La aprobación del cupo vasco evidencia las grietas de la financiación autonómica
Solo Ciudadanos y Compromís han votado en contra de la actualización de la financiación para Euskadi
El pleno del Congreso ha aprobado este jueves la actualización del Concierto Económico (294 a favor y 36 en contra), y el cupo vasco (292 votos a favor, 36 en contra y dos abstenciones de los diputados de EH Bildu). La enmienda a la totalidad presentada por Ciudadanos ha sido rechazada por 298 votos en contra después de un agrio debate entre Albert Rivera y Cristóbal Montoro.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tuvo que hacer un esfuerzo retórico por justificar el Concierto Económico y el Cupo del País Vasco frente al malestar causado en algunos Gobiernos autonómicos por anteponer la resolución de la financiación vasca a la reforma del sistema de financiación autonómica. Los Ejecutivos, tanto populares como socialistas, de Asturias, Andalucía, Comunidad Valencia, Aragón, Galicia y Castilla y León han evidenciado su contrariedad. Pese a ser un debate centrado en el sistema vasco, las dificultades de financiación que atraviesan las comunidades han sido la cuestión de fondo que ha dominado la sesión.
Enfrente, Montoro ha tenido a un indignado Rivera, que, con una enmienda a la totalidad, ha monopolizado la oposición al Concierto Económico y el cupo por su “insolidaridad” con el resto de España. También a Compromís, que no es contrario al sistema vasco. Con su rechazo en la Cámara ha querido visualizar la postergación del régimen de financiación común, algo que daña especialmente a la Comunidad Valenciana.
El ministro, en un debate acumulado en el que se votan las modificaciones del Concierto y el cupo mediante una tramitación única, ha defendido la constitucionalidad del sistema foral, que cuenta con “un amplísimo respaldo de la ciudadanía” y constituye un ejemplo de “la normalidad de las relaciones del Estado con el País Vasco”. La singularidad del sistema vasco "forma parte del espíritu de la transición", ha defendido Montoro.
“No estamos hablando de ningún tipo de privilegio, de ningún tipo de discriminación o de moneda de cambio”, ha afirmado tratando de disipar las susceptibilidades que despierta en algunos partidos de la oposición la posibilidad de que tras la ratificación del acuerdo entre los Gobiernos de España y del País Vasco esté la contrapartida del apoyo del PNV a los presupuestos.
Montoro ha dedicado buena parte de su intervención a alejar los recelos sobre el retaso de la reforma de la “financiación de las otras comunidades”, lo que ha atribuido a la crisis económica, que “por falta de ingresos” ha impedido que pueda ser abordada. La “paulatina recuperación”, ha señalado el ministro, permite ahora “hacer una mejor valoración de la financiación” y, en ese marco, “abordar las tareas pendientes en el cupo”.
El responsable de Hacienda ha insistido en que el Gobierno está trabajando para traer a la Cámara la reforma del sistema de financiación autonómica, aunque para ello necesitan colaboración. “Necesitamos al PSOE, como al resto de grupos, pero especialmente el PSOE”, ha apuntado. Con todo, ha prevenido de que “en las fechas en las que estamos no es nada fácil conciliar posiciones para la reforma”. “Intentemos negociar un nuevo modelo en los primeros meses de 2018”, ha alejado.
El ministro ha explicado la modificación de la ley del Concierto para adaptarlo a diversos cambios legislativos producidos, así como la del cupo para determinar el importe acordado con el Gobierno vasco para el próximo quinquenio, cuya renovación venció en 2011 y cuyas diferencias han obligado a una renovación anual. Montoro lo ha definido como “un acuerdo bueno para el País Vasco y el conjunto de España" y ha tratado de tranquilizar los ánimos aduciendo que ambos Gobiernos han sido “conscientes de dónde están los límites”.
En la defensa de la enmienda, el líder de Ciudadanos no ha querido discutir la foralidad ni la existencia del Concierto por estar en la Constitución y carecer de apoyo para poder cambiarlo, sino su método de cálculo, que ha considerado un problema: “El cuponazo no es un cálculo técnico sino un amaño político”. Rivera ha esgrimido que no garantiza la solidaridad e igualdad de los españoles, lo que ha considerado un fraude al artículo 138 de la Constitución. Asimismo, ha criticado la urgencia del Gobierno en aprobarlo cuando existen otras urgencias como la ley de financiación autonómica y lleva tres años de retraso.
Rivera ha censurado que el País Vasco, que es la segunda comunidad en renta per cápita, “sea receptora neta y no aporte”. “Está subvencionada en un 30% por el resto de españoles”, ha abreviado. Ha establecido comparaciones con la situación de otras comunidades como la valenciana y se ha posicionado frontalmente en contra de “amparar los amaños del Gobierno con los nacionalistas”. “El cuponazo es darle dinero a quien debería aportar”, ha añadido.
Además de arremeter contra el PP, a cuyos miembros ha acusado de ser “expertos en el pasteleo” y de no respetar el acuerdo de investidura, en el que estaba contemplada la reforma del sistema autonómico de financiación, Rivera ha hurgado en las contradicciones del PSOE y ERC.
Todos contra Rivera
La dureza empleada por Rivera ha calado en Montoro, quien le ha reprochado que su estilo “no es propio de un líder político” y que “las diferencias políticas hay que mostrarlas con concreción y desde el respeto”. El ministro ha enmarcado la actitud del líder de Ciudadanos en una campaña electoral catalana en la que hay muchas cosas en juego y que “en esa situación ciertos calificativos sobran”.
El ministro le ha recordado que la democracia se hizo en España desde la diferencia y que “esas diferencias, que están en la Constitución, no deben llevar a agravios”. “La diferencia entre usted y yo es que yo llevo toda mi vida dedicado a esto. Una cosa es describir desde fuera y otra hacer una ley para esta Cámara”, ha desairado. Tras una réplica Rivera de tres minutos en la que ha repetido argumentos, Montoro le ha agradecido el cambio de tono: “Habla mejor desde el escaño que desde la tribuna”.
En los turnos de fijación de posiciones frente a la enmienda, el resto de grupos ha arremetido contra Rivera con recriminaciones como que ser un “irresponsable” que trataba de “crear un nuevo conflicto territorial” (Coalición Canaria), un "demagogo" (PNV) o que “quienes se oponen al cupo en base a la uniformidad no aceptan la diversidad” (PDeCAT). Con muchas críticas al proceso, Unidos Podemos ha mostrado su apoyo a la reforma del Concierto y el cupo “por ser un derecho ganado por el pueblo vasco”, aunque uno de los diputados del grupo federal, el valenciano de Izquierda Unida Ricardo Sixto ha evitado participar en la votación. El cupo ha recibido también el apoyo del PSOE, que ha incidido en el incumplimiento del compromiso del Gobierno para resolver la reforma del modelo de financiación autonómica en 2017.
El portavoz socialista Pedro Saura ha remarcado la contradicción de Ciudadanos de aprobar los Presupuestos de 2017, en los que se incluye el cupo vasco, y su posición en la Cámara, que ha calificado de “hipocresía electoral”. Por su parte, el PNV ha negado que el Concierto sea "sobrefinanciación ni la panacea" y lo ha considerado "legitimado por la historia, la Constitución y la vía europea".
La aprobación del Cupo también ha suscitado críticas internas en el PP. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, exigió claridad al sistema y consideró que “debería ser explicado por Rajoy al resto de presidentes autonómicos”. La consejera de Economía y Hacienda castellanoleonesa, Pilar del Olmo, pidió que se cumpla con el principio de solidaridad.
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