Subida de precios en la cafetería del Congreso: el desayuno pasa de 1,06 a 1,07 euros
La adjudicataria sube el coste de todos los productos un 0,93%, por debajo del IPC
El abuelo Pachi seguiría sorprendido una década después si entrase a tomarse un tentempié a la cafetería del Congreso. ¿Que quién es el abuelo Pachi? Hace ya más de diez años, el pamplonés Jesús Cerdán lo traía a colación tras lanzarle al entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, una pregunta que removió los cimientos del Hemiciclo. "¿Cuánto vale un café en la calle? ¿Sabe usted contestarme?", dijo. "Sí, 80 céntimos aproximadamente", respondió el jefe del Ejecutivo. "No, eso era casi en los tiempos del abuelo Pachi", replicó el ciudadano, antes de sentenciar: "Hoy, no".
Más de diez años después, los precios de la cafetería de la Cámara no se han movido mucho. En 2013, el Parlamento renovó la adjudicación del servicio, que sigue vigente y recayó en la empresa Eurest Colectividades. En el pliego de condiciones establecía una tabla con el coste de cada producto. Por ejemplo, el café se fijó en 0,85 euros —cuando Cerdán preguntó valía 0,73—; el bocadillo de tortilla española, en 1,77; y la media ración de calamares, en 3,10. Además, el contrato congelaba los precios hasta el 1 de enero de 2015. A partir de entonces, se puede revisar en base a un "importe que no podrá superar al 85% de la variación experimentada por el Índice de Precios al Consumo (IPC)". Una decisión que acaba de tomarse.
Según explica la adjudicataria, con la llegada de 2018 se ha subido un 0,93% el precio de todos los productos. "Se ha procedido a una actualización del 85% del IPC de diciembre, que estaba en el 1,1%", explica la empresa. Eso se traduce, por ejemplo, en que el desayuno —que incluye el café más una tostada (o bollería básica o cuatro churros o tres porras)— ha pasado de 1,06 euros a 1,07. A apenas unos metros del Hemiciclo, en pleno centro de Madrid, esa misma combinación suele ascender a más del doble.
La respuesta de Zapatero de 2007 abrió un intenso debate sobre el distanciamiento entre los políticos y los ciudadanos de a pie. Para Cerdán, la contestación del presidente, diputado desde 1986, revelaba que no "está en la calle". De hecho, una historia similar se produjo en Francia en 2016. Jean-François Copé, inmerso entonces en la pelea por la candidatura de Los Republicanos para las presidenciales, respondió a un periodista que el precio de una napolitana "debe estar entre los 10 y los 15 céntimos". "¡Uy, no! No, 1,10-1,30 euros. En [la pastelería] Pierre Hermé son 2,20 euros, en Paul 1,50", le dijo el locutor.
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