La Policía interviene 15 millones de euros en bienes a la organización de Sito Miñanco
La juez Lamela ordena bloquear 171 inmuebles, cinco barcos y 139 cuentas bancarias y otros productos financieros
La Operación Mito que se inició el pasado lunes con la detención de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, y de 42 presuntos integrantes de su organización de narcotráfico ha permitido hasta ahora el bloqueo de 171 inmuebles, cinco barcos y 139 cuentas bancarias y otros productos financieros. Todo ello, valorado en 15 millones de euros, según detalla este viernes la Policía. Durante los 20 meses que ha durado la investigación, los agentes también han aprehendido 4.416 kilos de cocaína (3.800 en un barco cuando navegaba cerca de las Azores y 616 en Holanda) y 78 de marihuana. Con el golpe, el Ministerio del Interior considera desmantelada la red del histórico narco gallego, que ahora había adoptado los alias de Mister y Mario, y al que se intervinieron también 300.000 euros en metálico en la vivienda en la que residía.
La operación se inició a comienzos de 2016, después de que se detectase en Marbella a Sito Miñanco junto a otros miembros de la organización. Entonces, el narco gallego, de 62 años de edad, cumplía condena en régimen abierto en el Centro de Inserción Social de Algeciras (Cádiz), donde ahora la Policía ha desmantelado parte de su entramado de blanqueo de dinero. Las posteriores pesquisas permitieron comprobar que el ahora detenido seguía teniendo buena parte de la infraestructura en la provincia de Pontevedra. Y, más en concreto, en el astillero O Facho, en el que supuestamente construía las planeadoras que le servían para trasvasar la droga que traían desde Sudamérica los buques nodriza.
Uno de estos últimos era el remolcador Thoran, con bandera de las Comoros y que fue interceptado por agentes del GEO cerca de las islas Azores el pasado mes de octubre cuando llevaba oculto bajo el suelo de la cocina 3.800 kilos de cocaína. Tras aquella intervención policial, Sito Miñanco ordenó hundir las planeadoras valoradas en varios millones de euros que se encontraban esperando para realizar el trasvase de la mercancía en altamar para acercarla a la costa. Los investigadores creen que 700 kilos del alijo tenían como destino España, mientras que el resto iba a ser desembarcado en otros puntos de Europa. De hecho, las pesquisas han revelado que el ahora detenido tenía contactos con organizaciones que operaban en Holanda, Albania e Italia integradas, principalmente, por delincuentes de nacional búlgara, turca y holandesa. Con ellas había llegado presuntamente a acuerdos para el transporte y la distribución de la cocaína, para lo cual ofrecía la infraestructura de su trama y les cobraba un porcentaje de sus ganancias.
Las pesquisas han permitido constatar las numerosas medidas de seguridad que adoptaban los integrantes de la organización para contactar. Sito Miñanco había gastado 700.000 euros para dotar de sistemas de comunicación encriptados a los barcos de la organización y el propio capo utilizaba para sus conversaciones telefónicas terminales con software para impedir las escuchas. En otros casos, sus subordinados no dudaban en desplazarse desde Galicia a Andalucía para entrevistarse personalmente con él. La Policía consiguió burlar buena parte de dichas medidas e, incluso, instalar con autorización judicial micrófonos ocultos dentro de algunas de las viviendas donde el narco celebraba sus encuentros.
Además de Galicia y Andalucía, otra parte de la organización estaba asentada en Madrid. Formada por ciudadanos españoles y colombianas, esta parte de la red se encargaba del transporte de dinero y droga en vehículos que tenían compartimentos ocultos. La Policía llegó a detectar hasta siete envíos de dinero por este sistema durante la investigación. Entre las funciones de estos integrantes de la trama también estaba recibir el dinero fruto de la venta de droga para, posteriormente, enviarlo a Colombia mediante locutorios y correos humanos (conocidos en el argot policial como mulas). Cinco de ellos fueron interceptados en el Aeropuerto de Barajas en febrero de 2017 cuando intentaban sacar escondidos en dobles fondos de mochilas cerca de 900.000 euros.
Además, Sito Miñanco controlaba varios negocios a nombre de testaferros –uno de ellos al de su actual pareja sentimental- que le permitían blanquear sus beneficios. Entre ellos, un negocio de alquiler de vehículos en Algeciras, que le permitía el lavado de fondos mediante la emisión de facturas falsas o infladas, en la que intervenía un concesionario de automóviles de lujo de Marbella. También disponía de una estructura societaria instrumental para adquirir inmuebles en diferentes lugares de España.
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