Vuelta al crimen tras el asesinato de un niño
Cornejo, que violó y mató a un chico de 11 años, se ha convertido en un delincuente "habitual" de Jaén
Enrique Cornejo entró tranquilamente en el DIA de la calle de Sedeño (Jaén) y se paseó con absoluta parsimonia entre las estanterías. "Una cajera lo vio, pero no sospechó nada. Al parecer, era un cliente habitual", relata un agente, que añade inmediatamente: "Pero, entonces, escuchó un grito de una compañera y observó que el detenido le había colocado una navaja enorme en el costado". Quería el dinero de la caja. Y, supuestamente, lo cogió, huyó rápidamente del lugar y se escondió en casa de su madre; adonde fueron a buscarlo los investigadores. "Es un viejo conocido", subrayan fuentes policiales al describir a este hombre de 34 años, cuya figura saltó a la primera página nacional a finales de los noventa. Con solo 16 años, violó y mató a un niño de 11. Casi veinte años después, por el robo en el supermercado, han vuelto a detenerlo este diciembre. Por enésima vez.
"Se ha convertido en un delincuente habitual", repiten fuentes policiales, que enumeran de seguido sus antecedentes: "En 2006, en 2011, en 2014... Siempre por robo con violencia". De hecho, su paso por los calabozos y por la cárcel es ya un capítulo recurrente de su vida. De una de ellas, incluso, se fugó. Fue en febrero de 1999, cuando se escapó de la enfermería de Jaén II, escaló los muros y emprendió la huida. Durante seis horas mantuvo en jaque a la Guardia Civil, que desplegó un dispositivo de 500 agentes, hasta que lo encontraron escondido en una urbanización. En ese momento, aún era un adolescente. Y se encontraba en prisión preventiva, a la espera del juicio por asesinato a Antonio Carrillo. Fue el conocido como Crimen del olivar.
Un cruel asesinato que conmocionó a toda la ciudad. Ocurrió el 30 de octubre de 1998. "En una hora no del todo precisada, que se estima entre las 21.30 y las 22 horas", según detalla la sentencia de la Audiencia Provincial, que reconstruye el salvaje episodio. Cornejo y otro menor, también de 16 años, convencieron a la víctima para que los acompañara a coger hilo de cobre a una desguace cercano.
Engañado, lo condujeron hasta un olivar próximo al polígono de Los Cabales; donde lo inmovilizaron para que Enrique lo penetrara. A continuación, trataron de introducirle por el ano "un objeto de características contusas y alargadas"; antes de apuñarlo 25 veces en el cuello, tórax y espalda; y arrojarle sobre la cabeza una "piedra de grandes dimensiones" que lo mató al instante. Según explicó en aquellos días uno de los hermanos del niño, Cornejo culpaba al pequeño de su detención y su internamiento posterior en un reformatorio.
La Audiencia Provincial condenó a Cornejo a 16 años de cárcel por violación y asesinato
"Las citadas cuchilladas se hicieron con el solo objetivo de aumentar progresiva e innecesariamente el dolor de la víctima", escribió el magistrado José Requena, el presidente de la sala que juzgó el crimen y que condenó a ambos menores a 16 años de cárcel. A Cornejo como principal autor y al segundo adolescente como "cooperador necesario". Aunque, con la entrada en vigor de una nueva Ley Penal del Menor, se revisó la decisión judicial en 2001 y se redujo la pena a un internamiento de cinco años en un centro y a otros dos de libertad vigilada. En enero de 2004, ambos ya estaban en libertad.
Desde entonces, Cornejo no ha parado de entrar y salir de los calabozos. La Policía Nacional lo arrestó la semana pasada por el atraco al DIA. "Se presentó en Comisaría después de que su madre le convenciera para entregarse", explican fuentes policiales. El juez ya lo ha enviado, de nuevo, a prisión.
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