Presión interna a Rajoy para forzar un relevo generacional del Gobierno
Secretarios de Estado y cargos del PP de entre 40 y 50 años creen que ha llegado su turno
Mariano Rajoy jurará este lunes ante el Rey como presidente, se tomará luego el resto del puente y ha liberado su agenda totalmente para reflexionar sobre el reparto de fuerzas y el equilibrio en los nombramientos pendientes de sus distintos equipos: en el Gobierno, el grupo parlamentario y el propio PP. El líder popular no ha participado sus ideas con nadie pero sí escucha y recibe aportaciones. Los dirigentes populares de la siguiente generación a Rajoy, entre los 40 y los 50 años y muchos ya en puestos secundarios del poder, se hacen notar y presionan para que aplique sin falta ahora el relevo.
Rajoy ya avisó de que no comunicaría los nombres de los ministros de su nuevo Gobierno a nadie hasta que se los traslade antes al Rey, lo que hará el jueves por la tarde. Luego se harán públicos y el viernes tomarán posesión y celebrarán su primer Consejo de Ministros. El líder popular es plenamente consciente de los nervios y especulaciones que levanta ese tipo de incertidumbres en su equipo, cuyos miembros desconocían por ejemplo a la salida del pleno de investidura del sábado esas fechas hasta que Rajoy las aclaró casi de pasada en el pasillo de salida del Congreso. “¿Qué ha dicho, que es el jueves?”, preguntaban a los periodistas ministros y secretarios de Estado de su entorno directo. No les anticipa ni eso.
Rajoy no maneja como hacía José María Aznar un cuaderno azul ni ningún tipo de libreta para cuadrar sus planes y en el mejor de los casos apenas escucha las sugerencias que le plantean algunos ministros, determinados presidentes autonómicos o ciertos diputados. No suelen ser, además, propuestas de nombres. Pocos se atreverían. Al líder del PP, además, le gusta presumir de que controla la identidad de muchos cargos de toda la organización en toda España. Lleva afiliado a Alianza Popular y pegando carteles desde hace 35 años y ha pasado por todo tipo de cargos.
Los mensajes que le están lanzado estos días muchos dirigentes del PP son coincidentes. Creen que hace falta una renovación relevante en su equipo, que ha llegado el momento de desprenderse de figuras muy veteranas de su generación (José Manuel García Margallo, Jorge Fernández, Pedro Morenés, Cristóbal Montoro) y que hay recambios en el partido con experiencia de gestión para encarar una etapa diferente, con más flexibilidad para negociar casi a diario con Ciudadanos y otros partidos y con un estilo de trabajo más similar al de los dirigentes de la formación que encabeza Albert Rivera.
Jorge Moragas, Álvaro Nadal, Francisco Martínez, José María Lasalle, Tomás Burgos, Susana Camarero, Isabel Borrego, José Luis Ayllón, Jaime García Legaz o Íñigo Fernández de Mesa son todos secretarios de Estado y tienen entre 40 y 50 años y varios trienios de experiencia en cargos políticos y de gestión. Otros dirigentes autonómicos y del partido de la misma hornada, como Juan Manuel Moreno, Ignacio Echániz o Sandra Moneo, llevan años trabajando en su entorno y pidiendo paso en silencio. Es siempre una presión indirecta. Facilitan papeles y se aproximan a los entornos en apariencia incompatibles de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, o de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal.
Rajoy, en cualquier caso, no consultará el perfil de sus ministros con nadie ni tampoco con Rivera, entre otras razones porque el líder de Ciudadanos ya le ha advertido de que no quiere entrar en esa negociación para estar menos atado. Pero el presidente popular sí tendrá en cuenta las querencias y reclamaciones más evidentes de ese partido. Una de las obsesiones recurrentes de Ciudadanos es el actual ministro del Interior, Jorge Fernández, cabeza de lista del PP por Barcelona. Fernández quiere seguir de ministro, no necesariamente de Interior pero sí sin rebajar su categoría de cartera de Estado. Rajoy y el PP saben que la continuidad de Fernández puede ser un problema y un regalo para que la oposición se cebe en el Parlamento.
Casos Acebes y Zaplana
“Rajoy jubilará a algunos de su quinta pero no será el único sesentón del Gabinete”, concluye uno de los miembros del comité de dirección del PP. Esa idea de la renovación por adición, que tanto usaba también Aznar, es la más extendida en el PP sobre cómo afrontará el líder ahora la composición de sus distintos equipos.
Otros dirigentes hacen notar que Rajoy no tuvo problema alguno en 2008, cuando tras perder las elecciones frente a José Luis Rodríguez Zapatero y después del conflictivo Congreso Nacional del PP en Valencia, prescindió de golpe de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, que habían sido dos pilares de su primer mandato como líder popular. Muchos dirigentes populares vislumbran que ahora comienza un periodo parecido, con muchas opciones de regenerar el partido y el Gobierno y con un Rajoy más libre para actuar porque afronta más que probablemente su última etapa política.
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