Sito Miñanco inicia una huelga de hambre indefinida para denunciar “trato vejatorio” en la cárcel
El narco gallego, trasladado a la prisión pontevedresa de A Lama para que acuda a un juicio, acusa al director de este centro de aplicarle un rigor excesivo
El histórico narco gallego José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, inició este sábado una huelga de hambre "indefinida" en el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra) al que ha sido trasladado para que asista a partir del martes a un juicio por blanqueo de capitales en el que la fiscalía le pide 6 años de cárcel. Así lo ha comunicado el propio Sito Miñanco en sendos escritos dirigidos a Instituciones Penitenciarias, al juez de Vigilancia Penitenciaria José Luis de Castro y a la magistrada de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, que a principio de mes lo envió a prisión como presunto responsable de la introducción en Europa de más de 4.000 kilos de cocaína. Con este ayuno, el narco gallego dice querer denunciar el "trato vejatorio" que asegura haber recibido desde su llegada a la prisión pontevedresa tras un traslado que, según fuentes jurídicas, ha durado cerca de tres días.
Sito Miñanco estaba ingresado en la cárcel de Alcalá-Meco (Madrid) tras su detención el pasado 5 de febrero en la Operación Mito que permitió a la Policía Nacional desmantelar una compleja organización de narcotráfico y blanqueo de capitales presuntamente dirigida por él mientras cumplía una condena anterior en régimen abierto en Algeciras (Cádiz). El pasado jueves, Instituciones Penitenciarias inició su traslado desde esta prisión madrileña a la de A Lama para que pueda sentarse este martes en el banquillo de los acusados por el supuesto blanqueo de 10 millones de euros entre 1998 y 2007 mediante la compra de pisos a través de la inmobiliaria San Saturnino. En ese traslado, los responsables de Interior han invertido tres días en los que Sito Miñanco ha pasado por otros cuatro centros penitenciarios bien para dormir o bien para lo que en el argot penitenciario se denominan "conexiones". En concreto, por los de Burgos, El Dueso (Cantabria), Villabona (Asturias) y Teixeiro (A Coruña), antes de llegar finalmente a A Lama. En las de Burgos y Villabona pernoctó.
Nada más llegar a la prisión pontevedresa el pasado sábado, el narco gallego redactó tres escritos y los registró a primera hora del domingo para anunciar que, desde ese momento, se ponía en huelga de hambre. El motivo que alegaba para justificar su decisión era lo que calificaba de "trato vejatorio" por parte de los responsables de A Lama. En concreto, afirmaba que había sido sometido a dos cacheos con desnudo integral en un muy corto espacio de tiempo tras ingresar. También aseguraba que no se le había permitido mantener un encuentro con la abogada que va a llevar su defensa en el juicio del martes, lo que en su opinión le causaba "indefensión". Finalmente, alegaba que se le había recluido en el módulo de aislamiento por motivos de seguridad. El narco gallego consideraba esta medida injustificada y "dañina" al aplicársele ya el artículo 75.1 del régimen penitenciario que incluye importantes restricciones en su día a día dentro de prisión.
Sito Miñanco recalca en su escrito que sufre diversos problemas de salud crónicos, entre ellos diabetes, hernia discal e hipertensión. También que en los 24 años que ya ha pasado encarcelado por diferentes causas nunca ha protagonizado un intento de evasión ni "conflictos". Por todo ello, considera que todo lo que le ha ocurrido desde su llegada a la cárcel pontevedresa es "un abuso de poder" que tacha de "ilegal". Y recalca que de todo ello es responsable el director de la prisión. "Se nota que quiere una condena el próximo día 27", señala en referencia al juicio por blanqueo que se inicia este martes en el escrito que ha enviado a la juez Lamela.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.