Educación se ahorra 167 millones de euros en becas por la reforma de Wert
El informe de los rectores calcula que 40.000 estudiantes reciben menos dotación que antes
El cambio de la fórmula para obtener una beca universitaria, decretado en 2012 por el ministro José Ignacio Wert que endureció los requisitos académicos, permitió que en el curso 2014/2015 el Estado se ahorrase en estas ayudas 167 millones de euros. Así lo pone de manifiesto el anuario de la conferencia de rectores La Universidad española en cifras 2014-2015, presentado esta mañana. Unos 40.000 alumnos han visto menguada su beca y se han triplicado los estudiantes que solo se benefician de no pagar tasas.
La Universidad española en cifras 2014-2015 explica también que los campus tuvieron que gastar 132 millones de euros en becas de su propio presupuesto para suplir el tijeretazo sufrido en las becas del Ministerio de Educación.La financiación media por becario (2.637 euros) volvió en 2014 a niveles del curso académico 2006-2007, lejos de la cuantía de 3.256 por becario que se registraba en 2012-2013. Cada becario recibe ahora un 20% menos de media que hace cuatro años. Y los más perjudicados han sido justamente los estudiantes de las comunidades más pobres: en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha el recorte en el bolsillo ha supuesto más de un 30%.
Asimismo, se ha triplicado el número de becarios que no pagan las tasas de matrícula, pero no perciben dinero para su manutención o para compensar los bajos ingresos de su familia.Hernández Armenteros, uno de los autores del estudio, explica que cada año ingresan 220.000 alumnos en primer curso y 20.000 de ellos ya están excluidos de una posible beca porque no llegan a tener una media de 5.5, la exigida ahora por el ministerio, no el habitual 5. "Eso no se ve en Europa", se lamenta el analista. Para mantenerla necesitan una media de 6.5. España tiene, además, las quintas tasas de grado más altas de Europa. "Casi hay que ser pobre de solemnidad para tener una beca compensatoria. Los umbrales no suben desde 2007. Una familia de cuatro miembros con dos universitarios que tenga una renta de más de 13.450 euros no puede optar a la beca", denuncia Hernández Armenteros.
“El no activar una política de más becas está provocando una exclusión de estudiantes, cuando el interés de la Unión Europea es que el 40% de los europeos tengan en el 2020 un título universitario”, ha subrayado Segundo Píriz, presidente de los rectores. “Debemos ir en la idea de aumentar la presencia de estudiantes en las universidades”.
A Píriz no le preocupa que una de cada cinco titulaciones de grados tenga menos de 40 alumnos por clase, una tendencia que se está corrigiendo en los últimos años. “Las Humanidades [con poca demanda] son fundamentales para el progreso de un país. Las modas existen y esta acabará pasando. Estos grados tienen demanda real. Estados Unidos, por ejemplo, necesita 4.000 profesores o Francia 1.000”.
La reforma universitaria del Plan Bolonia, que ha convertido las diplomaturas y licenciaturas de tres y cinco años en grados de cuatro, se ha saldado con una mejora en el rendimiento de los alumnos. El número de aprobados ha subido en cinco años un 21% y se ha hecho evidente en las cinco áreas de conocimiento. Por primera vez, puede incluir este análisis, pues fue el 2008/2009 el último curso de mayoría de alumnos con el plan antiguo y ya hay egresados de Bolonia.
El plan promovido por la Unión Europea aboga por grupos en el aula más pequeños y por una enseñanza más práctica, en la que los exámenes no pesen tanto en la nota final. La mejora en el rendimiento ha permitido que la relación entre créditos matriculados y créditos aprobados sea ya casi la misma entre los campus públicos y los privados, donde tradicionalmente ha sido más fácil pasar de curso. Se recorta las distancias en todos los grados salvo los de ingeniería, donde las diferencias de puntuación con la privada siguen existiendo. Han aumentado especialmente los aprobados de la pública en Ciencias Sociales y Jurídicas (24%) y en Ciencias de la Salud (20%).
El endurecimiento de los criterios académicos para obtener una beca, decretado en 2012, ha forzado a los alumnos a aprobar más materias para mantener la ayuda. Y se suma, además, que las tasas han crecido tanto en los años del ministro José Ignacio Wert —una tercera matrícula puede costar tanto como el resto de asignaturas de un curso en primera convocatoria— que los estudiantes se matriculan pensando en lo que realmente pueden abarcar.
Entre 2010 y 2014 las universidades públicas han perdido a 7.500 profesionales (3.486 profesores e investigadores) fruto de la no reposición de quienes se jubilaban. Una política que se ha frenado, pero que ha dejado a los campus cortos de personal y con una plantilla muy envejecida y con pocos medios. Pues el gasto público universitario ha menguado en ese lustro un 14% (1.360 millones).
Crece la producción científica
Pese al recorte en medios, la producción científica sigue creciendo. Lo ha hecho en un 54% entre 2008 y 2014. Y no solo sube, sino que mejora su calidad y los resultados son publicados cada vez en más y mejores revistas científicas. Lograrlo es difícil pues, frente a los 326 millones que España invierte por universidad en investigación y desarrollo, Alemania pone otros mil millones más. Pero esta mejora en las publicaciones científicas no tiene correlación en las clasificaciones internacionales, en los que España continúa mal posicionada. Apenas de 11 a 13 universidades nacionales —depende del listado— se encuentran entre los 500 campus mejor evaluados.
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