Guardias Civiles “en alerta” y policías a la espera de recibir instrucciones
Los refuerzos policiales enviados a Cataluña para el 1 de octubre, advertidos para ser movilizados en cualquier momento
"En alerta", esa es la primera instrucción que han recibido algunas de las unidades de Guardias Civiles que trabajan habitualmente en Cataluña. "Significa que nos tendremos que incorporar a nuestra unidad en cuanto se nos requiera", explica uno de ellos. Por su parte, los cerca de 3.000 guardias del Instituto Armado "comisionados", es decir, desplazados hasta allí por el Ministerio del Interior como refuerzo de seguridad de cara a la celebración del referéndum ilegal el 1 de octubre, se mantienen pendientes de lo que hagan o les digan los Mossos d'Esquadra. La única orden que han recibido hasta el momento de sus mandos es la de "auxiliar a los Mossos".
A escasas horas de que se cumpla la fecha, los 4.000 antidisturbios de la Policía Nacional desplazados, al igual que los guardias, para contribuir a mantener el orden público, permanecen hospedados en los cruceros atracados en los puertos de Barcelona y Tarragona a la espera de ser movilizados. Son unos 70 grupos, entre miembros de Unidades de Intervención Policial (UIP) y Unidades de Prevención y Reacción (UPR), y creen que irán incorporándose "de manera progresiva, con tareas concretas asignadas por grupos, a medida que se desarrollen los acontecimientos".
Son conscientes de que la calle es imprevisible, más aún con grandes masas de gente movilizadas y con “profesionales del desorden dispuestos a liarla”. “Creo que se va a liar una muy gorda”, dice uno de los agentes de la policía embarcados. “La sociedad está muy polarizada y eso nunca es bueno, tenemos conocimiento de la llegada, desde diferentes puntos del país y de fuera del país, de radicales para apoyar la causa secesionista y estos tienen experiencia en enfrentamientos con la policía, huelen la batalla y no van a dudar cuando salte la primera chispa. Si las unidades de Mossos de Escuadra, BRIMO y ARRO finalmente asumen su responsabilidad en el control del orden público me temo que necesitarán mucha ayuda nuestra para controlar la situación”. Y advierte: “Lo que complicará mucho la cosa es que estos individuos utilicen como escudo a manifestantes no violentos pero muy comprometidos con la causa independentista, niños, ancianos, etc. Si eso ocurre será peligroso para todo el mundo, policías y ciudadanos”.
Lo cierto es que sin saber muy bien si van a tener que enfrentarse a algo, ni a qué, ni cómo, ni cuándo, los más de 7.000 agentes de refuerzo desplegados por el Gobierno en Cataluña están convencidos de que “va a haber problemas serios porque ya no hay espacio para la negociación, hay mucha incertidumbre sobre cómo se desarrollará todo, sobre qué ocurrirá el día 2 de octubre y sobre la injerencia de los políticos en las decisiones operativas que han de tomar nuestros mandos, no queremos otro 22M ni otro Puma 70”, dicen en alusión a los graves altercados ocurridos entre los manifestantes y los antidisturbios en pasadas marchas de la dignidad.
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