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Muere a los 103 años Alejandra Soler, la abuela de la primavera valenciana

Fue pionera del asociacionismo universitario republicano y la Generalitat le concedió la Alta Distinción

Miquel Alberola
Alejandra Soler, en febrero de 2013, junto a estudiantes de instituto de Valencia.
Alejandra Soler, en febrero de 2013, junto a estudiantes de instituto de Valencia.TANIA CASTRO

Alejandra Soler (Valencia, 1913), pionera del asociacionismo universitario republicano ha fallecido este miércoles en Valencia a los 103 años, unos meses después de que el Gobierno valenciano le concediera la Alta Distinción de la Generalitat. Hasta días antes de su fallecimiento mantuvo una tertulia con los escasos supervivientes de la Federación Universitaria Escolar (FUE) y otros participantes más jóvenes, con los que debatía sobre la actualidad.

Alejandra, que estudió en la Institución Libre de Enseñanza, fue una de las primeras atletas valencianas y la tercera en obtener una licenciatura, la de Filosofía y Letras, en Valencia. En 1939, con las tropas de los insurrectos militares en los tobillos, cruzó la frontera a Francia, donde fue internada en un campo de refugiados del que logró escapar hasta Rusia junto a su marido, Arnoldo Azzati, hijo del que fuera brazo derecho del escritor Vicente Blasco Ibáñez, Félix Azzati.

En Moscú fue maestra de niños españoles acogidos por la Unión Soviética. En 1958 fue designada Jefa de la Cátedra de Lenguas Romances de la Escuela Superior de Diplomacia en Moscú, cargo que ocupó hasta 1971, cuando se jubiló. Tras 32 años de exilio volvió a Madrid, donde consiguió la célula de identidad tras una semana de interrogatorios en la comisaría de la Puerta del Sol. Luego retornó a Valencia, al barrio del Carmen, en el que había nacido.

Durante las protestas estudiantiles de 2012, conocidas como la primavera valenciana, Alejandra se convirtió en uno de los referentes del movimiento. Había estudiado en el instituto Luis Vives, símbolo del conflicto, al que retornó indignada por las actuaciones de la policía. “Las bestialidades que hizo la policía el año pasado me sublevaron mucho”, explicó en un reportaje publicado por EL PAÍS.

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En esos días frecuentó las asambleas del 15-M, con cuyos participantes estableció vínculos, y si no podía asistir, ellos la llamaban y la informaban sobre los principales asuntos. “Han conseguido mucho, sobre todo en movilizar conciencias”, explicó.

En 2015, tras ser desalojado el PP del Ayuntamiento, fue nombrada Hija Predilecta de Valencia. El alcalde, Joan Ribó, destacó que Soler había dedicado buena parte de su vida "a luchar por la libertad, por la igualdad y por el avance de los derechos humanos".

Alejandrá escribió La vida es un río caudaloso con peligrosos rápidos. Al final de todo… sigo siendo comunista, libro publicado en 2005 y que reeditó posteriormente la Universidad de Valencia, en el que recuperó sus inicios en la FUE y su vida ligada a Azzati. A pesar de que ella, según reconocía, pertenecía al pasado, siempre tuvo la mirada fija en el futuro. “El siglo XXI va a ser tremendo”, advirtió.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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