Ourense, innumerables restos, pieles y huesos desperdigados de otros ejemplares víctimas de un extremo y prolongado delito de abandono animal.
El propietario del rebaño maltratado hasta la muerte es A.M.B., un vecino de Ourense de 28 años que el año pasado ya había sido investigado por otros hechos semejantes en Liñares (municipio de Nogueira de Ramuín) y que, según una portavoz oficial de la Comandancia de Ourense, había sido subvencionado con 22.000 euros "dentro de las ayudas para la incorporación de jóvenes a la actividad agraria".
El Seprona cree que A.M.B. abandonó a sus animales hasta la muerte, al no proporcionarles "durante un largo periodo de tiempo, las necesidades básicas de cuidado". En la finca investigada, ocho miembros de Protección Civil enfundados en "trajes de protección biológica y equipos de respiración autónoma" tuvieron que encargarse de "la recogida y gestión de los cadáveres y restos óseos para evitar riesgos para la salud pública".
En las tareas de retirada y desinfección de las instalaciones se emplearon varios vehículos, incluidas una excavadora y una motobomba para descontaminar los equipos. Después de trasladar los cuerpos a una empresa especializada, fue necesario retirar con medios mecánicos la cama de la explotación ganadera para evitar la contaminación de los ríos y de la capa freática. Según el Ayuntamiento de Barbadás, en la desinfección del espacio en el que habían agonizado y muerto los más de 41 animales tuvieron que trabajar "12 voluntarios y profesionales en turnos durante 40 horas". A igual que los encargados de retirar los cadáveres, estos trabajadores tuvieron que "seguir utilizando protección respiratoria" porque "el estiércol acumulado entró en autocombustión", humeaba y desprendía "gases nocivos".
Protección Civil busca ahora cuatro perros que también habían sido dejados a su suerte dentro del recinto y que escaparon para no morir allí dentro de hambre. El supuesto autor del delito de abandono animal con resultado de muerte fue interrogado, y prosiguen las pesquisas con la colaboración de la Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia y del Ayuntamiento, la Policía Local y Protección Civil de Barbadás.
Hace una semana, el Seprona también denunció en el juzgado a otro ganadero de la misma provincia, en este caso del municipio de Montederramo, por abandono animal. A.G.L. mantenía medio centenar de vacas "extremadamente delgadas" por falta de alimento. Según el Seprona, las reses tenían que dormir y comer en unas instalaciones con "graves deficiencias higiénico sanitarias", condenadas a permanecer siempre con las piernas sumergidas "hasta la rodilla" en el estiércol.
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