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Exultante y feliz, Amaranta Pascual divaga en voz alta: “El 71198, ahora que lo pienso es la fecha de mi santo y el año que nació mi hija, ¿quién sabe si para los que les ha tocado también es una fecha especial?”. Y la pregunta de la dependienta del punto de venta de la avenida del Puerto de Cádiz no es baladí. En su administración acaba de caer el Gordo, pero no hace ni dos horas que también salió premiado el segundo premio; ambos expedidos con máquina, lo que hace sopesar a Pascual que los aún desconocidos acertantes “puede que buscasen ese número en concreto”. Sea como sea, la suerte les ha sonreído tanto como a los propios vendedores.

Abrieron hace 15 meses y, en este tiempo, en su local ha caído un segundo en el sorteo de Navidad de 2016 y la misma categoría, más el primero de este 2017. “Le queremos hacer la competencia a Doña Manolita, pero en Cádiz. Somos las ‘Luceritas’”, exclama victoriosa la trabajadora de la administración Sonia García, en referencia al mítico bar Lucero, abierto desde 1958 junto a su punto de venta. García no da abasto entre llamadas, mensajes de Whatsapp y abrazos a clientes habituales que se acercan hasta el negocio. En total, el punto de venta 21.085 de la avenida del Puerto ha repartido 1,7 millones de euros repartidos en un décimo del segundo premio y cuatro del Gordo.

De todos esos agraciados, García solo conoce la identidad del acertante del segundo premio. “Es un cliente habitual. Siempre da alegría, pero en este caso, más”, reconoce la vendedora. Su jefa, Amaranta Pascual añade: “No sé a quién o quiénes les habremos vendido el Gordo, solo espero que sea alguien al que le hiciera falta”. Lo cierto es que el negocio de lotería, prensa y revistas, propiedad del gaditano Ignacio González- lleva una trayectoria imparable de premios. “El segundo del Gordo de 2016, dos terceros de la Bonoloto, otros dos terceros de la Primitiva, otro algo menor y ahora estos dos”, resume García.

Lo cierto es que al centro de la capital este viernes le ha sonreído la suerte, en todos los casos, con décimos expedidos por máquina. Además del punto de venta de la avenida del Puerto, el segundo premio ha caído en dos negocios más: en la administración de la calle Rosario y en el estanco de la calle Hospital de Mujeres. “Llevamos siete u ocho años vendiendo este tipo de números. Al principio, la gente era reticente pero ya se han acostumbrado a comprarlo así”, reconoce Ana Camacho, de la administración de la calle Rosario.

En el centenario estanco de la calle Hospital de Mujeres, su dueño Manuel Puente tampoco puede ocultar su sonrisa. Llevan abiertos desde el siglo XIX y hoy su centenario mostrador está lleno de copas y botellas de cava. “No sabemos quién será es el agraciado, solo esperamos que en un barrio tan necesitado como éste, sea alguien que le hiciese mucha falta”, remacha orgulloso.

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