En Andoain quedan heridas sin cerrar
El homenaje a dos etarras excarcelados desempolva el recuerdo de los años más sangrientos de la lucha terrorista
Inaxio Otaño y José Luis Vela fueron vecinos durante los años más sangrientos en Andoain (Gipuzkoa); uno vivía con sus padres en el octavo piso de un edificio y el otro, en el quinto. Ambos se cruzaban a menudo en el portal y solían coincidir frente a frente en el ascensor. Lo que no sabía entonces Vela, concejal socialista durante 20 años, amenazado de muerte y víctima de sabotajes, es que Otaño, su vecino, era un militante de ETA que se dedicaba junto con Iñaki Igerategi a pasar información a los comandos asesinos de la banda. El exedil asiste hoy "indignado" a las muestras de júbilo con que estos dos exetarras han sido recibidos en el pueblo después de pasar "tan solo seis años" en la cárcel "por unos delitos gravísimos que confesaron haber cometido". "Me parece vergonzoso", dice contrariado.
Vela paseaba el pasado viernes por Zumea. A unos 50 metros está la placita donde el domingo anterior unas 200 personas recibieron a Otaño e Igerategi con música de aurresku e ikurriñas. A muy poca distancia está el actual domicilio de su exvecino. Otaño e Igerategi, de 57 y 48 años respectivamente, se han refugiado en sus casas, apenas han salido a la calle estos días. "Están agobiados, metidos en casa. Ellos no esperaban que se formara este revuelo por el recibimiento. No querían verse envueltos en esta polémica", afirma Juan Karlos Ioldi, coordinador de Harrera, la asociación que ayuda a presos de ETA a reinsertarse. Ioldi se ha reunido con ambos esta semana: "No quieren hablar a la prensa". "Les he aconsejado que hagan vida tranquila, que primero disfruten de la familia y vayan poco a poco recuperando la normalidad", comenta el también exmiembro de ETA.
Desde el domingo solo se les ha visto en las fotografías que la asociación de familiares de presos Etxerat publicó en las redes sociales. A las puertas de las prisiones de Lugo y de Badajoz, ambos sujetaban sendas pancartas a favor de la excarcelación de los 292 terroristas que siguen entre rejas. Esa misma tarde fueron retratados en el polémico homenaje en Andoain, adonde acudieron dirigentes del PP vasco con fotografías de Joseba Pagazaurtundua, el sargento de la Policía de Andoain asesinado por ETA en 2003. Protestaron porque se estaba glorificando en plena calle a los dos etarras que dieron las instrucciones precisas a Gurutz Agirresarobe para que este perpetrara aquel crimen.
El 'comando Zipi'
Hasta donde pudo averiguar la Policía y confirmaron después los jueces, Igerategi y Otaño fueron captados en 2001 y formaban parte del comando Zipi. Actuaban a las órdenes de Ainhoa Ozaeta, Kuraia, responsable de la estructura de extorsión de ETA, y de Francisco Javier López Peña Thierry, jefe del aparato militar y de información hasta la detención de ambos en mayo de 2008. Del análisis de los ficheros informáticos y las agendas intervenidas a Thierry, se concluyó que la célula Zipi recibía en Francia sobres "tamaño libro" que contenían cartas con el sello de correos ya puesto, la dirección del destinatario y un remitente. Otaño e Igerategi tenían señaladas las fechas en que tenían que buzonear esas cartas de extorsión. Llegaron a enviar 552 misivas, dirigidas principalmente a constructores que, según expresiones que Thierry anotó en sus apuntes, habían logrado "una facturación bestial en obras públicas". Entre los destinatarios figuraba la empresa Altuna y Uria, cuyo consejero delegado, Inaxio Altuna, fue asesinato a tiros en Azpeitia en diciembre de 2008.
