¿Hay espacio a la derecha del PP? Estos seis datos sugieren que no

Esta semana surgía la pregunta de si cabe un partido a la derecha del PP. Los datos del último CIS poselectoral sugieren que ese espacio, ahora mismo, es muy pequeño.

1. A la derecha del PP hay pocos votantes. Los votantes de derechas ya votan al PP. De las personas que se ubican entre el 8 y el 10, en una escala donde 1 es izquierda y 10 es derecha, el 80% votó al partido conservador el pasado junio. El gráfico muestra también que la mayoría de españoles se define de centro o centro-izquierda: el 58% se ubica entre 3 y 6. En el centro-derecha (7-8) se colocan el 11% y más a la derecha solo tres de cada cien.

2. Quienes no votan al PP lo ven más de derechas (no menos). Es natural que esto pase con el conjunto del electorado, porque el PP está a su derecha. Pero esa percepción existe también entre las personas que no votaron el 26 de junio: no hay una gran bolsa de abstencionistas que vean al PP demasiado centrado.

3. Tampoco hay indicios de que el PP sea demasiado moderado a los ojos de sus votantes. Solo un 11% de los votantes del PP se ubica a sí mismo a la derecha de la posición donde coloca al partido. El grueso se pone en el mismo sitio. Con el 42% restante pasa lo contrario: son votantes del PP que se ven a sí mismos más centrados o a la izquierda del partido.

Estos datos sugieren que no hay espacio para hacer campaña a la derecha del PP. No abiertamente y con esa etiqueta. No parece haber demanda para un partido "de derechas", cuyos votantes se identifiquen más allá del siete en el eje ideológico.

Pero hay otras posibilidades. Un partido de derechas podría tratar de crecer activando asuntos concretos: el temor a la inmigración, el deseo de impuestos bajos, de más religión o de una recentralización del Estado. Ahora los votantes con esas ideas están repartidos entre los partidos. El PP no monopoliza ninguna de esas posiciones. Y alguien podría intentarlo. Tratar de aglutinar los votos de quienes sienten que sus valores peligran o que deberían pagarse menos impuestos.

Esa estrategia enfrentaría al menos dos retos. El primero es lograr que esos votantes den prioridad al asunto concreto que los une, y no a todas las cosas que los dividen (y que ahora mismo hacen que voten partidos distintos). El segundo es una dificultad aritmética: según datos del CIS, ninguna de esas posiciones sobre inmigración, impuestos, religión y centralización es mayoritaria en nuestro país. Un partido o un líder carismático pueden cambiar eso, pero no es sencillo.

Inmigración. Preguntados sobre si la convivencia de diferentes culturas y religiones es positiva o peligrosa para "los valores y la cultura de aquí", un 42% de los electores se ubica en el centro o más bien del lado del peligro. De esas personas, solo el 25% votó al PP. Otro 34% no contesta o no votó, un 17% votó al PSOE, un 9% a Unidos Podemos y otro 9% a Ciudadanos.

Impuestos. Hay un espacio similar en preferir menos impuestos. Un 45% de los electores se ubica en el centro o del lado de "pagar menos impuestos aunque eso signifique reducir servicios públicos y prestaciones sociales". De nuevo, en ese espacio hay votantes de todos los partidos: el 20% votó al PP, un 30% no contesta o no votó, el 17% votó al PSOE, el 10% a Unidos Podemos y el 8% a Ciudadanos.

Más centralización. El espacio para una política centralista es más pequeño. Solo el 29% de los españoles es partidario de abolir las Comunidades Autónomas o reducir su autonomía. Entre esos, un tercio votó al PP, un 28% no contesta o no votó, y el resto —un 43%— se reparten entre los demás partidos.

Religiosidad. La mayoría de los votantes de todos los partidos casi nunca van a misa. Solo el 24% de los españoles afirma ir alguna vez al mes o con más frecuencia. De esos, el 43% vota al PP y el 29% no contesta o no votó en junio.

Fuente. Todos los datos provienen del estudio poselectoral del CIS tras las Elecciones Generales de 2016 (Estudio 3145). El estudio consta de 6175 entrevistas realizadas del 2 al 21 de julio de 2016.