La crisis catalana quiebra la colaboración entre el PSOE y Podemos

A finales del pasado mes de junio, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciaron el comienzo de una colaboración para hacer frente a las políticas del PP. Reunidos en el Congreso, los líderes del PSOE y Podemos acordaron poner en marcha dos equipos de trabajo para comenzar a consensuar una serie de reformas que llevar al Parlamento, con especial hincapié en materia social. Hablaron de un plan de rescate a los jóvenes, del desarrollo de la ley de igualdad entre mujeres y hombres, y de una renta mínima, entre otras iniciativas. Cuatro meses después, no hay aún ningún fruto de esa anunciada estrategia conjunta, y fuentes de ambos grupos parlamentarios reconocen que no hay prevista ninguna propuesta compartida ni tampoco reunión de los equipos, y será así al menos hasta después de las elecciones catalanas del 21 de diciembre. Cataluña y la respuesta al secesionismo han separado las estrategias de los dos partidos, que admiten que el modelo territorial dificulta su entendimiento.

El PSOE ha pasado de definir a Podemos como un “socio preferente en el Parlamento”, en palabras de Pedro Sánchez del pasado 5 de septiembre, a que el portavoz de la ejecutiva, Óscar Puente, reniegue esta semana de ese estatus preferencial. “Nosotros nunca hemos dicho que tengamos una interlocución preferente con Podemos, hemos dicho que nos gustaría un entendimiento en la izquierda de este país”, afirmó el alcalde de Valladolid este pasado lunes tras la reunión de la dirección socialista. “El problema ahora”, señaló Puente, “es de interlocución de Podemos consigo mismo”. El portavoz de la ejecutiva reconoció también los problemas entre ambas fuerzas por el modelo de Estado. “En el tema territorial tenemos unas diferencias importantes. Espero que haya una reflexión en toda la izquierda para que sea consciente de que el tema territorial no puede ser un obstáculo permanente para que nos entendamos”, señaló.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han enfrentado la crisis secesionista desde posiciones casi contrapuestas. Mientras el PSOE ha pactado con el PP las medidas al amparo del artículo 155 de la Constitución para restablecer la legalidad en Cataluña y ha cargado contra el golpe a la democracia de los independentistas, Podemos ha rechazado dar su apoyo a este precepto constitucional y ha dirigido su censura de forma equidistante al Gobierno del PP y a los secesionistas, con más virulencia incluso contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Iglesias es además un firme defensor de un referéndum pactado para decidir sobre la independencia de Cataluña, y acaba de situar al líder de su marca catalana “fuera” del partido por sus afinidades con el independentismo.

Al mismo tiempo, Podemos ha arreciado sus críticas contra Sánchez por haber pactado el 155. El cierre de filas de los socialistas con el Gobierno en la aplicación de este artículo ha marcado un punto de inflexión en la relación del partido de Iglesias con el PSOE. El tono empleado desde que se conoció el pacto contra el PSOE y su líder no ha hecho nada más que empeorar. Como ejemplo, algunas de las disertaciones de los principales dirigentes de Podemos: “Ojalá regrese el PSOE de la plurinacionalidad, el que ganó las primarias, el de sus militantes, pero creo que ha vuelto el PSOE de Susana Díaz, el PSOE que avala la estrategia del PP y Ciudadanos del porrazo y de desterrar las soluciones políticas”, afirmó el 11 de octubre Irene Montero, portavoz parlamentaria. “No me explico cómo al PSOE le puede parecer un buen aliado para impulsar una reforma constitucional el partido más corrupto de Europa”, fueron otros de sus mensajes, siempre en la misma línea.

Iglesias reprocha por su parte a Sánchez por "sostener" a un Gobierno "corrupto e irresponsable". Otra prueba del alejamiento entre Podemos y PSOE es que una de las claves de la estrategia de Iglesias pasen por ubicar a los socialistas dentro de lo que denomina como “bloque monárquico” junto a PP y Ciudadanos. Además, Podemos ha renunciado a participar de momento en la comisión parlamentaria sobre el modelo territorial que ha promovido el PSOE.

Aun así, pese al empeoramiento en las relaciones entre Iglesias y Sánchez, el secretario general de Podemos planteó este martes un tripartido “progresista” con ERC y PSC tras las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. Las posibilidades son nulas a no ser que Esquerra renuncie a sus aspiraciones secesionistas tras jugar un papel determinante en el procés, porque el PSOE y el PSC han dejado claro que no pactarán con independentistas. "A lo mejor la solución es que los progresistas en Cataluña nos pusiéramos de acuerdo” aunque piensen “distinto”, observó Iglesias. ¿Estamos dispuestos a hablar con ERC? Sí. ¿Estamos dispuestos a hablar con el PSC? Sí. Ahora bien, no vamos a apoyar ni al PDeCAT ni al partido de extrema derecha de Arrimadas [en referencia a Ciudadanos], ni al del señor Albiol [PP]", expresó el líder de Podemos en una entrevista en la Cadena Ser.

No quieren hablar en el PSC de pactos postelectorales hasta que se pronuncien los ciudadanos el 21 de diciembre, salvo la línea roja del independentismo, pero no será fácil el entendimiento entre los socialistas y los comunes, a quienes separa el referéndum pactado. El PSOE de Pedro Sánchez evita no obstante criticar con dureza a Podemos, consciente de que su electorado ansía la llamada unidad de la izquierda.