El Supremo condena al Estado a indemnizar a un preso que quedó inválido
El tribunal reconoce el derecho al hombre a cobrar 500.000 euros por entender que su invalidez podría haberse evitado con otro diagnóstico
El Tribunal Supremo ha condenado al Estado a pagar una indemnización de medio millón de euros a un hombre de poco más de 50 años que quedó parapléjico por una infección durante su estancia en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga). El juez entiende que, pese a que los servicios sanitarios actuaron de acuerdo con las circunstancias del enfermo, "otro diagnóstico era admisible" y por tanto la invalidez se podría haber evitado o mitigado.
Los hechos ocurrieron el 26 de diciembre de 2013, cuando el hombre regresó a la cárcel tras un permiso. Según los informes médicos, el preso padecía diabetes y úlceras en el pie derecho además de otras enfermedades. Los dos días siguientes a su regreso, el médico de guardia de la cárcel le examinó porque tenía fiebre alta y se encontraba débil. El 31 de diciembre el estado del paciente empeoró por lo que el día de año nuevo de 2014 lo trasladaron al hospital para hacerle una resonancia magnética. Los sanitarios le diagnosticaron un empiema epidural, un tipo de infección poco frecuente y que solo se puede diagnosticar mediante una resonancia magnética. Un equipamiento del que no disponen en los centros penitenciarios.
La infección había formado una "bola de pus" que le fue presionando las vértebras hasta dejarle tetrapléjico. Pese a que fue intervenido, ya era demasiado tarde y el daño fue irreversible. El tribunal ha señalado que los informes médicos "dejaron abierta la posibilidad que de haberse acudido a esa resonancia magnética, el resultado habría sido diferente". Los magistrados han apuntado a que si se hubiera hecho antes la prueba, la infección no habría evolucionado hasta dejar al paciente inválido. La Sala ha concluido que fue "la demora en practicar la operación la que ocasionó el resultado".
En 2015 la Audiencia Nacional rechazó la reclamación del paciente de que le otorgasen una indemnización de 1,3 millones de euros. Ante esto, el paciente presentó el recurso al Tribunal Supremo que ha acabado dando la razón al recluso.
A la hora de indemnizarle, los jueces han valorado la situación extrema de invalidez en que la que ha quedado el hombre, sin posibilidad de atender sus necesidades más elementales sin ayuda de otra persona. Además, con el agravante de que solo tiene la ayuda de su madre, de edad avanzada, que es prácticamente nula.
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