Rajoy y Puigdemont tardan 20 horas en reunirse para coordinar la respuesta a la crisis
Los dos presidentes se citan por primera vez un día después de los atentados
Más de 20 horas después del atentado de Barcelona, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont se han reunido este viernes por primera vez para coordinar la respuesta al ataque terrorista. Ese gabinete de crisis, con representantes de todos los cuerpos policiales, ministros y consejeros catalanes, ha unido a los dos Ejecutivos tras casi un día completo de reuniones por separado que han subrayado la gran distancia que separa a La Moncloa y a la Generalitat. Tras ese breve y simbólico encuentro, planeado para trasladar una imagen de unidad, Rajoy ha vuelto a Madrid.
Los dos presidentes han presidido este viernes un gabinete de crisis en la sede de la Conselleria de Interior de la Generalitat, hasta donde también se han desplazado, entre otros, Soraya Sáenz de Santamaría; Juan Ignacio Zoido; Oriol Junqueras; Ada Colau; y representantes policiales. La cita ha unido a los dos Ejecutivos tras casi un día completo de reuniones por separado que han subrayado la distancia que aleja a La Moncloa y a la Generalitat: aunque las dos partes destacan la "buena cooperación", solo los mandos policiales; Zoido, el ministro de Interior, y Enric Millo, el delegado del Gobierno en Cataluña, habían actuado hasta ahora como nexo de unión.
"El Gobierno de España está al lado de la Generalitat de Cataluña en estos momentos difíciles. He trasladado la máxima disposición al presidente Puigdemont", ha escrito en sus redes sociales Rajoy, que el jueves ya le trasladó el mismo mensaje al líder catalán por teléfono.
Sin embargo, durante casi un día entero, Rajoy y Puigdemont han reunido a sus gabinetes de crisis en paralelo e independientemente. Solo los mandos policiales y el delegado Millo se han sentado en las dos mesas. Y el Ministerio de Interior y la Generalitat han habilitado números de información distintos para atender a los ciudadanos. Aunque fuentes de los dos Gobiernos han defendido que la comunicación entre ambas partes ha sido permanente, los dos presidentes no han pasado hasta este viernes de ese contacto telefónico puntual en la jornada de los atentados. Además, fuentes conocedoras de las tensiones de las últimas horas subrayan la sorpresa del entorno de Rajoy al ver que ningún representante de la Generalitat se desplazaba a recibirle a su llegada a Barcelona.
El reto independentista está presente en el transfondo de la gestión de la crisis. Esta es la secuencia de acontecimientos. Tras la conversación telefónica que mantienen los dos presidentes el jueves, Puidgemont decide autónomamente protagonizar una declaración institucional, sin consultar con La Moncloa. El presidente del Gobierno tarda casi tres horas en oficializar que se desplaza a Barcelona porque quiere esperar a que se confirme que los atropellos forman parte de un atentado, y que por lo tanto son de su competencia. Cuando llega a la capital catalana, y ya pasada la medianoche, pide "unidad institucional y colaboración policial".
Pocas horas después, en la mañana del viernes, Puigdemont interviene en Onda Cero para expresarse con rotundidad. Reivindica que los Mossos estén presentes en los organismos internacionales de coordinación policial. Subraya que está habiendo coordinación policial y política. Tilda de "miserable" que se mezcle el proceso independentista con los ataques. Y recalca que los atentados no van a modificar su "hoja de ruta" de convocar un referéndum de independencia el próximo 1 de octubre, objetivo que ha abierto una honda división entre el Gobierno central y el autonómico. "Todo se mantiene, no creo que tenga absolutamente nada que ver", dice antes de que Dolors Monserrat, la ministra de Sanidad, se convierta en la primera integrante del Ejecutivo en verse con él, cuando ambos coinciden visitando a los heridos del atentado.
Después de esa declaración, Rajoy y Puigdemont coinciden en la Plaza de Catalunya, de Barcelona, donde el Rey Felipe VI preside un homenaje a las víctimas. La concentración deja la primera imagen de unidad entre las autoridades españolas y catalanas, porque concentra a los principales actores de la política nacional. No hay ninguna bandera en el acto: ni la catalana, ni la española. Entre el público sí se ven dos banderas, la senyera y la estelada independentista.
En la multitudinaria concentración política y ciudadana a mediodía en Barcelona se escucha corear "no tinc por" (no tengo miedo), como respuesta a los ataques terroristas. Lo oyen la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera. Casi un día después de los atentados, escenas de unidad entre los políticos para gestionar el primer atentado en España desde 2009.
Citas con los ministros de exteriores de Francia y Alemania
Mariano Rajoy ha vuelto en la tarde de este viernes a Madrid, con lo que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha convertido en la máxima representante del Ejecutivo en Barcelona.
Así, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, y el de Alemania, Sigmar Gabriel, han viajado a la capital catalana para reunirse con Sáenz de Santamaría, Raül Romeva, consejero de Exteriores de la Generalitat; y Enric Millo, delegado del Gobierno en Cataluña.
Por otra parte, el Gobierno ha confirmado que convocará a los partidos firmantes del pacto antiyihadista a una reunión el próximo lunes en Madrid.
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