¿Qué es el 'Plan Bolonia'?
La implantación completa del nuevo marco europeo de educación superior centra el año universitario
El presente año universitario se caracteriza por la implantación total del Plan Bolonia en las universidades españolas. El proyecto no es más que la adaptación y unificación de criterios educativos en todos los centros europeos. "Es algo similar a cuando se decidió crear el euro, tener algo que nos pueda medir a todos por los mismos parámetros, pero en este caso educativos", explican dos de las responsables de la implantación del Plan en la UPV, Carmen González, vicerrectora de Ordenación Académica, e Itziar Alkorta, vicerrectora de Calidad e Innovación.
GRADO, MÁSTER Y DOCTORADO Adiós a las licenciaturas
El Plan Bolonia divide la enseñanza superior en tres niveles. El grado tiene una duración de cuatro años, 240 créditos, y sustituye a las diplomaturas y licenciaturas. El máster supone una especialización en un ámbito concreto o multidisciplinar y puede tener una duración de un año (60 créditos) o dos (120). Al doctorado se accede a través de un máster específico, y por término medio los estudios se prolongan durante cuatro años.
Todos los alumnos que estén ahora cursando sus carreras y se encuentren en medio de los dos sistemas educativos tienen la garantía, tal y como aseguran, González y Alkorta, de finalizarlos en el plan de estudios en el que se matricularon hasta agotar sus convocatorias.
NUEVOS CRÉDITOS La medición del trabajo
Los European Credit Transfer System (ETCS) son los nuevos créditos que regulan los estudios. Se diferencian de los anteriores en que no solo se miden las horas de clase. Antes, un crédito equivalía a 10 horas, y ahora también bareman el trabajo del alumno fuera del aula: de media, un ETCS equivale a entre 25 y 30 horas de aprendizaje.
Su implantación en todas las universidades europeas permite unificar la valoración del alumno, lo que se traduce en mayor facilidad de movimientos del estudiante por los centros de enseñanza superior del continente.
MEDICINA Y ARQUITECTURA Contenidos regulados
Determinadas carreras se rigen por una directiva europea específica que regula de forma expresa su contenido por las profesiones que de ellas se derivan. Se trata en su mayoría de estudios relacionados con la salud y suelen tener una duración mayor. Es el caso de Medicina con 360 créditos, Odontología, Farmacia y Veterinaria (300), Enfermería (240) o Arquitectura (330).
EL ALUMNO Responsabilidad
El alumno pasa de ser un agente pasivo a uno activo con el nuevo modelo educativo. El objetivo es que tome sus propias decisiones con respecto a su aprendizaje a la hora de elegir un itinerario u otro o al elegir una especialización. Bolonia requiere al alumno un esfuerzo mayor por, entre otras cosas, la realización de trabajos y la asistencia constante a clase. "Ya no basta con estudiar solo para el examen", destacan las vicerrectoras de la UPV.
EL PROFESOR La sombra del estudiante
Conceptos como la evaluación continua, tutorías académicas y fomento del aprendizaje activo caracterizan el nuevo papel del profesor en la educación superior. De esta forma, junto a las clases magistrales se combinan las tutorías específicas y otras modalidades de enseñanza más prácticas e individualizadas, como talleres, sesiones de laboratorio o seminarios y el fomento de los trabajos conjuntos entre los estudiantes. Además, se potencia la comunicación y el desarrollo de los planes docentes entre los profesores.
LOS REPETIDORES Fin de los estudios eternos
Todos los grados han sido diseñados para que el alumno los termine en cuatro años. Aun así, la UPV garantiza una prórroga del tiempo de realización de los estudios hasta un máximo de 50%. Así, las carreras de 240 créditos se podrán finalizar en seis años y Medicina, que suma 360, en nueve. Para los alumnos que deban compatibilizar sus estudios con un trabajo, la UPV les permite matricularse a lo largo de un año de medio curso. Solo en casos excepcionales en los que se acredite, por ejemplo, una enfermedad se concederá un año extra.
Los estudiantes que arrastren asignaturas de cursos anteriores deberán matricularse de todas las materias pendientes antes de comenzar un nuevo curso, siempre y cuando no se superen los 90 créditos por año. "El objetivo es que se gestionen bien las convocatorias", subrayan González y Alkorta.
MOVILIDAD Becas Erasmus
La movilidad en el Espacio Europeo de Educación Superior se sigue vertebrando fundamentalmente a través de las becas Erasmus. Los alumnos tienen con ellas la oportunidad de cursar desde tres meses hasta un curso completo en algún centro europeo con el que su universidad haya suscrito un acuerdo. Existe además la beca Erasmus Mundus, enfocada al intercambio durante la realización de un máster o doctorado y la posibilidad de estudiar una titulación acreditada por varias universidades.
