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Sunny von Bulow

El misterio de los 28 años en coma de la rica heredera

Apareció inconsciente en su mansión. Siempre se sospechó de su marido, que nunca lloró en público

Claus Von Bulow, posa en su salón en 1985. Sunny von Bulow durante una fiesta en 1968.
Claus Von Bulow, posa en su salón en 1985. Sunny von Bulow durante una fiesta en 1968.Terry Smith / Patrick Lichfield (Getty Images)

En 2008, con 28 años de retraso, la rica heredera Sunny von Bulow murió tras un largo coma, dejando una estela de dudas sobre su marido. Sunny tenía 76 años y el coma se lo provocó una hipoglucemia producida en diciembre de 1980 mientras celebraba con su familia el inicio de las vacaciones navideñas en su mansión de la exclusiva localidad de Newport. En diciembre de 2018 se cumplirán diez años de su fallecimiento.

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Para la policía y la fiscalía, la clave del coma de Sunny fue una jeringuilla con supuestos rastros de insulina encontrada por el ama de llaves de los Von Bulow en un armario de su casa-palacio en la exclusiva localidad de Newport, se convirtió en el eje del juicio.

Su segundo marido, el abogado Claus Von Bulow, fue acusado de intentar asesinarla en al menos dos ocasiones, convirtiéndose el caso en la atracción mediática de la época. La defensa de Claus negó los cargos, alegando ella intentó suicidarse.

Según los abogados de su marido, Martha Crawford von Auersperg von Bulow (el nombre oficial de Sunny), heredera única de la fortuna de un magnate de la industria eléctrica, estaba desequilibrada, abusaba del alcohol y las drogas, y en una ocasión trató de suicidarse a causa de las continuas aventuras amorosas de Claus.

Para la acusación sin embargo estaba claro que esa jeringuilla había sido utilizada por Claus von Bulow para intentar acabar con su mujer quien, aburrida en su mundo de lujo, únicamente se dedicaba a arreglar flores, pasear y hacer compras, sin disfrutar tampoco de una gran vida social, a la que tendía más su marido.

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Hubo dos personajes clave en el juicio. María Schrallhammer era una alemana que trabajó como sirvienta personal de Martha von Bulow durante veintidós años y que fue la primera en sospechar que la rica heredera podía haber sido víctima de un intento de asesinato. El segundo personaje, Alexandra Isles era una estrella de teatro en Nueva York y la amante del marido condenado. Le había dado un ultimátum de seis meses para obtener el divorcio.

En el primer juicio, entre sollozos, la actriz explicó al tribunal que su amante la telefoneó en 1979 para decirle: “Después de Navidad seré un hombre libre y llegaré a un acuerdo sobre mi divorcio”. Días después, Sunny von Bulow fue hospitalizada en coma por primera vez.

Durante el proceso, Von Bulow se comportó como se supone que lo hace una persona de su alto linaje, cediendo su asiento a las periodistas que llegaban tarde a la sala y firmando en los descansos autógrafos a todos sus admiradores. En marzo de 1982 escuchó impasible el veredicto, con la actitud estoica que le caracterizó en todo el proceso, con los puños fuertemente apretados y la mirada fija en el frente.

Culpable. Sentencia: 30 años de prisión. Inmediatamente un numeroso grupo de espectadores prorrumpió en gritos de "Free Claus, free Claus" ("Libertad para Claus"), y Von Bulow respondió alzando los brazos y poniendo hacia arriba los pulgares de sus manos en señal de triunfo.

Los abogados defensores del aristócrata danés, patrocinador de artistas, ex consejero financiero del millonario Paul Getty y otros magnates y asiduo a las reuniones sociales del más alto copete, mostraron su indignación por la decisión del jurado y anunciaron inmediatamente que su cliente apelaría contra la sentencia.

Posteriormente la sentencia fue revocada, en apelación, por el Tribunal Supremo de Rhode Island, por motivos técnicos. Se repitió el juicio.

La defensa intentó demostrar que Martha estaba desequilibrada, abusaba del alcohol y las drogas. Contó con una ayuda especial: Isles, la amante, relató ahora que, en enero de 1980, Claus le había llamado para contarle que en el curso de una discusión sobre el divorcio, su mujer había bebido demasiado e ingerido una fuerte cantidad de barbitúricos y estaba inconsciente. "Me dijo que le estuvo mirando todo el día, sabiendo que estaba en muy mal estado y, finalmente, cuando estaba a punto de morir, me explicó que no podía soportarlo y llamó a un médico para salvar su vida".

El jurado corrigió el veredicto: Claus von Bulow fue absuelto. "Este era un caso médico, y no se trataba de un crimen", afirmó Von Bulow al abandonar el tribunal que le juzgó. Ni en esa ni en otras ocasiones derramó ante las cámaras una sola lágrima por su mujer.

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