Detenido Sito Miñanco en una gran operación antidroga
Un geo ha sido herido de bala en un hombro durante una intervención policial en Alpedrete
La Policía bautizó la operación a la altura de su leyenda. José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, quizá el narco más sofisticado y contumaz que ha dado Galicia, fue detenido ayer en Algeciras (Cádiz) en la Operación Mito. Junto a él, alrededor de 40 miembros de su organización —alguno de los cuales también trafica por su cuenta— fueron arrestados por orden de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela en un operativo en el que dos GEO resultaron heridos.
Sito Miñanco, nacido en Cambados (Pontevedra) hace 62 años, se encontraba desde abril de 2015 en régimen de semilibertad en Algeciras, donde cumplía su segunda condena por narcotráfico, que le fue impuesta en julio de 2004. En la ciudad gaditana tenía dos ocupaciones de cara a la galería y a la Justicia: por la mañana trabajaba en la gestión de la recaudación de una empresa de aparcamientos con negocio en Sevilla, Málaga y Algeciras.
Además, durante cuatro meses y medio, por las tardes y en días festivos, acudía como voluntario a una ONG de asistencia a enfermos terminales que regenta una congregación religiosa en la misma ciudad. Por la noche, dormía en el Centro de Inserción Social (CIS) Manuel Montesinos Molina. A las puertas de este establecimiento penitenciario, Sito Miñanco, que, por orden judicial, tiene prohibido poner un pie en Galicia, fue interceptado ayer por la mañana por agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional. Simultáneamente, 28 colaboradores suyos eran arrestados en Pontevedra (10), Málaga (7), Madrid (6), Cádiz (4) y Sevilla (1). Se iniciaba la Operación Mito, según fuentes judiciales uno de los dispositivos contra el narcotráfico más relevantes de la Audiencia Nacional desde la célebre Operación Nécora, organizada por el juez Baltasar Garzón en junio de 1990.
De aquella macrooperación de hace casi 30 años, Sito Miñanco consiguió escapar en un primer momento, aunque fue arrestado en enero de 1991, en un chalé de Pozuelo de Alarcón (Madrid) cuando, cartas náuticas sobre la mesa y teléfono satélite en la oreja, organizaba el desembarco de 2,5 toneladas de cocaína por la ría de Arousa. El capo cumplió siete de los 20 años de prisión que le fueron impuestos por aquel alijo. En agosto de 2001, mientras esperaba otra sentencia por tráfico de hachís, Sito Miñanco fue detenido, también in fraganti, cuando controlaba desde un chalé de Villaviciosa de Odón (Madrid) el trasvase de cinco toneladas de cocaína desde el mercante Agios Konstantinos a un pesquero en medio del Atlántico. Le cayeron 16 años y 10 meses de prisión y 390 millones de euros de multa.
Pese a lo sofisticado de su organización, que tenía especialistas en cada campo del negocio ilegal, a Sito Miñanco le costaba delegar. Quizá fuera por el hecho de haber empezado desde abajo como piloto de planeadoras, como relata Nacho Carretero en su libro-reportaje Fariña, o quizá por puro afán de control. Lo cierto es que en 2009, estando el capo en la prisión de Huelva, la Agencia Tributaria descubrió y desmanteló el entramado societario del que supuestamente se sirvió para blanquear hasta ocho millones de euros procedentes del narcotráfico. La Audiencia de Pontevedra prevé juzgarle por estos hechos el próximo 27 de febrero.
Los expertos policiales estaban convencidos de que Prado Bugallo, el hijo de una familia de mariscadores furtivos que en los ochenta dio el salto del contrabando de tabaco al hachís y a la cocaína, corrompió a políticos en España y en América, y se asoció al cártel de Cali, no había escrito su última página en el negocio del narco. Iban bien encaminados.
Dos heridos por disparos
La Operación Mito, organizada por la juez Lamela, supuso el desmantelamiento de la banda de Sito Miñanco, formada por ciudadanos españoles y colombianos. En el operativo fueron detenidos al menos dos de sus colaboradores principales, Ramiro Somoza y Juan Antonio Fernández Fernández. El primero fue condenado en 2009 por encabezar la introducción en España de cuatro toneladas de cocaína. El segundo fue juzgado junto a Miñanco por el alijo del Agios Konstantinos.
El operativo policial de ayer resultó algo más arriesgado que en otras ocasiones. Un ciudadano colombiano que fue interceptado en una nave industrial que acoge un club de tiro en Alpedrete (Madrid) recibió con disparos a los miembros de Grupo Especial de Operaciones (GEO) que acudieron a detenerle. Dos agentes resultaron heridos, uno por impacto de bala, y otro por las contusiones de dos proyectiles que impactaron en el chaleco antibalas que llevaba. Fuentes policiales señalan que este individuo reaccionó así por miedo, ya que un presunto miembro del grupo de Sito Miñanco, Santiago Q. M., fue asesinado a tiros el pasado 29 de enero en la provincia colombiana de Pereira, apenas seis días después de regresar de España. En su primera detención por narcotráfico, en 1991, fueron vitales las delaciones de dos compinches del cártel del Cali.
Según fuentes cercanas a la investigación, el dispositivo policial se aceleró en octubre tras la aprehensión en alta mar de 3.800 kilos de cocaína que viajaban ocultos en el Thoran, un remolcador con bandera de Barbados. Era la Operación Briol, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Las pesquisas abiertas para dar con la organización responsable del envío de esos 165 fardos de droga y su recepción en España han desembocado en Sito Miñanco.
La investigación afectó también a Rosa Prado, una de las hijas del capo. Esta no fue detenida, sino que fue requerida por la Policía para que asistiera al registro de la inmobiliaria San Saturnino, eje de la supuesta red de blanqueo por la que Sito Miñanco será juzgado el 27 de febrero.
Entre los detenidos hay empresarios de dos sectores concretos: el inmobiliario y el de alquiler de vehículos. Según fuentes próximas a la investigación, los primeros supuestamente ayudaron a Sito Miñanco a invertir sus beneficios ilícitos, y los segundos supuestamente proveían a su red de coches —una de las pasiones de Prado Bugallo— para moverse de manera discreta. Hasta ayer.
Coches, casas, astilleros y una charcutería
La lista de detenidos en la Operación Mito, y las ocupaciones de estos, da idea de la diversidad de actividades en las que Sito Miñanco ha tratado de blanquear los fondos obtenidos en más de tres décadas de contrabando y narcotráfico.
Entre los arrestados figuran, además de dueños de inmobiliarias, gerentes y socios de astilleros de reparación de barcos, otras personas empleadas en otras actividades, sobre el papel más alejadas del tráfico de drogas, como una charcutera de La Línea de la Concepción. La operación se mantiene abierta, según indicaron fuentes policiales, que no descartan nuevas detenciones en los próximos días.
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