Bolonia, además, introduce el Suplemento Europeo al Título (SET), en el que queda reflejado el resultado de todos los estudios realizados por un alumno y la acreditación de los conocimientos adquiridos. El SET facilita no sólo la movilidad entre centros, también las posibilidades de encontrar trabajo en algún país europeo.
PRÁCTICAS Y TRABAJO DE FIN DE GRADO Un proyecto propio
El Plan Bolonia establece en algunas carreras la obligatoriedad de realizar prácticas. Y será necesario en todos los estudios la elaboración de un trabajo de fin de grado. El planteamiento dependerá de cada centro y de la titulación cursada y puede llegar a consistir en la redacción de un proyecto concreto o derivado de una práctica externa.
CALENDARIO Nuevas fechas de exámenes
Bolonia modifica además el calendario universitario. La fecha de comienzo de los estudios se adelanta a principios de septiembre y su finalización, a mayo y junio. Las fechas de exámenes también varían: los del primer cuatrimestre se celebrarán en enero, y los del segundo, en mayo. La convocatoria extraordinaria de septiembre desaparece para pasar a desarrollarse a principios de julio.
La nueva oferta académica
El Plan Bolonia deja prácticamente en manos de cada universidad el diseño de los grados. "En la nueva ordenación de enseñanzas universitarias no hay un catálogo de títulos; solo se fijan unas directrices, como que los estudios tienen que tener 240 créditos en total, 60 tienen que ser de enseñanzas básicas y que deben tener un trabajo de fin de grado", señala la vicerrectora de Ordenación Académica de la UPV, Carmen González. Aun así, González sostiene que ello no significa que cada centro "pueda hacer lo que quiera". Una vez que las universidades plantean su oferta, ésta es revisada y aprobada por la ANECA, la agencia de evaluación dependiente del Ministerio de Educación.
La UPV ha trabajado en esta materia bajo tres premisas básicas, explican González e Itziar Alkorta, vicerrectora de Calidad e Innovación de la UPV. "Hay que tener en cuenta la demanda del alumnado, la capacidad de la propia Universidad para impartir esos estudios, porque nunca podríamos enseñar algo que no sepamos, y, en tercer lugar, la demanda de la sociedad. No tendría sentido que saliesen muchos títulos de algo que no es necesario".
Además, los centros se enfrentan a una "evaluación de los resultados" de los estudios propuestos pasados seis años. Alkorta destaca que el objetivo esencial radicará en analizar si las enseñanzas que se ofrecen "son de calidad o tienen que reformarse en algún sentido. Esto es muy importante, porque es absolutamente novedoso. Antes, los planes de estudios se proponían y eran estáticos, no se producían modificaciones. Sin embargo, este es un cambio sustancial, porque supone un compromiso claro con la sociedad", abunda la responsable de Calidad e Innovación de la UPV.
Con todo, la consejera de Educación, Isabel Celaá, anunció el pasado lunes, en el acto de inauguración del curso de la universidad pública, que su departamento revisará dentro de dos años las titulaciones propuestas por la UPV con el objetivo de estudiar la demanda de los grados y proponer las reformas que sean necesarias. Incluso apuntó que, si llegase a ser necesario, se eliminaría algún título, una posibilidad que no agrada en la UPV.
Los estudiantes que cursen sus grados en alguno de los centros radicados en el País Vasco se encontrarán con una oferta que supera el centenar de titulaciones entre la UPV, Deusto, Mondragón Unibertsitatea y el campus que la Universidad de Navarra tiene en Guipúzcoa.
La UPV propone 66 grados. Entre las novedades destacan la homologación de algunos estudios de segundo ciclo a carreras. Es el caso del grado de Criminología, que se puede cursar en Guipúzcoa, o de algunos de nueva creación, como Biotecnología o Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ambos en Vizcaya.
La Universidad de Deusto, con dos años de experiencia con el Plan Bolonia, suma 20 grados y dos dobles grados. Estas últimas enseñanzas suponen una de sus apuestas más significativas: permiten a los alumnos obtener en cinco años dos titulaciones reconocidas a nivel europeo. Estos títulos son Administración y Dirección de Empresas más Derecho y Administración o Ingeniería.
Otro de los centros vascos que hace un par de años implantó el nuevo sistema de educación es Mondragon Unibertsitatea. El grueso de sus grados (11 en total) son ingenierías, como Mecánica, Diseño Industrial y Desarrollo de Producto o Sistemas de Telecomunicación. Por contra, los cinco nuevos máster que tiene adaptados a Bolonia se caracterizan por un componente de gestión empresarial.
La Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra ofrece nueve grados y un posgrado adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior desde hace un curso. Todos los estudios son técnicos e incluso el centro de Guipúzcoa ya se ha planteado para el curso 2013-2014 comenzar a impartir un máster en Ingeniería Industrial y otro de Telecomunicaciones.
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