A Vela le inquieta que sus convecinos también se dedicaban a recabar datos de víctimas potenciales de ETA. Proporcionaron información de los movimientos que hacía Pagaza, del cuartel de la Guardia Civil de Tolosa y de tres agentes de la Ertzaintza que estudiaron con Igerategi, quienes "recibieron ataques no letales en su propiedad, tranquilidad y hacienda personal", según se recoge en la sentencia condenatoria, cuya ponente fue la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. Otaño trabajaba entonces en el reparto de periódicos e Igerategi era bombero del parque de Tolosa, hasta que ambos fueron arrestados en febrero de 2012.
El exedil socialista lleva estos días, a raíz de la liberación de los etarras, "dándole vueltas a la cabeza" porque se dan "muchas coincidencias". La actividad terrorista de Otaño e Igerategi se prolongó de 2001 a 2008. Coincide con las fechas en que ETA perseguía a Vela, entre otros. "Distintos comandos terroristas" habían recopilado "información de tipo personal [de Vela] durante los años 2001, 2002, 2003 y 2007", le comunicó expresamente la Policía. También coincide que varios ataques y atentados sufridos en esas fechas se produjeron en la calle Ondarreta de Andoain, donde Vela y Otaño compartían vecindario.
"Darlo todo"
En el número 3 de la calle Ondarreta vivía José Luis López de Lacalle, el columnista y miembro del Foro de Ermua, atacado con cuatro cócteles mólotov que impactaron en el balcón de su casa unos meses antes de que un etarra le matara a tiros al lado de su portal en 2000. Unos radicales hicieron explotar en 2001 un artefacto junto a la puerta de la casa de Vela, pero afectó a un matrimonio de jubilados que vivía al lado. En esa misma calle que tan bien conocía Otaño, en 2002 le quemaron el coche a la mujer del entonces concejal socialista. Dos meses después le colocaron en la puerta de su casa un sobre con la siguiente inscripción: "Gora ETA. Boom! Vamos a dar todo para matarte". Dentro había una llave del portal y una carta con este encabezamiento: "Queridísimo sr. VELA". El escrito terminaba con esta cruel amenaza: "Toma la llave de tu portal, pero no te tranquilices demasiado pues tenemos 47 copias más y 47 personas están dispuestas a darlo todo por eliminarte".
"Son demasiadas casualidades", dice ahora Vela mientras le asaltan los recuerdos de aquellos tiempos. En plena vorágine terrorista, un día de 2002 recibió la llamada del consejero vasco de Interior, Javier Balza, para que se presentara en la sede del Gobierno vasco. "Nos saludamos y me dijo: 'José Luis, mañana mismo te tienes que marchar de tu casa porque te van a matar". Vela se marchó tres años de Andoain y llegó a estar protegido por cinco escoltas, recuerda. Tuvo mejor suerte que López de Lacalle y Pagaza, dos de sus grandes amigos.
Andoain vive ajeno a todo esto. "Ya ves que el pueblo está muerto", comenta Vela. Otaño e Igerategi siguen recogidos "a la espera de poder normalizar sus vidas", dice Ioldi, convencido de que tienen "garantizada" la vuelta a sus puestos de trabajo. Mientras, los perseguidos por ETA tratan de poner cara a aquellos que tanto dolor provocaron.
"Si ahora me cruzo con él, me esquivaría"
Inaxio Otaño Ttintto e Iñaki Igerategi fueron detenidos por la Guardia Civil en febrero de 2012 y condenados tres años después por "pertenencia a organización terrorista". En el juicio reconocieron haber participado entre 2001 y 2009 en el envío de cartas de ETA en las que se exigía el pago del impuesto revolucionario. También admitieron que recopilaban información sobre víctimas potenciales de la banda. Pagazaurtundua fue una de estas. Ambos pactaron la pena de seis años de cárcel que les impuso la Audiencia Nacional.
“Si ahora te cruzas por la calle con Otaño, ¿qué le dirías?”, le pregunta el periodista a José Luis Vela, el exconcejal socialista que estuvo muchos años en la diana de ETA.
“Nada, la verdad, pero tampoco le pondría buena cara. Creo que él me esquivaría. Me parece que es una persona que no tiene buena conciencia”, responde Vela.
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