Claves del atasco político en Cataluña

* Versión para la edición digital de El País América.

El Tribunal Supremo de España acoge  esta semana una nueva ronda de declaraciones de líderes políticos investigados por su papel en el proceso independentista en Cataluña el pasado octubre. Mientras continúan las comparecencias ante la justicia española, dicha región española sigue sin un Gobierno, la Generalitat, debido a la falta de acuerdo parlamentario tras las elecciones del 21 de diciembre.

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¿Por qué no hay presidente?

El partido Ciudadanos (centro-derecha), que nació en 2006 en oposición al ascenso del movimiento independentista, ganó los comicios de diciembre. Sin embargo, sus 37 escaños no son suficientes para formar gobierno, ya que la mayoría parlamentaria son 68 escaños, la mitad más uno. Tampoco la suma con los otrospartidos no independentistas (esta formación más PP y PSOE) permite alcanzar ese número.

La suma de los votos de los tres partidos separatistas (Junts per Catalunya, Esquerra Republicana (ERC) y Candidatura de Unidad Popular (CUP) logró la mayoría absoluta de escaños. Su candidato, hasta el momento, es Carles Puigdemont, que se encuentra fugado de la justicia española en Bélgica. Puigdemont y el resto del Gobierno regional catalán fueron destituidos por el Gobierno central, en virtud del artículo de la Constitución que protege la unidad territorial. Esa fue la respuesta del Estado a la declaración de independencia del Parlamento catalán del pasado 27 de octubre, que no llegó a materializarse.

La promesa electoral de Junts per Catalunya fue restituir el Gobierno regional que había sido cesado, con Puigdemont revalidando su cargo. Sus seguidores se plantearon una investidura telemática, pero el Tribunal Constitucional exige que el candidato sea investido en persona y sin la opción por el momento de otro candidato. Aunque comienza a agrietarse la unidad sobre este este punto, la elección de un nuevo presidente sigue bloqueada.

¿Cómo comenzó la crisis?

El punto más álgido fue la supuesta declaración de independencia de Cataluña, que se votó en el Parlament el pasado 27 de octubre y en el que no participaron las fuerzas políticas que defienden la Constitución. Los independentistas, mayoría en la cámara regional, aseguraron que con la proclamación de independencia hacían efectivo el resultado del referéndum independentista del 1 de octubre y que fue declarado ilegal por la justicia española. En esa votación, sin garantías democráticas y sin la participación de la oposición, el independentismo obtuvo 2,2 millones de votos. Durante la votación hubo fuertes cargas policiales, unas imágenes muy fuertes que dieron la vuelta al mundo.

Tras destituir el Gobierno regional de Puigdemont, el presidente español Mariano Rajoy convocó elecciones regionales para diciembre. Las urnas, sin embargo, dejaron un resultado que refleja la fractura de la sociedad catalana manifestada en las calles en los últimos meses.

Pero el desacuerdo va más allá de los ‘pro’ y ‘anti’ independencia. Ahora, a esa disputa se ha sumado la discordia entre los propios partidos secesionistas que, después de dos meses sin investidura comienzan a replantearse la candidatura de Puigdemont y a mostrar posiciones diferentes sobre cómo abordar la reivindicación del independentismo.

Trascendencia internacional

Mientras, la justicia española continúa su curso, algunos de los líderes catalanes citados buscan acaparar la atención de la comunidad internacional y de paso internacionalizar la situación política en Cataluña. En Bruselas se encuentran Puigdemont y otros cuatro exconsejeros de su Gobierno, a quienes se les imputan los delitos de rebelión, sedición y malversación. Inicialmente se había emitido una euroorden para extraditarlos a España, pero el Tribunal Supremo decidió retirarla.

En los últimos días, Suiza también se ha convertido en otro foco de atención. La exdiputada de la CUP Anna Gabriel se ha desplazado a Ginebra "en las últimas semanas", según informó el partido en un comunicado después de que se desataran especulaciones sobre su paradero y si respondería o no al requerimiento del Tribunal Supremo. En medio de una gran expectación, la formación anticapitalista reveló que Gabriel viajó a la ciudad suiza para preparar su estrategia de defensa.

¿Quiénes declaran esta semana?

Cinco líderes independentistas declararán esta semana ante el juez Pablo Llarena, que instruye la causa en el Tribunal Supremo. La ronda comenzó el lunes con las comparecencias de la coordinadora general del Partido Demócrata Catalán (PDeCAT) Marta Pascal, y la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Los últimos documentos incautados por la Guardia Civil apuntan a que Rovira tuvo un papel destacado en la organización del referéndum y la declaración posterior de independencia. Durante su comparecencia reconoció que en 2015 firmó en nombre de su partido una hoja de ruta con cuatro organizaciones independentistas. La número dos del partido quedó en libertad bajo fianza de 60.000 euros.

El martes le tocó el turno al expresidente de la Generalitat Artur Mas, que quedó en libertad sin medidas cautelares, y a Neus Lloveras, expresidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia, para la que ninguna de las acusaciones pedía medidas cautelares. La declaración más esperada era la de la exportavoz de la CUP, Anna Gabriel, prevista para este miércoles, pero finalmente la propia política indicó en una entrevista publicada el martes por el periódico suizo Le Temps que se quedará en Suiza.

¿Fue una declaración de independencia simbólica?

Los imputados que han pasado por el juez han mantenido distintas versiones sobre la oficialidad de la declaración de independencia en el Parlament el 27 de octubre, lo que podría afectar a su proceso judicial. Para Rovira fue una "manifestación política sin efectos jurídicos" para abrir un proceso electoral posterior. Por su parte, Marta Pascal, que quedó libre tras testificar, ha negado este lunes que la declaración unilateral de independencia tuviera efectos jurídicos. Se trata de una posición contradictoria con la defendida por la exdiputada de la CUP, Mireia Boya, que aseguró que la declaración de independencia no era "cosmética". Boya compareció la semana pasada ante el juez Llarena y quedó en libertad sin medidas cautelares. Sin embargo, el expresidente de la Generalitat Artur Mas se sumó a la versión de que la declaración de independencia tuvo un valor "puramente simbólico".

¿Nuevas elecciones?

La posibilidad de unas nuevas elecciones está sobre la mesa, pero de momento los independentistas se conjuran para evitar una nueva cita con las urnas. Junts per Catalunya, ERC y la CUP insisten en que Puigdemont es su candidato, pero difieren en la fórmula para lograr que su investidura derive en un Gobierno regional efectivo.

El reglamento de la Cámara catalana establece que una vez conformado el Parlament hay 10 días hábiles para celebrar la primera votación del debate de investidura. Y si no surge un presidente de este debate, comienza a correr el reloj, dos meses, para celebrar otra sesión o se convocan nuevas elecciones de manera automática. La sesión para investir a Puigdemont estaba programada para el día 30 de enero y fue aplazada sine die. Los asesores jurídicos de la Cámara creen que el tiempo no está corriendo.

La oposición recuerda que ha de ser el presidente del Parlament quien acabe con el bloqueo y proponga un nombre alternativo a Puigdemont, para que así el tiempo corra. De momento, los independentistas siguen insistiendo en la candidatura del expresidente catalán.